Exteriores ordena la retirada de todo vestigio franquista en embajadas y consulados
Esto incluye “elementos de ropa de cama, cristalería oficial, vajilla, cubertería y servicio de mesa destinados a las residencias oficiales que están amuebladas con cargo a los presupuestos”
El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, ha dado instrucciones “de obligado cumplimiento” a todas las embajadas y consulados de España para que procedan a retirar todo vestigio de carácter franquista que aún persista en estas dependencias, conforme a lo estipulado por la nueva Ley de Memoria Democrática.
En un telegrama a todas las legaciones diplomáticas españolas, al que ha tenido acceso Europa Press, Albares advierte de que conforme a la nueva norma no podrán usarse “enseres y elementos de cualquier naturaleza que contengan símbolos contrarios a la memoria democrática”. Esto incluye “elementos de ropa de cama, cristalería oficial, vajilla, cubertería y servicio de mesa destinados a las residencias oficiales que están amuebladas con cargo a los presupuestos” de Exteriores.
Por otra parte, todas aquellas embajadas, representaciones permanentes y consulados en los que haya “elementos consistentes en retratos, escudos, insignias, placas y otros objetos” que conforme a la ley puedan considerarse como franquistas deberán notificarlo a la Dirección General del Servicio Exterior antes del 1 de febrero de 2023, ofreciendo una “descripción física de los mismos, con fotografías y la indicación de la exacta ubicación”.
A continuación, la Dirección General del Servicio Exterior hará llegar “instrucciones específicas” a las legaciones donde existan estos bienes, “una vez se decida su destino por el órgano competente” dado que, según explica el ministro, “podrían constituir fuentes secundarias de interés para el Centro Documental de la Memoria Histórica u otros archivos y museos”.
Albares recuerda en su telegrama que la nueva ley considera “elementos contrarios a la memoria democrática las edificaciones, construcciones, escudos, insignias, placas y cualesquiera otros elementos u objetos adosados a edificios públicos o situados en la vía pública en los que se realicen menciones conmemorativas en exaltación (...) de la sublevación militar y de la Dictadura” y de quienes dirigieron y participaron “en el sistema represivo”.
El ministro también aclara que su retirada, que deberá correr a cargo de Exteriores al ser la institución titular o propietaria de estos inmuebles, no será obligatoria solo en caso de que se trate de “elementos con singular valor artístico que formen parte de un bien integrante del Patrimonio Histórico Español” o por razones arquitectónicas “cuando el elemento sea fundamental para la estructura del inmueble”.
Ya había instrucciones previas
A priori, buena parte de los elementos contrarios a la Ley de Memoria Democrática que había en embajadas y consulados en todo el mundo ya deberían haber sido retirados antes de que esta norma entrara en vigor el pasado 21 de octubre, a tenor de lo que señala Albares en su telegrama.
El titular de Exteriores incide en que a raíz de la Ley de Memoria Histórica de 2007 ―ahora derogada por la nueva―, desde el Ministerio se había venido dejando claro a través de órdenes circulares e instrucciones de servicio que los “modelos antiguos de determinados objetos” con esta simbología tenían que ser sustituidos, “remitiendo a los Servicios Centrales del Ministerio las piezas del modelo antiguo”.
Además, se remite a sendos telegramas remitidos el 18 de diciembre de 2018 y el 25 de noviembre de 2020 por sus predecesores en los que “se dictaron una serie de instrucciones sobre los juegos o piezas de vajillas y cristalerías históricas, lápidas conmemorativas, escudos de fachada y elementos similares”.