Gonzalo Caballero: “Feijóo es un Gallardón”
Entrevista al candidato del PSdeG-PSOE a las elecciones gallegas: “Somos conscientes de que PP y Vox están dispuestos a aliarse para gobernar Galicia conjuntamente”.
“Militante de base durante 25 años, crítico, outsider, he querido mantener mis criterios”. Así se define Gonzalo Caballero, el candidato del PSOE gallego para las elecciones del 12 de julio, en la que pretende desbancar a Alberto Núñez Feijóo liderando una alianza entre las fuerzas progresistas tras los comicios.
Caballero, un ‘sanchista’ de pura cepa, quiere encabezar ese cambio tras “once años nefastos” del PP al frente de la Xunta. Lo tiene claro: Feijóo “juega un papel de cinismo”. Es el nuevo Alberto Ruiz-Gallardón. “En el fondo”, reflexiona el socialista, el presidente de Galicia y Pablo Casado “son el mismo Partido Popular, han optado por una estrategia de confrontación e irresponsabilidad”. Su contrincante ‘popular’ es “un peón más” de Génova 13, apostilla.
El ‘número uno’ del PSdeG-PSOE también advierte del peor escenario: un Ejecutivo PP-Vox. “Somos conscientes de que están dispuestos a aliarse para gobernar Galicia conjuntamente si necesitaran sus votos”, alerta Caballero, quien ahonda que ha hecho durante este tiempo en la comunidad una oposición leal y muy diferente a la que ejerce Casado frente a Sánchez en el Congreso. Y lamenta que Feijóo “ha escapado de sus responsabilidades en materia de residencias a lo largo de toda esta crisis”.
¿Cómo se enfrenta a las primeras elecciones en era del Covid?
Estamos en un proceso de nueva normalidad en el que tenemos que adaptarnos a nuevas circunstancias. Feijóo decidió convocar con un criterio unilateral y personal las elecciones aplazadas en abril para el 12 de julio. Para ello rompió el acuerdo establecido entre los distintos partidos políticos en el que se decía que se convocarían después del estado de alarma y de emergencia, así se publicó en el DOG. Estamos activando el proceso para conseguir que se movilice el electorado progresista y llevar a cabo el cambio político que estaba muy bien encauzado para el 5-A.
¿Es posible desbancar a Feijóo de la Presidencia de la Xunta a pesar de esa imagen de imbatible?
El año pasado los socialistas gallegos tuvimos resultados históricos, fuimos la primera fuerza el 28-A, conseguimos en las municipales gobernar en cinco de las siete grandes ciudades y en tres de las cuatro diputaciones, y en el mes de noviembre volvió a existir una mayoría progresista liderada por el PSdeG-PSOE con el 55% de los gallegos optando por las fuerzas de izquierdas y solamente el 44% por las tres derechas. Creemos que sigue existiendo una mayoría progresista en Galicia y estaba muy activada para derrotar en abril a Feijóo. La pandemia paralizó toda la actividad política y electoral y estamos en la fase de activar al electorado para que haya cambio. Si hay participación y movilización del electorado progresista, habrá una mayoría clara en unas elecciones. Galicia necesita un cambio liderado por el PSdeG-PSOE, el año pasado le ganamos a las encuestas y si los progresistas nos activamos, el 12 de julio habrá cambio.
La imagen que da Feijóo es la de un presidente moderado frente a compañeros de su partido como Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso. ¿Es así?
Feijóo juega un papel de cinismo, intenta trasladar una imagen distinta de lo que es. Feijóo es un Gallardón, que aprueba políticas de recortes y privatizaciones en Galicia, tiene un perfil conservador heredero de Romay Beccaría y entró en la primera línea política de la mano del Gobierno de Aznar, pero intenta trasladar algo distinto a lo de Casado. En el fondo, Casado y Feijóo son el mismo Partido Popular, han optado por una estrategia de confrontación y de irresponsabilidad. Esa ha sido la línea de Feijóo durante esta crisis, bendijo los pactos del PP con Vox en Andalucía, dijo que cualquier los podría firmar. En esta crisis ha mantenido una línea de tensión permanente con Pedro Sánchez, que se evidenció cuando pidió que no se prorrogase el estado de alarma. Menos mal que el Gobierno no le hizo caso porque se hubiera tambaleado todo el proceso de desescalada.
¿Ser del partido que gobierna a nivel nacional le perjudica o le beneficia?
Soy un socialista comprometido, nunca oculto mis siglas, sino que las defiendo. El Gobierno de España ha construido un escudo protector que permite que una crisis económica tan abrupta no esté generando una crisis social de las dimensiones que se generarían sin esas medidas. Frente a esto está un PP que ha optado por la irresponsabilidad y por la confrontación porque no asume el resultado de las elecciones del año pasado. En esa línea de acoso y derribo que plantea Casado, Feijóo es un peón más, que ha mantenido también esa estrategia de ataque y desestabilización del Ejecutivo de España con un alto nivel de irresponsabilidad. Desde luego, pediremos el voto a todos los que el año pasado apoyaron a Pedro Sánchez para que opten en Galicia por el PSOE.
Estas serán las primeras elecciones en las que puede jugar un papel importante Vox después de su irrupción a nivel nacional y ser el tercer partido en España. En las encuestas no se señala una presencia importante, ¿pero cree que puede haber un voto silencioso? ¿Le preocupa eso?
