Mireia Vehí: "La Mesa ha sido un desastre, ha servido para que ERC y Junts se tiren los platos a la cabeza"
Entrevista con la portavoz de la CUP en el Congreso: "Igual en la tribuna te insultan pero luego en el bar igual te tiran los trastos".
A la CUP no le vale la Mesa de Diálogo. La portavoz en el Congreso, Mireia Vehí, es rotunda: “Un desastre”. ¿Por qué? Su tesis es que sólo ha servido para que ERC y Junts se tiren los platos a la cabeza delante de todo el mundo. Y presiona con un objetivo: celebrar un referéndum a la vez que en Escocia en 2023.
Desde el Congreso de los Diputados, durante una entrevista con El HuffPost, exige a Esquerra y a Junts que preparen ya “la salida”, que pasen de pantalla. No le gusta la “deriva” del actual Govern y advierte de que si no se cumple lo pactado, no habrá presupuestos catalanes. Fue una acuerdo de investidura y no de estabilidad, advierte Vehí.
Han pasado casi dos años desde que llegara por primera vez a la Carrera de San Jerónimo y ella considera que es coherente estar ahí porque lo hace con honestidad y transparencia para sus objetivos. Denuncia que cada vez que habla le dicen “gorda o fea”. Para revelar también el “machismo” que sufren algunas diputadas: “Igual en la tribuna te insultan pero luego en el bar igual se te tiran los trastos”. Ya tiene claro cómo sería su libro inspirado en estos años: una novela negra con el título Asesinato en el Congreso.
¿Qué le parece lo que ha pasado en la Mesa de Diálogo?
Un desastre, la verdad. Un desastre porque para lo que ha servido es para que ERC y Junts se tiren los platos a la cabeza delante de todo el mundo. No tenían previsto ni quién iba ni cómo ni el orden del día ni nada. Y un desastre porque al final el PSOE sale ganando, pone la presión a la Generalitat en vez de que el Govern, en representación del pueblo de Cataluña después de una Diada sorprendentemente multitudinaria, le ponga la presión al Gobierno de España. Un desastre.
El presidente Aragonès dijo que había constatado que es el instrumento válido para dialogar con el Estado…
El tema no es si es el instrumento válido o no. Todo el mundo sabe que se va a tener que pactar y negociar. El problema es que ahora no hay nada que fuerce al Gobierno de España a negociar en los términos que nos hemos dotado y que ganaron las elecciones con un 52%, que son un referéndum de autodeterminación y la amnistía. Es decir, ¿la Mesa de Diálogo es el camino? Sí, claro. Ahora, es el camino si se habla de lo que se tiene que hablar. En los términos que hay ahora, en los que Sánchez deja clarísimo que no se va a hablar de referéndum y que viene, monta la Mesa y se va a tomar un café con Illa, pues la verdad es que no es útil el instrumento por mucho que en abstracto lo sea.
Sánchez fue rotundo en la galería gótica del Palau y dijo que el referéndum y la amnistía no son posibles. ¿Cree que lo son?
Por eso decía que la Mesa en concreto no es la solución. Por ejemplo, en Escocia se va a votar en un referéndum en 2023, por lo tanto posible y viable es. Y la amnistía se ha utilizado históricamente, como en Francia y Portugal. El tema es que algo tiene que forzar al Gobierno de España a ponerlo encima de la mesa. Lo que no puede pasar, a diferencia de la normalidad democrática del resto de Europa, es que aquí en España no se pueda hablar de elementos democráticos fundamentales como que la genta pueda decidir en un referéndum. Hemos hablado de Escocia, pero podemos hablar de Suiza, donde hay referéndums cotidianos, es una dinámica normalizada. En cuanto a la amnistía, se pide que se pare la represión y que, como ha reconocido el mismo PSOE, el Poder Judicial está patrimonializado por el PP, también está mediada por esto. Por lo tanto, la amnistía en el sentido de decir paren de perseguir y vamos a hablar en una mesa de votar. La gente quiere votar, dejadnos votar.
Una precisión, en España sí son posibles los referéndums, lo que no es viable es uno de independencia, según la actual Constitución. Sí existen referéndums, como los que hay para modificar algunos estatutos como el andaluz. ¿Lo que proponen es primero una reforma de la Constitución para que existan ese tipo de referéndums y luego hacer uno? ¿O proponen un referéndum que no cabe en la actual Carta Magna?
Las constituciones tienen que servir a la gente. Esto es fundamental, las leyes tienen que servir a las sociedades. La Constitución española tiene una limitación que se va a tener que arreglar porque que no se pueda votar un referéndum de autodeterminación porque la Constitución no lo permite… pues vamos a cambiar la Constitución. En 2011 no tuvieron ningún problema para cambiar el 135. Pensamos que la política está hecha para hacer las leyes a medida de lo que la gente necesite. Lo que está pasando ahora con las medidas para arreglar la subida de la luz, seguramente se hacen estirando la legalidad viable y todo el mundo quiere que se haga. Incluso creo que la mayoría de gente de izquierdas española, ya no catalana, estaríamos de acuerdo en que si se tiene que cambiar la Constitución para que los señores del agua y de la luz paren de enriquecerse a costa de la gente, estaríamos dispuestos en cambiar esa legislación. Por lo tanto, ¿por qué no en el caso de Cataluña si es obvio que hasta que no se vote no se va a solucionar el problema y está todo el mundo cansadísimo? La gente en Cataluña está agotada ya de la canción de que no se puede. Se puede si queremos que se pueda.
