Óscar Tarruella, criminólogo: "En el colchón de La Veneno había sangre de una tercera persona"
La familia de Cristina Ortiz pide ante un juzgado de Madrid que se reabra la investigación y se determine si la 'vedette' fue víctima de un homicidio.
La muerte de Cristina Ortiz, La Veneno, ocupa hoy más titulares que cuando ocurrió en noviembre de 2016. Se publicó que había fallecido por un accidente doméstico tras varios días en la UCI y la noticia pasó casi de puntillas.
La serie de Los Javis, cuyo último episodio emitió Atresmedia Premium el pasado domingo 25 de octubre, ha servido para rendir homenaje a la vedette, interesando a aquellos que la conocieron y la vieron en Esta noche cruzamos el Mississippi (Telecinco) y a aquellos que en 1991 eran niños o ni siquiera habían nacido.
Hoy algunos firman la petición Justicia para Cristina Ortiz, La Veneno compartida en change.org el mismo día en que su familia ha pedido en el Juzgado de Instrucción número 53 de Madrid la reapertura del caso. Presentan la investigación del criminólogo Óscar Tarruella, que defiende que la muerte de La Veneno no fue un accidente, sino un claro homicidio.
“Tenemos suficientes pruebas e indicios para que se reabra”, asegura el criminólogo, que en agosto publicó un vídeo sobre el caso en su canal de YouTube Equipo de Investigación Criminal.
Tarruella empezó a trabajar en este suceso a finales de 2019, cuando un familiar de Cristina Ortiz lo llamó de manera unilateral. “Me contactó a través del caso de Mario Biondo [pareja de la presentadora Raquel Sánchez Silva] y me solicitó que lo investigase. Veo claramente que se trata de un homicidio”, apunta.
¿Qué pasó exactamente en 2016?
La muerte de La Veneno se denominó accidente doméstico pero ni siquiera se archivó como un accidente doméstico. Según el forense no había señales de violencia externa, la juez se curó en salud y se basó en el informe de éste para cerrar el caso. Lo archivó sin esperar a las pruebas de genética de las muestras de sangre recogidas en el domicilio. Dos años después, el informe determinó que esas muestras recogidas en el colchón de Cristina eran de una tercera persona, pero nunca se hizo una comparación genética.
Archivó el caso enseguida en base al informe del forense, que incomprensiblemente no vio las lesiones que todos vimos.
¿Qué lesiones y qué indicios hay para hablar de homicidio?
Lo que que está claro es que Cristina era víctima de violencia de género continuada, así lo afirman los testigos. También hay un principal sospechoso, su pareja Alin Bogdan. Era la persona de la que los vecinos oían gritos y golpes, que hacían hasta retumbar las paredes. También hay una una llamada un día antes al 112 que derivó al 091, la Policía Nacional. Cuando llegaron a la casa, Cristina dijo que no quería abrir. En la llamada había dicho que su novio mostraba unae actitud agresiva, amenazándola, pero al llegar la Policía no abrió la puerta y desde el otro lado pidió que se fuesen que no pasaba nada. Podía ser que el presunto autor de la agresión estuviese amenazándola.
¿Por qué se archivó tan rápido el caso?
En este país, como en otros, si hay algo se tiene que corregir es que se trata a los forenses como si fuesen Dios. Bajo mi experiencia, que he sido policía de homicidios, no es la primera vez que después de analizar el informe de un forense tengo que decirle a juez y fiscal que éste ‘ve menos que un topo o no ve lo que no quiere ver’.
¿Qué no quiso ver el forense?
La responsable de la UCI describió en su informe todas las contusiones que tenía Cristina. El del servicio de Samur, también. La Policía científica que asistió a la UCI a hacerle fotografías y a la inspección ocular sobre el cuerpo todavía vivo también hizo constar todas lesiones... y el forense no vio nada, a excepción del traumatismo craneoencefálico, que si no lo ve es mejor que se retirase como forense. Pero no vio las agresiones en los dedos, que son de claro agarre, las contusiones en rodillas, en los labios, en espinillas, un claro pisotón... Todo eso lo obvió el forense. Hay que acostumbrarse a que forenses y policías no somos dioses. Nuestro trabajo tiene que ser riguroso y, si no lo es, el juez o fiscal tiene que pedir un segundo informe. Lo que hizo la juez fue creer la versión del forense.
¿Por qué la familia no hizo nada en 2016?
Las familias al final lo que hacen es fiarse de las instituciones. ¿Quién va a poner en duda en primera instancia el criterio de un forense, de la policía o de quien sea?
También hay que pensar que el abogado que tenía la familia de Cristina era un abogado especialista en propiedad intelectual. Ahora tienen un letrado especialista en derecho penal. Luchará hasta donde sea necesario.
¿Puede ayudar el éxito de la serie a que se reabra el caso?
Ojalá. Y ojalá hubiera más visibilidad de casos así de gente no conocida. Te horrorizaría conocer la cantidad de casos que hay en nuestro país de gente que como Cristina tiene derecho a tener una investigación. Hay miles de familias que sufren el silencio de las instituciones y de la ciudadanía
Los casos que llegan a la investigación privada son casos que están a punto de prescribir, en otros se ha realizado fatal la investigación, hay otros en los que ha habido corrupción... Hay miles de familias que se sienten muy desamparadas..
¿Por qué ocurre?
Es evidente que la justicia está saturada. Hay casos puntuales en los que parece que hay intenciones de silenciar, pero no digo que es el caso de Cristina. En éste no sé decirte si ha habido ánimo de ocultación, si en el futuro lo supiera no tengo problema en decirlo, pero sí me he encontrado otros casos en los que por desgracia es así. Lo que para mí está claro es que en este caso el forense hizo un trabajo pésimo.
¿Qué quiere realmente la familia y qué queréis vosotros?
De lo que se trata es de corregir los errores que se han podido cometer. Es humano errar pero también es humano corregir errores. A veces las instituciones se equivocan y a veces hay que bajar al terreno de los mortales y corregir cuando no se han hecho bien las cosas. Uno se puede equivocar pero lo tiene que reconocer, más cuando se habla de instituciones que pagamos todos con nuestros impuestos.