¿Gripe, covid o catarro común?
Cómo distinguir uno de otro y qué hacer ante la duda.
¿Te levantas acatarrado y, de repente, cunde el pánico por lo que puedan significar ese malestar y ese dolorcillo de garganta? Es normal. Bienvenido a la temporada de los virus por excelencia. Otoño marca tradicionalmente la llegada de los virus respiratorios estacionales, y este año, además, es especial. La pandemia de covid sigue dando coletazos en España, con una tasa de incidencia estancada en torno a los 50 casos por 100.000 habitantes. La vacunación alcanza al 90% de la población diana, pero el coronavirus sigue circulando, y se junta con la venida de otros virus, en especial el de la gripe.
María Justicia, médica de familia desde hace 30 años en Madrid, explica que “gripe de momento ha habido poca”. “Este año el frío se ha retrasado”, comenta; pero ahora ya está aquí, y el sistema sanitario se prepara para la avalancha de afectados en sus consultas.
Por lo pronto, lo que ya están atendiendo los médicos son “virus del otoño, principalmente el virus respiratorio sincitial”, con síntomas que van desde congestión nasal, tos y estornudos, hasta fiebre, apunta Justicia.
Las claves para diferenciarlos
Con esa lista de síntomas en mente, ¿cómo se diferencian los virus comunes del temido coronavirus? María Justicia lo resume rápidamente: con prueba de antígenos o PCR, para descartar en todo caso la existencia del covid. “A toda sintomatología respiratoria (tos, estornudos, dolor de garganta, incluso fiebre o diarrea) les realizamos un test”, asegura.
Raúl Ortiz de Lejarazu, profesor de Microbiología y ex director del Centro Nacional de Gripe, sí menciona sutiles diferencias clínicas para distinguir entre covid, gripe o resfriado. “Las principales son la presencia de fiebre o febrícula para covid y gripe, que en sus inicios son muy similares; la ageusia y la anosmia (pérdida de gusto u olfato, respectivamente) son más frecuentes en covid que en gripe o catarro; en el catarro la fiebre es menos frecuente y, en general, en covid y gripe predomina una afectación sistémica de cansancio y astenia, siendo en el covid más frecuente una sensación de aturdimiento”, aclara.
María Justicia conoce bien la teoría, pero admite que en la práctica es muy difícil distinguir estos síndromes atendiendo sólo a los síntomas. La médica explica que “muchos covid ahora se parecen mucho al típico resfriado común, y más después de la vacunación”. Esto es, si alguien se contagia de coronavirus estando completamente vacunado, es más probable que sus síntomas sean más leves que de no haber estado inmunizado. Por ello —y “afortunadamente”, destaca Justicia— algunos casos de covid se manifiestan ahora como un catarro (congestión, malestar) y no tanto como una gripe fuerte (fiebre, dolor muscular).
La mayoría de las veces no es ni covid ni gripe
En todo caso, los matices son muy sutiles y a menudo intercambiables, por eso con cualquiera de esos síntomas lo más habitual es que se realice una prueba de antígenos o PCR para descartar coronavirus. En la mayoría de los casos, no será covid (al menos, de momento). Según los datos de la Red de Vigilancia Centinela para el estudio de la infección respiratoria aguda de la Comunidad de Madrid, de entre las muestras que se tomaron en la última semana, sólo en el 9,1% se detectó la presencia del SARS-CoV-2 (covid), y tampoco se notificó ningún virus gripal.
Los expertos reconocen que la gripe, en general, no ha llegado todavía, pero al mismo tiempo existe cierta inquietud ante la idea de que, cuando entre en escena, lo haga con más intensidad de lo habitual. “No es que este año venga con más fuerza —apunta Ortiz de Lejarazu—; lo que se teme es que, al no haber habido epidemia estacional de gripe el año pasado por las restricciones, el confinamiento y otras medidas no farmacológicas como distancia física y mascarillas, no ha existido el booster o recuerdo en la población que contribuye a un refuerzo de la inmunidad”, explica. “Si se libera más el tráfico internacional, se teme que pueda haber una epidemia invernal de gripe antes que otros años y de más intensidad”, aclara el especialista. “Pero es sólo una conjetura que hay que evitar vacunando a más personas”, aclara Ortiz de Lejarazu.
Ante todo, vacunación
La campaña de vacunación frente a la gripe ya ha comenzado en España. Este año, Sanidad se ha propuesto incrementar la cobertura con respecto al año anterior, en el que ya se lograron cotas bastante altas, con un 67,7% de los mayores de 65 años inmunizados.
“Los objetivos para la temporada 2021-2022 son alcanzar o superar coberturas de vacunación del 75% en mayores, preferentemente a partir de 65 años, y en el personal sanitario y sociosanitario, así como superar el 60% en embarazadas y en personas con condiciones de riesgo”, apunta el Ministerio en un documento.
Frente a la gripe y al coronavirus, “la mejor herramienta es la vacunación”, recalca Ortiz de Lejarazu. “En todos los países que tienen altas coberturas de vacunación, la repercusión sobre el sistema sanitario es mucho menor”, señala. A diferencia de lo que ocurre con el covid, la vacuna de la gripe no se ofrece de forma “universal”; esto es, se recomienda sólo a personas mayores de 60 años, embarazadas, personal sanitario y personas con enfermedades crónicas e inmunodeprimidas. Finalmente, esto supone que sólo se vacune entre un 20 y un 25% del total de población, calcula Ortiz de Lejarazu, que lo considera insuficiente.
Como recuerda Sanidad, “la vacunación es la medida más eficaz para prevenir la gripe y sus complicaciones”. Se estima que en la temporada 2019-2020 la vacunación evitó el 26% de las hospitalizaciones, el 40% de los ingresos en UCI y el 37% de las defunciones atribuibles a este virus en mayores de 65 años.
Por contra, para los virus del catarro “no hay vacuna”, señala Ortiz de Lejarazu, pues “existen más de 100 virus distintos, y sólo la infección de cada uno protege frente a sí mismo”, explica.
Qué hacer si te encuentras enfermo
María Justicia indica los pasos a seguir ante cualquier síntoma de resfriado. “Llama por teléfono al centro de salud y comunica los síntomas. En ese momento, se te citará para hacerte un test de antígenos. En caso de que dé negativo, calma: todos los años hay catarros; te puedes tratar con paracetamol y quedarte en tu casa tres o cuatro días hasta que mejores. Por un catarro no hace falta ir al médico”, resume.
En caso de que los síntomas empeoren (fiebre alta, dificultad respiratoria, mucho malestar), “sí debes ser valorado por un médico”, aclara Justicia. “Pero si es un resfriado común, con síntomas leves, el tratamiento siempre es el mismo: paracetamol o ibuprofeno, y quedarte en casa”, dice la médica. Ante la duda, y si el malestar es sobrellevable, mejor teletrabajar para evitar más contagios. “Si te lo permite tu empresa, claro”, añade Justicia.