Feijóo, un líder a la fuga
Llegó a la presidencia del PP y trató de aprovecharse de los efectos económicos de la guerra, pero chocó con la realidad.
Cada día que pasa la imagen de Feijóo se difumina más. No parece controlar los temas, sus desaciertos no forzados son permanentes y realiza afirmaciones que no son propias de alguien que ha sido presidente de la Xunta de Galicia. Demasiados errores en muy poco tiempo.
Y da la imagen de que no manda en el PP. Son otros y otra los que deciden en realidad. Está cada día más cuestionado por amplios sectores del PP, por la derecha mediática y por la económica. Y cada vez que intenta ser moderado, la presidenta de Madrid, la señora Ayuso, le rompe el discurso y lo sitúa en posiciones de ultraderecha alejándolo del centroderecha moderado.
Apenas prepara los debates con el presidente Pedro Sánchez en el Senado; en el último incluso leyó la réplica. ¿Es que alguien que aspira a dirigir nuestro país no es capaz de memorizar 7 minutos de intervención? Y ya ha dejado claro que no quiere más debates, lo mismo está cansado de perderlos todos.
Feijóo llegó a la presidencia del PP y trató de aprovecharse de los efectos económicos de la guerra para sacar rédito electoral, pero chocó con la realidad. Todos los organismos económicos internacionales: FMI, OCDE, Comisión Europea coinciden en que España va a ser de las economías que más van a crecer a nivel mundial en los próximos años. La OCDE hace pocos días confirmaba que nuestro país crecerá tres décimas más de lo previsto en 2022, hasta el 4,7% y en 2023 lo hará por encima de los grandes países de la Unión Europea. Por otro lado, la inversión extranjera ha aumentado un 88% en el primer semestre del año, el mejor dato de la historia.
El empleo en España ha crecido más que nunca, lo que ha roto también el discurso catastrofista del PP. España ha creado 7 veces más empleo que la Unión Europea en el tercer trimestre. Hoy hay 20,3 millones de personas trabajando, 600.000 más que antes de la pandemia. Y este año se han firmado 2,3 millones de contratos indefinidos y tenemos la tasa de paro más baja desde 2008, 342.000 parados menos que hace un año y según la OCDE el paro seguirá bajando hasta 2024.
Otro gran error de Feijóo es que se le ha visto demasiado claro el ADN al PP, esto es, bajar impuestos a los que más tienen, deteriorar el Estado del Bienestar y favorecer el negocio de lo privado. El PP solo defiende a los bancos, a las grandes energéticas y a los poderosos frente a un Gobierno de Pedro Sánchez que protege a las clases medias trabajadoras, bajando hasta 32 veces los impuestos: el IVA de la luz, del gas, eliminando el impuesto al sol o el de la producción eléctrica y subiendo impuestos solo a los que más se están beneficiando con la crisis.
El Gobierno de Pedro Sánchez además fortalece el Estado del Bienestar; 6 de cada 10 euros de los Presupuestos Generales del Estado de 2023 se destinan a políticas sociales. ¿Por qué Feijóo y el PP están en contra de que las pensiones suban más de 100 euros al mes? ¿Por qué están en contra de que la partida de educación crezca un 6,6%, la de sanidad un 7% y haya 620 millones más para la ley de Dependencia? ¿Por qué no están de acuerdo con subir los salarios a los empleados públicos o de que haya más dinero que nunca para becas, 400 millones más?
Feijóo se vuelve a equivocar cuando va a Europa a hablar mal de España, igual que hizo Casado, porque en Europa el presidente del Gobierno se ha convertido en un líder de referencia, se ganó el respeto con su empeño en la necesidad de fondos europeos, y lo sigue haciendo con su política energética y con la excepción ibérica.
La derecha pretende tapar todos sus errores con ruido y crispación. Pero se equivoca. Hay muchas familias pasándolo mal y en este momento se precisan de políticos que den respuesta a los problemas reales de la gente, no políticos que dan la espalda, que defiendan solo a los que más tienen y que nunca arriman el hombro cuando el país lo necesita.
Los españoles no merecen la radicalidad y el enfrentamiento a los que nos está llevando un PP arrastrado por Ayuso por la debilidad del aún líder del PP. Ayuso ya se cargó a Casado y ahora va por Feijóo, que si sigue sin mandar y pretende ocultarse solo conseguirá una pronta fecha de caducidad.