¿Hay una mayoría silenciosa a favor de la sostenibilidad frente al crecimiento económico?
Stefan Drews, Universitat Autònoma de Barcelona
El crecimiento económico es un objetivo importante para cualquiera de los principales partidos políticos tanto en España como en otros países. Sin embargo, dado que el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y otros problemas ambientales son una realidad, parte de la comunidad científica y de los movimientos activistas cuestionan que ese crecimiento sea compatible con la sostenibilidad.
En su lugar, defienden un poscrecimiento, un decrecimiento u otras alternativas. Con algunas excepciones, como la conferencia Poscrecimiento organizada por la UE el año pasado, apenas hay debate político al respecto. Una de las posibles razones por las que este debate no está tan presente es que tanto desde la esfera política como desde la ciudadanía se podría estar sobrestimando el apoyo público al crecimiento económico.
En vista de que prácticamente todos los partidos políticos, así como la mayoría de los medios de comunicación, adoptan una postura acrítica hacia el crecimiento económico, es difícil pensar que exista un apoyo público para un movimiento más allá del crecimiento.
El economista británico Tim Jackson, experto en desarrollo sostenible, escribe en su libro Prosperidad sin crecimiento:
Implícitamente, transmite que es un tema indiscutible en la sociedad. Sin embargo, investigaciones recientes sobre la opinión pública sugieren lo contrario. Y eso es lo que pretendo reflejar en este artículo.
Tener una percepción correcta de lo que otros piensan importa porque puede tener consecuencias. Por ejemplo, la ciudadanía tiende a sobrestimar la cantidad de personas que son escépticas sobre el cambio climático. Esto hace que sea menos probable que hablen sobre el tema con su entorno.
Del mismo modo, se suele sobrevalorar el apoyo público para un crecimiento económico a cualquier coste. Esto se aplica a la ciudadanía, pero también a la esfera política, que puede no estar adecuadamente informada acerca de las actitudes del electorado, especialmente cuando las encuestas rara vez se realizan sobre asuntos que relacionen crecimiento con medio ambiente. Si los políticos piensan que sus votantes castigarán un discurso o medidas concretas incompatibles con el dogma del crecimiento es poco probable que inviertan políticamente en él.
Entonces, ¿qué sabemos de la actitud de las personas en este sentido? La forma más sencilla de averiguarlo es hacer una pregunta dicotómica que plantee si se prefiere priorizar el crecimiento económico a costa de la protección del medio ambiente o viceversa.
Los datos de diferentes encuestas muestran que, en varios países europeos, son más numerosos los individuos que prefieren la protección del medio ambiente al crecimiento económico.
Por ejemplo, en una encuesta europea de 2014, casi el 60% de la ciudadanía española se inclinó hacia el medio ambiente cuando se le pidió que eligiera en una escala de 0 (la protección del medio ambiente siempre debería tener prioridad) hasta 10 (el crecimiento económico siempre debería tener prioridad), como se puede ver en el siguiente gráfico:
Sin embargo, se ha de tener en cuenta que en las encuestas se usan diferentes metodologías, lo que implica que los resultados y la interpretación de los mismos varían.
Las posturas respecto al crecimiento económico van más allá de estar a favor o en contra, es decir, son multidimensionales. En un estudio de opinión pública de 2016, a una muestra representativa de 1004 participantes españoles se le hizo numerosas preguntas sobre el crecimiento económico.
Un paso clave fue analizar cómo las respuestas a diferentes cuestiones estaban relacionadas. Por ejemplo, las personas que se mostraban en desacuerdo con la frase "el crecimiento es necesario para crear empleo" también solían discrepar con la afirmación "el crecimiento es esencial para mejorar la satisfacción con la vida".
Pero no ocurría igual en otros casos. Según los datos, pensar que el crecimiento favorece el empleo no parecía estar muy relacionado con creer que "el crecimiento siempre daña el medio ambiente" o que "los políticos están demasiado preocupados por el crecimiento".
Estos resultados demuestran que la actitud de los ciudadanos tiene muchas dimensiones que pueden combinarse de diferentes maneras. Por ejemplo, una persona puede ver los beneficios del crecimiento en el plano económico y, al mismo tiempo, admitir que existe un problema ambiental o que los objetivos políticos deberían priorizar otras cosas por delante del crecimiento. Pocos encuestados tenían puntos de vista totalmente positivos o negativos.
Otro estudio reciente (2019) sugiere que la opinión pública no se divide en solo dos grupos, uno mayoritario procrecimiento y otro minoritario anticrecimiento. Utilizando la muestra anterior, el objetivo era identificar segmentos de población con puntos de vista similares sobre el crecimiento económico.
En base a las respuestas a 16 preguntas, el estudio identificó cuatro grupos, que se pueden clasificar de la siguiente manera según sus opiniones sobre el crecimiento económico y que tuvieron las siguientes distribuciones en la población: procrecimiento (29%), acrecimiento (43%), decrecimiento (18%) y ambigua (10%).
El pequeño grupo caracterizado por la ambigüedad está formado por personas que casi siempre eligen como opción la respuesta "ni de acuerdo ni en desacuerdo" a todas las preguntas.
¿En qué se distinguen los otros tres grupos principales? Primero, si se consideran las 16 preguntas juntas, se puede decir que el grupo identificado como acrecimiento está más cercano al de procrecimiento que al de decrecimiento. Segundo, el procrecimiento y el acrecimiento se diferencian en que el primero está más convencido de que el crecimiento económico es necesario para proteger el medio ambiente o crear empleos.
En último lugar, la principal diferencia entre el grupo decrecimiento y los otros dos grupos es que el primero está en desacuerdo con que el crecimiento sea necesario para la protección del medio ambiente o para mejorar la satisfacción con la vida. Opinan que el pleno empleo y un "buen vivir" pueden lograrse sin crecimiento.
Si un individuo prioriza el medio ambiente sobre el crecimiento económico no significa que sea activo en acciones proambientales, ya que esto se relaciona con muchos otros factores. Sin embargo, una actitud escéptica o ambigua hacia el crecimiento sugiere que una persona estaría, probablemente, abierta a tener un debate crítico sobre las dimensiones ambientales o sociales de este problema.
Saber que solo grupos minoritarios parecen mostrar un apoyo inequívoco al crecimiento y las mayorías muestran puntos de vista más bien mixtos o ambiguos puede facilitar tener esta conversación tan necesaria.
Stefan Drews, Postdoctoral researcher, Universitat Autònoma de Barcelona
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.