España no desvela sus siguientes pasos en Afganistán mientras otros países mueven ficha
El Gobierno insiste en la necesidad de discreción y no aclara quién podría actuar de interlocutor con los talibán.
Consumada ya la salida de Estados Unidos de Afganistán y a la espera de que los talibán anuncien la composición del nuevo gobierno “inclusivo” que llevan prometiendo, son ya varios los países que han comenzado a mover ficha y a entablar contacto con el grupo que controla el país. En el caso de España, por el momento no hay constancia de que se hayan dado pasos en esa línea.
El Gobierno de Pedro Sánchez se ha escudado en la necesidad de la discreción y de informar solo de hechos consumados que, asegura, ha sido una de las claves del éxito en el operativo de evacuación que permitió sacar a 2.200 afganos. Por ello, hasta el momento guarda silencio sobre cuáles son las otras vías que está explorando para poder evacuar a los colaboradores afganos que han quedado atrás.
Tanto el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, como el de Presidencia, Félix Bolaños, han sostenido que por motivos de seguridad es mejor no entrar en detalles sobre las gestiones que se estarían realizando, si bien el primero ha indicado que España está trabajando con un centenar de países para continuar con las evacuaciones.
De hecho España junto a un centenar de países, entre ellos Estados Unidos, anunció el domingo que habían “recibido garantías de los talibán de que todos los extranjeros y cualquier ciudadano afgano con autorización de viaje de nuestros países será autorizado a acudir, de forma ordenada y segura, a puntos de partida y viaje fuera del país”.
Por el momento, nadie ha aclarado dónde estarían esos puntos de salida, toda vez que el aeropuerto de Kabul, controlado hasta las 00:00 del 31 de agosto por Estados Unidos, se encuentra ya en manos de los talibán.
Estos están negociando con Turquía y Qatar su reapertura para la llegada de vuelos comerciales. Según ha desvelado el portal Middle East Eye, estos dos países operarán el aeropuerto de la capital afgana, de cuya seguridad se encargaría una firma privada turca.
Sin prisas por reconocer a los talibán
Por otra parte, no parece que en la comunidad internacional haya prisa por reconocer al nuevo régimen talibán, al menos entre los países occidentales. Mientras gobernaron el país entre 1996 y 2001, los talibán solo contaron con el reconocimiento de Pakistán, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos.
No obstante, se ha impuesto el pragmatismo y el realismo, asumiendo que independientemente de si se les reconoce como gobierno habrá que tratar con ellos para otras cuestiones prácticas, empezando por la evacuación de nacionales o colaboradores afganos y otras personas en peligro, pero también para garantizar la llegada de ayuda humanitaria.
“Personalmente no creo que haya ninguna manera de obviar mantener conversaciones con los talibán”, comentó este martes el ministro de Exteriores alemán, Heiko Maas, desde Doha. Maas subrayó que la comunidad internacional “no puede permitirse que haya inestabilidad en Afganistán” ya que “ayudaría al terrorismo y tendría un enorme impacto negativo en los países de la región”.
En esta misma línea se ha pronunciado España. Albares reiteró el lunes en el Congreso que no se va a reconocer un “régimen impuesto por la fuerza” aunque dejó abierta la puerta a “contactos operativos”, que no concretó, sin que por ahora esté claro si ya ha habido algún acercamiento con los talibán.
Contactos en Doha
Entretanto, otros países europeos ya están manteniendo dichos contactos, principalmente en Doha, la capital de Qatar y donde los talibán mantienen su oficina política, que ha sido la encargada de negociar el acuerdo con Estados Unidos y de las fallidas conversaciones de paz con el Gobierno afgano.
Así, según ha desvelado el Gobierno alemán, su embajador en Afganistán, Markus Potzel, lleva días manteniendo conversaciones sobre la evacuación de los colaboradores afganos de Alemania. También el antiguo embajador francés en Kabul, François Richier, se ha reunido con una delegación talibán en los últimos días, según ha informado su portavoz.
Igualmente, un portavoz talibán ha desvelado este miércoles un encuentro con una delegación enviada por el Ministerio de Exteriores de Países Bajos.
Por su parte, Reino Unido también ha reconocido que está hablando con los talibán para garantizar la salida de algunos británicos y colaboradores afganos a los que nos se pudo evacuar. Para ello, cuenta con un diplomático al que se ha encargado de la transición afgana, Simon Gass, quien va a desplazarse a Doha para los contactos.
También Estados Unidos ha trasladado a Doha su base de operaciones respecto a Afganistán. En el caso de Washington, además, los contactos con los talibán no son algo nuevo, puesto que durante la Administración de Donald Trump se firmó un acuerdo de paz en febrero de 2020, y tras la conquista del país se han mantenido, a tenor de las declaraciones públicas realizadas por altos cargos estadounidenses.
España no aclara quién será su interlocutor
Por lo que respecta a España, su embajador designado para Kabul es Ricardo Losa, cuyo nombramiento aprobó el Consejo de Ministros el pasado 3 de agosto pero que no ha llegado a incorporarse nunca a su puesto, en el que siguió, a petición de Albares, el embajador saliente, Gabriel Ferrán, que ha gestionado toda la evacuación.
En Exteriores no han aclarado aún qué ocurrirá con Losa, ahora que la Embajada española en Kabul está cerrada, y si este podría asumir como embajador en Afganistán pero desde otro país. Este ha sido el caso del embajador en Libia, Francisco Javier García-Larache, quien tras su nombramiento en julio de 2020 permaneció en Túnez hasta que se reabrió la legación diplomática española en Trípoli el pasado junio coincidiendo con la visita de Pedro Sánchez.
También cabe la posibilidad de que, puesto que los talibán cuentan con una oficina en Doha cuyo ‘número dos’, Abbas Stanikzai, es quien está manteniendo los contactos, pueda ser la embajadora española en Qatar, Belén Alfaro Hernández, quien asuma el papel de interlocución con ellos.
Frente a todos estos países, está surgiendo otro bloque que se ha mostrado mucho más abierto al diálogo y a aceptar a los talibán. Así, tanto Rusia como China no han cerrado sus respectivas embajadas y ya han mantenido contactos con los talibán ―en el caso chino el ‘número dos’ de los talibán, el mulá Abdul Ghani Baradar, fue recibido en julio por el ministro de Exteriores, Wang Yi―.
También Pakistán, país vecino y cuyo establishment mantiene estrechos vínculos con los talibán desde sus orígenes, ha adoptado un tono conciliador y no ha cerrado su embajada, amén de mantener igualmente abiertas sus fronteras para la eventual salida de afganos, miles de los cuales se estarían agolpando en algunos puestos fronterizos en los últimos días.
Qatar ha salido igualmente en defensa del diálogo con los talibán. Su ministro de Exteriores, jeque Mohamed bin Abdulrahman al Thani, advirtió el martes en contra de “poner condiciones” y cesas los contactos ya que de lo contrario “vamos a tener un vacío y la cuestión es, ¿quién lo va a ocupar?”