France Télécom y seis exdirigentes, condenados por acoso moral y suicidios
La actual Orange ha sido sentenciada por la ola de suicidios de trabajadores que generó un 'plan de ajuste' de la empresa.
France Télécom (actual Orange) y otros seis miembros de su antigua cúpula directiva, incluido el ex consejero delegado Didier Lombard, han sido condenados este viernes por acoso moral de empleados en la aplicación de un plan de ajuste hace una década que condujo a una serie de suicidios.
El Tribunal Correccional de París ha impuesto 75.000 euros de multa a France Télécom, la primera gran empresa francesa sentenciada por acoso moral. Es la pena máxima que contemplaba la legislación, que se ha endurecido significativamente desde entonces.
Lombard, su entonces ‘número dos’ Louis-Pierre Wenès y el antiguo director de recursos humanos Olivier Barberot han recibido penas de doce meses de cárcel, ocho exentos de cumplimiento (salvo en caso de reincidencia), y multas de 15.000 euros.
Se trata de condenas inferiores a las máximas posibles con la legislación aplicable, que fueron las solicitadas por la Fiscalía: un año de prisión firme y multas de 15.000 euros.
Los tres han sido declarados culpables de acoso moral en 2007 y 2008 durante la puesta en marcha del plan NexT, pero quedan absueltos por el periodo posterior de 2009 y 2010, que también figuraba en el acta de acusación.
La presidenta del tribunal reconoció, al leer la sentencia, que la ley no era muy represiva en ese momento, pero que ha evolucionado, según indica la emisora France Info. También ha señalado que lo que se condena no es la estrategia empresarial, sino los métodos empleados.
Detrás de esta sentencia, que la defensa de Lombard anunció que va a recurrir, está la instrucción abierta por el caso de 39 trabajadores, 19 de los cuales se suicidaron, 12 intentaron hacerlo y 8 sufrieron depresión.
Los hechos se remontan a finales de la pasada década, después de que France Télécom hubiera sido privatizada (el Estado redujo en 2004 su participación por debajo del umbral del 50%) para afrontar la competencia feroz de nuevos operadores de telecomunicaciones y la transformación de la tecnología digital.
En un contexto marcado también por un fuerte endeudamiento, la cúpula del grupo puso en marcha dos planes de transformación, NexT y Act, que debían conducir a la supresión de 22.000 empleos de una plantilla de 120.000 en la que un 65% todavía tenían estatuto de funcionarios.
Miles de directivos de la empresa recibieron formación para convencer a otros empleados de irse, por ejemplo fijando objetivos irrealizables o provocando retrocesos en el escalafón profesional.
Se le atribuye al ex consejero delegado —aunque él lo ha negado— haber dicho que tenía intención de sacarse de encima a empleados “de una forma u otra, por la ventana o por la puerta”.
El escándalo por lo que el mismo Lombard calificó en septiembre de 2009 de “la moda de los suicidios” empezó a ser objeto de artículos en la prensa a partir de ese año.