Nosotros de la ultraderecha no queremos saber nada. Tienen un discurso populista, xenófobo e irresponsable que no genera nada positivo. Estamos preocupados por el hecho de que se intente entrar en el Parlamento de Galicia, Abascal ya ha estado cuatro jornadas de precampaña. Somos conscientes de que el PP y Vox están dispuestos a aliarse para gobernar Galicia conjuntamente si necesitaran sus votos.
¿Está garantizado que las izquierdas hagan un pacto si dan los votos?
En Galicia hay dos grandes bloques, uno de derechas con el PP en el que se quiere incorporar Vox y enfrente hay una mayoría progresista en la que todos consideramos que es necesario pasar página del Gobierno de Feijóo. El PSOE es la fuerza del cambio y que representa a un mayoría de progresistas en nuestra comunidad. Hemos demostrado nuestra capacidad de gobernar con otras fuerzas progresistas como en las diputaciones. El reto es cambiar el Gobierno del PP por uno presidido por el PSOE.
También las encuestas reflejan de la tendencia de que tienen al BNG muy cerca. ¿Tienen miedo al sorpasso?
Todas las fuerzas progresistas son aliadas en el proceso de cambio, pero lo cierto es que en las elecciones generales del año pasado el nivel de apoyo al BNG en Galicia fue análogo al de Vox, con una diferencia de 5.000 votos. El PSOE superó los 400.000 electores en esos comicios. La realidad de Galicia es que el PSOE tiene una amplia conexión con la ciudadanía y nosotros no somos nacionalistas sino galleguistas, no somos rupturistas sino reformistas. Tendemos puentes con todos los aliados que quieren escribir una página de progreso cada uno desde su ámbito. La derecha intenta potenciar la imagen de división pero lo cierto es que el problema para Galicia sería un Gobierno del PP con Vox.
En el Congreso se vive una política de crispación. ¿Teme que se traslade a la campaña gallega y sea bronca y dura?
El PP ha abandonado cualquier responsabilidad de Estado que se le debería suponer. En Galicia, Feijóo se ha encontrado con una oposición que ha sido leal, a diferencia de la que oposición que ha tenido Sánchez con Casado. Nuestro planteamiento es constructivo con un proyecto de país en positivo porque los once años del PP han sido nefastos para la realidad de nuestro país. Feijóo deja Galicia con 70.000 empleos menos, dos mil millones de euros en recortes en la Sanidad pública, 500 camas menos en los hospitales públicos, con menos gente y con peores servicios públicos. Vamos a actuar en la campaña de forma coherente con ser un partido que representa un cambio con garantías en el que los gallegos pueden confiar.
Si gobernara tras el 12-J, ¿cuál sería la primera medida que aprobaría en el Consejo de Gobierno?
El 12 de julio en Galicia se decide si gobierna el PP o el PSOE. Es muy importante que Galicia tenga un Gobierno socialista para poder trabajar con el Ejecutivo de España y con los alcaldes socialistas de nuestro país. Haremos una defensa férrea de la Sanidad pública, convocando cinco mil plazas estables para profesionales sanitarios, convocaremos unos pactos por la reconstrucción con las fuerzas políticas y territoriales para orientar una salida de la crisis en la que nadie se quede atrás y buscaremos una solución al problema industrial de Alcoa porque sabemos que con Feijóo al frente de la Xunta no tiene ningún compromiso.
El gran drama que se ha vivido es el de las residencias, que es una competencia autonómica. ¿Qué modelo plantea?
Gracias al confinamiento decretado por el Gobierno de España y el hecho de que el virus llegara a Galicia con quince días de decalaje respecto a otras autonomías, el virus circuló en la comunidad mucho menos que en otras partes. Se estima que la circulación estuvo entre el 1,5% y el 2,1% de la población. Los mayores focos fueron en las residencias de mayores y en los profesionales de la Sanidad, donde la Xunta tiene competencias propias. El Gobierno del PP en Galicia no tuvo capacidad de anticipación de la crisis a pesar de lo que dice Feijóo ni tomó medidas a la altura de las circunstancias para paliar los efectos de la crisis. En ese sentido, el tema de las residencias es evidente. Aquí ya el Consello de Contas advirtió hace dos años de que la Xunta no exigía el cumplimiento de las normas y los protocolos en las residencias. El 45% de los fallecidos en Galicia fueron mayores en residencias, según los datos oficiales. A Feijóo le pedimos que interviniese las residencias, que desde el primer momento dotase de personal de apoyo a los centros con complicaciones. Ha escapado de sus responsabilidades en materia de residencias a lo largo de toda esta crisis. Somos conscientes de que su escapada hacia adelante es convocar elecciones inmediatamente para no tener que dar cuentas de su gestión en el debilitamiento del sistema sanitario durante once años e incluso llegó a cesar a una jefa de servicio del hospital de Vigo porque a finales de marzo utilizaba mascarillas. Y en las residencias de mayores ha tenido un nivel de connivencia muy grande con empresas de geriátricos que tienen una amplia gama de negocios.
¿El futuro de las residencias pasaría por haber más públicas? ¿Cómo sería?
Tenemos que trabajar en varias líneas. Con carácter inmediato, hay que generar en Galicia dos mil plazas en residencias públicas de mayores en esta legislatura. Hay que apostar por un nuevo modelo residencial en el cual primen las garantías sanitarias y se construyan espacios sociosanitarios. Y fortalecer la atención al domicilio y el respaldo a opciones de vida que no siempre implique estar en residencias. Para eso es imprescindible crear más centros de día.