Pero no se llega ni a un acuerdo para el Poder Judicial entre el PP y el PSOE. Parece casi inviable ahora mismo esa reforma de la Constitución, además para permitir un referéndum de independencia. ¿Van a presionar para que haya otro referéndum ilegal como en el 1-O?
Sí, pero no referéndum ilegal. Voy a girar la pregunta. No puede ser que el Poder Judicial no se renueve porque la derecha española actúe como una criatura de cinco años. Ah, como no es nuestro no queremos que se renueve. Esto no puede ser. Por lo tanto, el reto es mucho mayor y profundo: de qué manera se hace España un Estado democrático. Aquí es donde es fundamental que se pueda vehicular lo que quieran los pueblos de España. En Cataluña la gente quiere votar. Que el Estado español, entendido por el Gobierno y el aparato, impide otra vez que se pueda hacer con normalidad democrática, pues vamos a presionar para que se haga. Si el Estado español es un muro para la lógica democrática, vamos a hacer que tenga que venir Europa a decir que basta ya de pegar a la gente por intentar votar. Si lo miras con más sencillez, la gente quiere votar y el Gobierno español da hostias. No tiene ni pies ni cabeza.
Otra de las conclusiones de la Mesa es que van a seguir hablando sin plazos. ¿La CUP sí pone un plazo para que Aragonès haga un referéndum?
Sí, claro. En política la gente necesita resultados. Si no, estamos haciendo lo mismo que criticamos de los políticos que se sientan y no hacen nada. Claro, necesitamos resultados concretos. De hecho, el president Aragonès hablaba de resultados concretos. El problema es que en los términos que ambos presidentes comunicaron nosotros no vemos mucha vía. Lo que le decimos a ERC y Junts es que hay que preparar la salida, la siguiente pantalla. La Mesa de Diálogo no sirve para lo que los catalanes quieren, no sólo los independentistas. En Cataluña la mayoría de la población está agotada y quiere un referéndum y que salga lo que salga. Vamos a asumir el resultado. Pero decimos que esto no está sirviendo y vamos a preparar lo siguiente.
¿Y lo siguiente sería el referéndum? ¿Cuándo?
Lo que queremos es juntar agenda política con Escocia y Reino Unido. Nos parece que le da entidad democrática y le da perspectiva al tema. Si en el Reino Unido se puede hacer con Escocia en dos años, vamos a hacer lo mismo nosotros, que además va a quedar como una cosa de normalidad democrática y no va a ser en los términos que la derecha dice de que están humillando a los españoles. No, hombre, no, aquí no se humilla a nadie. Mira a los ingleses. Para nosotros es la vía. De hecho en Nueva Caledonia también está previsto otro referéndum, y esto es Francia. ¿Qué pasa en España? ¿La españolidad es tan frágil que alguien se tiene que ser humillado por votar en un referéndum? Esto debería honrar la calidad democrática del Estado.
¿Sería en 2023 cuando lo quieren?
Claro. Si es antes, nos encantaría. Pero entendemos que tenemos que jugar con la actualidad internacional para forzar al Estado español.
Si en dos años no llega ese referéndum, ¿van a retirar su apoyo al Govern?
Cuando hacemos el acuerdo de investidura no es uno de estabilidad. Esto se ha malinterpretado muchísimo. Nosotros hacemos un acuerdo de investidura con una serie de compromisos, entre ellos una compañía eléctrica pública. Esto no implica estabilidad parlamentaria. El Govern está yendo en una deriva que no compartimos. Por lo tanto, no es que retiremos o mantengamos el acuerdo. Ahora vienen los presupuestos, si no hay nada de lo que ERC y el Govern pactaron con la CUP, pues no habrá presupuestos. Esto es así de meridiano.
¿ERC ha traicionado al independentismo?
