Iratxe García: "La amenaza de los populistas y la extrema derecha en la UE hoy es una realidad"
Entrevista a la portavoz del PSOE en el Parlamento Europeo y 'número dos' de Borrell
Mítines, vuelos, entrevistas, debates. Esa es la vida de campaña, pero Iratxe García (PSOE) está acostumbrada a vivir en el aire y entre países. Portavoz del PSOE en el Parlamento Europeo y rostro del ‘sanchismo’ allende los Pirineos tras las primarias de hace dos años, mira otra vez hacia el continente.
Hace tándem electoral con Josep Borrell como ‘número dos’ de la candidatura socialista para las europeas del próximo 26 de mayo. Y advierte de lo que se está jugando ahora mismo la UE y la amenaza que suponen los grupos populistas y de extrema derecha que pretenden destruir el actual proyecto desde dentro. También reflexiona que los grandes partidos deben hacer autocrítica de que esto haya sucedido y recuerda la dureza de lo vivido en estos años, por ejemplo, en temas de inmigración. Siempre le viene la imagen del niño Aylan
¿Por qué son importantes estas elecciones europeas en esta ocasión?
Siempre hemos repetido eso de que estas elecciones son las más importantes, pero en este momento Europa está ante una disyuntiva de decidir qué quiere ser el proyecto europeo y la amenaza de los grupos populistas y de extrema derecha hoy es una realidad. Por lo tanto, que consigan tener una mayoría en el Parlamento y bloquear la toma de decisiones es una cuestión importante. Necesitamos ser más los que defendemos el proyecto europeo de construcción de la Europa social, de valores y derechos.
¿Existe de verdad un riesgo de destrucción de la UE desde su interior con todos estos grupos políticos?
Sí, rotundamente sí.
¿No es un fantasma metafísico?
No, no. Hay países en los que la extrema derecha siempre ha estado presente, pero hoy podemos decir que es una realidad no solo en Europa, sino también otros espacios geográficos. Y con una dinámica muy clara: han pasado de ser grupos minúsculos que quieren destruir el proyecto europeo a unos que quieren estar dentro para cambiar Europa. Quieren destruir el proyecto de valores, solidaridad y cooperación.
Conoce todos los recovecos de Bruselas, ¿de verdad tiene tanto poder Steve Bannon?
Creo que si pensáramos que personas a nivel individual son capaces de mover tanto, estaríamos resignándonos. Y yo no me quiero resignar. Hay que apostar por partidos europeístas y de progreso que defienden los valores de la UE.
Estos años hemos visto a una España boxeando en el escenario internacional por debajo del peso que tiene. ¿Cómo definiría lo que ha hecho el comisario español Miguel Arias Cañete durante estos cinco años?
Perfil bajo. Una cartera como la de Energía, donde la UE está asumiendo un papel de liderazgo en el marco de los compromisos contra el cambio climático, creo que no se ha aprovechado. Ha pasado desapercibido. Mucho más bajo de lo que merece alguien que representa a España en Europa.
Se puede dar la circunstancia, tras el 26-M, de que España sea el Gobierno socialista más grande de toda Europa. ¿Qué nos debe corresponder en el nuevo reparto?
Primero, liderar un proyecto europeísta y ser capaces de hacer unas mayorías en el seno de las instituciones que pongan en valor la necesidad de avanzar en una Europa más reforzada, social y justa. España puede hacerlo. Es todavía precipitado hablar de repartos concretos, España va a jugar un papel fundamental en esa futura construcción de las instituciones para el próximo periodo.
En ese juego, ¿Josep Borrell sería un buen Alto Representante de la UE como sustituto de Federica Mogherini?
El señor Borrell es un gran referente en Europa y tiene capacidad para asumir responsabilidades importantes. No seré yo quien diga dónde, pero puedo decir que es un socialdemócrata reconocido en la UE y puede asumir un buen papel en lo que es la construcción europea. Eso se tendrá que decidir pasado el 26-M.
¿Y se ve usted como portavoz del grupo socialista europeo?
Lo mismo digo.
¿Le gustaría?
Quiero que la delegación socialista española tenga un papel importante de referencia en la socialdemocracia en Europa. A partir de ahí, vamos a ver cómo se conforman tanto las mayorías de los grupos políticos como el peso de la propia delegación. En cualquier caso, no es un proyecto de personas sino de equipos. Lo que puedo afirmar es que los socialistas españoles vamos a tener papeles importantes.
Puede tener como compañero de escaño a Carles Puigdemont, ¿cree que llegará a ser europarlamentario?
