El esprint final de Espadas: “A por el voto útil de la izquierda y la movilización”
El PSOE-A, con todas las encuestas en contra, busca durante los últimos días “desmontar la imagen falsa” de Moreno y se aferra al más de 20% de indecisos.
Treinta y tres. Ese es el número que obsesiona al PSOE andaluz. Es la cifra de escaños que logró en las elecciones de 2018. Y mantener esos asientos el 19-J ya supondría amortiguar el duro golpe de dejar de ser la fuerza más votada en el sur y ver cómo arrasa en las urnas el PP de Juanma Moreno, a tenor de lo que dicen las encuestas.
En el PSOE advierten de que nada está escrito hasta que se abran las urnas el próximo domingo. “Nuestra sensación en la calle no la de las encuestas”, comentan fuentes del equipo de Juan Espadas, además de explicar que ahora que la campaña alcanza su momento álgido y final perciben más movilización de los suyos. Con la siguiente máxima por delante: “No hay rechazo social ni al partido ni al candidato”.
Según comentan fuentes cercanas al aspirante socialista, la sensación es que la ciudadanía “está receptiva y cercana”. “Estamos compitiendo en una situación de franca desventaja, hemos tenido poco tiempo, pero Espadas ha dado un salto cualitativo y cuantitativo en conocimiento y reconocimiento”. Pero, al mismo tiempo, confiesan que “la propaganda durante mucho tiempo de Moreno Bonilla ha calado”.
Por eso, en estos últimos días Espadas y su equipo se afanan principalmente en una cosa durante los actos: “Hay que ir desmontando esa imagen falsa que ha ido construyendo el PP de una Andalucía idílica. Eso no es verdad. Lo que se ha intentado durante los debates y en campaña es bajar a Moreno Bonilla a la Andalucía real y no la que se ha inventado él”.
Hay un dato que tienen muy en cuenta los partidos y que hará que el baile de escaños pueda cambiar: uno de cada cinco andaluces no sabe todavía qué papeleta meterá. Según la encuesta flash publicada por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) el pasado lunes, un 22,5% de andaluces se sitúa en las casillas de “no sabe” o “no contesta”.
¿Y cómo quiere captar Espadas a los ciudadanos? La estrategia pasa, según fuentes del PSOE-A, por presentarse como “la única opción posible” frente a la derecha y la extrema derecha. Es decir, “aglutinar el voto útil de la izquierda”. Se presenta, por lo tanto, como la única alternativa para frenar un Gobierno de Moreno Bonilla junto a Macarena Olona (Vox) en el Palacio de San Telmo.
Lo que tiene claro el PSOE y quiere recalcarlo en todo momento es que no se va a dar el escenario ideal del Partido Popular de una mayoría amplísima que le permita estar en el Ejecutivo en solitario: “Si Moreno Bonilla gobierna, es porque Vox lo permita”, insisten las fuentes. Por lo tanto, también quieren desmontar el argumento de los populares de los últimos días de que pueden ser un voto útil para socialistas desencantados para que haya una gran mayoría y no depender de la ultraderecha.
Todo ello, insistente, con el “desmontaje del mito económico”: “Vende trolas como si fueran verdades”.
La otra gran obsesión del PSOE-A es la movilización. En las pasadas elecciones se quedaron en casa alrededor de 500.000 votantes progresistas para penalizar al partido. Por eso quieren también transmitir que hay una nueva dirección y que entendieron el mensaje dado hace tres años y medio, pero convencidos de que esos ciudadanos no han virado a la derecha durante este tiempo. De ahí viene la idea de su eslogan: “Si votamos, ganamos”. En las últimas horas también preocupa esta ola de calor y las altas temperaturas que harán que mucha gente se vaya a la playa durante el fin de semana.
A pesar de las encuestas -algunas apuntan que el PP tendrá más escaños que toda la izquierda-, en el círculo de Espadas dicen que su candidato está “muy bien” y que es el que contagia a todos “más energía y vitalidad”. Y lo piensa dar todo durante estos días finales, con la vista puesta también en un gran cierre en Sevilla el próximo viernes, el gran feudo de los socialistas del sur.
Los socialistas resisten mejor en estos momentos entre las mujeres, con un índice de estimación de voto algo superior al de los hombres, y tienen un mayor porcentaje (24,5%) entre los andaluces de 65 a 74 años. Lo pasan peor especialmente entre los jóvenes de 18 a 24 años, donde sólo lograrían el 13,1% de los votos -Vox se quedaría muy cerca de ellos con tres puntos menos-. Según los datos de la última encuesta del CIS, se evidencia el problema de los socialista ahora frente al PP al perder la bandera histórica de ser el partido que mejor defiende el sur. El Partido Popular le saca veinte puntos al PSOE-A (33,5 frente a 13,2%) cuando se pregunta por la candidatura que plantea asuntos de mayor interés durante la campaña para Andalucía.
¿Es un cambio estructural? A tenor de los datos del CIS no es que Andalucía se vuelva de derechas, ya que el PSOE-A aparece como el partido que genera más “simpatía” entre los votantes (17,5%), por delante del PP (12%). Y se quedan cerca cuando se cuestiona por la formación con la que siente más cerca en ideas: PP (27,4%) y PSOE (22,3%). Pero sí tienen ahora mismo los populares la mejor imagen, generan más confianza y cuentan con un candidato con más tirón.
Para el PSOE bajar el resultado de Susana Díaz con sus 33 escaños ya supone un golpe, pero esperan mantenerlo gracias a una movilización de última hora para frenar a la extrema derecha y con la ayuda de su tejido municipalista. Lo que horroriza en estos momentos al partido es que se produjera un descalabro por debajo de los treinta diputados en el Hospital de las Cinco Llagas.
Pero, además, en todo el partido están mirando al sur porque influirá en el tablero nacional. “Tiene mala pinta lo de Andalucía”, como señala un dirigente nacional. El PSOE tratará de frenar el discurso de que se trata de un cambio de ciclo a nivel nacional y pondrá el foco en esa posible alianza entre el PP y Vox. La postura que se sigue manteniendo es que no habrá una abstención ante Juanma Moreno porque ya ha elegido el Partido Popular y no se hablaría de nada para facilitar la investidura si no llevara consigo la ruptura de todos los acuerdos con la ultraderecha a lo largo y ancho de España.
La otra gran pregunta sobre lo que se especula es qué hará Pedro Sánchez ante un gran revés en Andalucía. Nadie se atreve a pronosticar nada, aunque el presidente ya ha dicho claramente que quiere agotar la legislatura y presentarse en diciembre de 2023. Entre círculos socialistas se apunta a una posible crisis de Gobierno, ya que el diseñado el verano pasado no estaba pensando para las actuales circunstancias. Pero también dentro del partido algunas fuentes dicen que sería demasiado pronto quemar otra vez esa “bala”. En lo que sí coinciden muchas fuentes es que Sánchez no es un político que se quede a la deriva de los acontecimientos y que, pase lo que pase en el sur, intentará tomar la iniciativa de alguna manera. Puro manual de resistencia.