Es una buena pregunta porque ahora se habla mucho de si va a ir a recoger el acta o no. A día de hoy las urnas están vacías, por lo tanto su partido tiene que conseguir primero representación. Vamos a esperar a que la ciudadanía hable y cuando lo haga, tendremos que esperar a ver si cumple lo que corresponde, que es ir a recoger nuestra acta ante la Junta Electoral.
El candidato de Cs a las europeas, Luis Garicano, ha hecho como una de sus grandes promesas que no va a votar al futuro comisario de Justicia si no reforma la euroorden. ¿Están a favor de esa modificación?
De lo que estoy a favor es de que hablemos de un espacio de Justicia reforzado y donde podamos plantear la necesidad de aumentar la coordinación de los sistemas. Decir que no vas a votar a alguien que no va a hacer una modificación, es conocer poco la realidad de las instituciones europeas. Esto es una tramitación mucho más compleja.
Habrá representantes de la ultraderecha españoles en la próxima Eurocámara. ¿Qué le parece Vox?
Nos corresponde hacer un análisis de por qué hemos llegado a esta situación y hacer autocrítica de cómo determinados mensajes populistas están sirviendo de caldo de cultivo a una ciudadanía descontenta en parte de lo que ha sido el proyecto europeo. A partir de ahí, claro que me preocupa y al final tienen un espacio en las instituciones hombres y mujeres que quieren acabar con la Europa que hoy conocemos y quieren poner freno y dar marcha atrás a los avances y conquistas sociales que tanto han costado conseguir. Escuchábamos durante esta legislatura en el Parlamento Europeo discursos que me ponen la carne de gallina: racistas, xenófobos, en contra de los derechos de las mujeres. Y pensar que ese tipo de discursos va a estar presentes por parte de parlamentarios de mi país me preocupa.
¿Tiene miedo a que se relaje el electorado y no haya tanta participación un mes después del 28-A?
La ciudadanía está movilizada, pero no podemos relajarnos. Estamos haciendo una campaña muy cercana intentando que los hombres y mujeres de nuestros municipios y comunidades sean conscientes de lo que nos jugamos en Europa. Normalmente, unas elecciones municipales suelen tener unos niveles más elevados, necesitamos explicar a la gente que de la misma manera que es importante elegir al alcalde también lo es votar por fuerzas políticas que estén defendiendo un proyecto en Europa. Al final, la UE es la que está conformando nuestras vidas en una gran mayoría de asuntos y muchas decisiones a nivel autonómico y municipal dependen de otras que se han tomado antes en Europa.
¡Cuántas cosas han cambiado desde las anteriores europeas (2014)! El fin del bipartidismo, la primera vez que no llegaron PP y PSOE al 50% de votos, la marcha posterior de Alfredo Pérez Rubalcaba de la Secretaría General… Y ahora hay un PSOE favorito en las encuestas, Podemos no ha logrado el sorpasso. ¿Cómo es el partido de hoy frente al de hace cinco años?
Pues es un PSOE con 140 años de historia, que tenemos a nuestra espalda una experiencia tanto en los gobiernos como en la gestión parlamentaria, y hemos sido capaces de entender y escuchar lo que la ciudadanía nos estaba diciendo. Era necesario abrir el partido, que las decisiones se tomaran de una forma compartida, que la ciudadanía pudiera ser partícipe de esas decisiones y hemos sido valientes en la toma de decisiones. Hemos entendido que era un momento importante para la historia de nuestro país, llevábamos muchos años en España soportando un Gobierno que hacía dejación de sus funciones y posteriormente los jueces han dicho que era un Ejecutivo sustentando por un partido que estaba sustentado en la corrupción. Ante eso, hacía falta valentía, responsabilidad y proyecto de país.
En aquellas europeas iba de ‘número uno’ Elena Valenciano y ni siquiera ahora está en las listas. ¿Qué ha pasado?
Los procesos de elaboración de listas comportan distintos componentes, hay una parte de renovación, otros que seguimos. Se han combinado distintos perfiles y, en cualquier caso, somos conscientes de que somos un partido que tiene muchísimo capital humano. En cada momento, corresponde asumir unas responsabilidades. Y quienes somos socialistas, lo somos en una institución, fuera, desarrollando otro tipo de labores. Quiero dejar muy claro que la relación entre mi compañera Elena y yo, y con el resto de la delegación, es totalmente fluida, de confianza, han sido cinco años de trabajo y cooperación. Entra dentro de la normalidad de la toma de decisiones de un partido político.
Y en estas elecciones europeas va Soraya Rodríguez por Ciudadanos. ¿Qué le parece el salto de su compañera de Valladolid?
Ella es una representante de la lista de Cs, y emito opiniones sobre los partidos y las ideas, no sobre las personas. En este caso no me merece ninguna reflexión al respecto.
Tras el congreso federal, ya decía en la entrevista que le hicimos que Europa debería fijarse más en Portugal. ¿Es favorable de la vía portuguesa para el futuro Gobierno de España, con el PSOE en La Moncloa y un acuerdo parlamentario con Podemos?
Soy favorable en el sentido de que creo que la ciudadanía ha dejado claro el mensaje de que quiere un Gobierno presidido por Pedro Sánchez, socialista. A partir de ahí, por supuesto, con capacidad de negociación con las distintas fuerzas en el marco de la Constitución. En cualquier caso, lo que es importante es tener gobiernos progresistas como en Portugal o Suecia.
Uno de los momentos más importantes del Gobierno de Sánchez fue la llegada del Aquarius a Valencia. Pero luego hemos visto un tono diferente en el tema de inmigración. ¿Ha habido una evolución?
No, no lo creo. No se ha cambiado el perfil con lo que es la política migratoria del Gobierno de España. La recogida del Aquarius pretendió ser un toque de atención en Europa: no podemos permitir que haya un barco en el Mediterráneo con más de 600 personas con sus vidas en peligro. Es necesario hacerlo con una política común. A partir de ese momento, ha habido más casos de barcos en situaciones similares y ha empezado a llevarse a cabo un sistema de redistribución. En este caso, voluntario, en la línea de lo que España está reivindicando. Lo que queremos ahora es un paso más adelante, que no sea voluntario, sino una realidad. La política de asilo e inmigración necesita de instrumentos comunitarios. Los refugiados llegan a todo el territorio europeo y, por tanto, son responsabilidad de todos los países. Necesitamos política europea con mayúsculas, eso es lo que reivindicó el Gobierno de España al recibir el Aquarius.
¿Quién es el mayor demonio de la UE? ¿Salvini, Le Pen, Orban o el Brexit?
Es que tienen mucho en común todos, no me atrevería a decir uno en concreto. Es el peligro de desaparición del proyecto europeo tal y como lo hemos conocido. Todas esas personas son peligros para el proyecto europeo.
¿Y en qué grandes líderes se debería sustentar Europa? ¿Quiénes pueden aportar luz?
Como tenemos el 26-M de horizonte, el candidato socialdemócrata, Frans Timmermans. Es un hombre que conoce perfectamente el proyecto de la Unión. Y hay otra figuras en el ámbito de los gobiernos nacionales, como Pedro, que hoy se ha convertido en un líder socialdemócrata en Europa, nadie lo puede negar. Necesitamos más hombres y mujeres con ese perfil.
En estos cinco años, ¿cuál ha sido el momento que ha vivido con más emoción en la Eurocámara? ¿Y el más incómodo o que le ha provocado vergüenza?
La crisis migratoria fue el momento álgido, las imágenes del Aylan en la playa. Fueron unos meses largos en los que parecía que había una incapacidad por parte de Europa para responder, fue un momento difícil, oíamos hablar mucho en las calles de la desvergüenza de Europa. ¿Momento emocionante…?
Alguno habrá vivido…
Sí, sí. Cuando salió la directiva de conciliación. Habíamos estado años negociando, era la espinita que teníamos. Fue emocionante porque era un momento en el que la ciudadanía iba poder ver esa Europa de la que nosotros hablamos, que influye en nuestras vidas.
¿Ha calado el discurso de los independentistas fuera de nuestras fronteras de que España es Turquía?
No, rotundamente no. Lo hemos visto durante este tiempo, desde el 1-O. El independentismo ha hecho un intento de tener las instituciones europeas como aliadas, y ha sido muy frustrante para el independentismo ver que al final las instituciones europeas del lado que se ponían era del Estado de Derecho, de la Constitución. Y por lo tanto ha sido muy evidente, el intento que unos hicieron y la posición firme que otros han tomado.
¿Nunca le ha invitado a Waterloo Puigdemont? ¿No se han reunido en secreto?
No, no, no, ni en secreto ni en no secreto. Nada de nada.
Como nos perdemos muchos debates en Europa, recomiende algunos europarlamentarios que deberíamos escuchar.
Hay un diputado laborista británico nuestro, que por desgracia en breve dejará de serlo, Richard Corbett, que tiene experiencia y discurso. Timmermans ha tenido unos discursos en el Parlamento de los que hay que aprender. Y Federica Mogherini.
Con Borrell camino de Bruselas, se queda vacante el Palacio de Santa Cruz. Usted siempre está en todas las quinielas para ser ministra de Exteriores. ¿Sabe algo que no sepamos el resto?
Sé que mañana tengo agenda de campaña, es lo que sé respecto a mi persona. Estoy en una campaña intensa, apasionante, tenemos mucho trabajo que hacer. No estoy en otras cosas.