No, tiene una tesis distinta a la nuestra. La nuestra es que el conflicto social va a darle alas al nacional. Es decir, por ejemplo, el Parlament aprueba una ley para regular los alquileres y el Gobierno español la lleva al Constitucional por una cuestión de competencias. Pensamos que este conflicto le explica a la sociedad catalana que la soberanía política es imprescindible para hacer leyes para nuestra gente. Para regular los alquileres nos hace falta soberanía política. En cambio, ERC tiene otra tesis y dice vamos a agotar el ciclo del Gobierno de España, el más progresista de la historia, que nos va a enseñar que ni con esas vamos a poder tener soberanía económica. Lo que le decimos a Esquerra es que ya sabemos que ni el Gobierno más progresista nos va a llevar a la soberanía. Volvamos al lío del Consejo General del Poder Judicial o cómo la Audiencia Nacional niega a unos señores asturianos de CCOO que se puedan investigar las torturas de uno de sus fundadores porque ya está la ley de amnistía. Lo que le decimos a ERC es que es obvio que ni el Gobierno más de izquierdas de la historia podrá hacer políticas soberanas para la gente porque la composición política del Estado español con la Transición que hubo está más a la derecha de lo que podemos generar nosotros con un Estado nuevo en Cataluña. Esta es la diferencia. No hablamos de traidores, claro que no, y la gente de Esquerra ha pasado por la cárcel, hay gente en el exilio y la militancia de base de ERC es independentista y soberanista. Nosotros tenemos una discusión política sobre cuál es la mejor forma de llegar a la soberanía.
¿A qué está jugando Junts?
Junts per Catalunya tiene la tesis de que ellos se independizan de la cuestión material y dicen vamos a declarar la independencia ahora. En eso tampoco estamos de acuerdo porque les decimos que en octubre de 2017 una de las amenazas que había en Cataluña era que el BCE cortaría la pasta de los cajeros. La soberanía política pasa también por la económica. Y Junts tiene la tesis de que vamos a ser independientes y luego ya veremos. Esto es absurdo desde una perspectiva materialista. Junts tiene otra cosa, está haciendo un ejercicio político de tour de force con ERC. Por eso decíamos que la Mesa de Diálogo es un desastre porque al final ha ganado el PSOE, tanto pelearse por ver quién manda.
El PSC ganó las elecciones catalanas. Una de las principales reclamaciones que tienen Illa y Sánchez es que lo mismo que hay una Mesa de Diálogo se tendría que hablar entre catalanes. ¿El independentismo ha dado la espalda al resto de catalanes? ¿Y por qué no se habla allí?
No entiendo qué se tiene que hablar. No entiendo la pregunta.
La pregunta es que la situación no es sólo entre España y Cataluña, sino también dentro de Cataluña. Casi al 50% está dividido entre gente que se querría ir y la que se quiere quedar. Lo mismo que se reclama hablar al Estado español, ¿por qué no se habla o no se crea un Mesa entre catalanes?
Por eso queremos un referéndum, para que la gente vote y se exprese. Claro. Esta es la clave de todo. Queremos que los catalanes decidan libremente y, por lo tanto, que nos dejen hacer un referéndum. A partir de ahí, seguimos, porque el PSC gana las elecciones pero no es un sistema presidencialista. Aquí gana quien forma Gobierno y el independentismo suma el 52%. En Cataluña el independentismo gana una vez y otra. Lo que reclamamos es esto: dejadnos votar, estamos hartos. Y así vamos a abordar el problema de fondo. Lo que no es cierto, y es perverso, es decir que en Cataluña hay un conflicto civil, un problema de convivencia. Con esto coquetea a veces el PSOE. Esto es perverso, es lo que hacía Cs, porque es contribuir a que un debate eminentemente político alrededor de la soberanía se traslade a cuestiones culturales y étnicas. Esto es perverso. En Cataluña no hay un problema de convivencia, igual que no lo hay en España.
Hay gente que se ha dejado de hablar y familias que se han peleado.
Esto es una tontería, no es verdad.
Creo que sí.
Te lo digo yo, que soy catalana.
Bueno, puede ser catalana, pero hay gente…
Se pelea más gente por el fútbol, por el Barcelona que por la independencia. Es mucho más sencillo. Hay gente que es indepe y gente que no, no pasa nada. Dejadnos votar. Luego hay un sector muy reducido que vota a la derecha y a la extrema derecha que igual vive las cosas así, pero es tan reducido…
¿Junts no es de derechas?
Creo que es mucho más complejo que decir si es de derechas o no.
¿Pero sería más de derechas o de izquierdas?
Ahora mismo Junts es una amalgama de gente de muchas tradiciones políticas. Si habláramos de Convergència, era centro derecha. Clarísimo. Pero también digo que el hecho de que en Cataluña nunca hubiera habido Estado ubica también a las derechas en un sitio con menos poder y, por lo tanto, menos de derechas. Es un tema casi de sociología política. A parte de eso, cuando Convergéncia cae por efecto procés -esto se dice poco-, Junts es un espacio político ultra diverso, así están, que es una guerra constante, donde hay gente mucho más de izquierdas que en el PSOE. Es una cosa que en Madrid se entiende poco.
¿Pero le parece de izquierdas o progresista la posición de Junts en la macrobra de El Prat?
No, pero se ha ganado. Se va a ganar por el apoyo popular.
Decía en el caso de Junts.
¿Pero le parece…? No me gusta este juego, ¿pero le parece muy de izquierdas que el PSOE se niegue a regular los alquileres?
Yo no respondo.
Y usted me dirá que hay gente dentro del PSOE, y esto tal. Es un poco lo mismo. Dentro de Junts hay gente de izquierdas y gente de ultraderecha conservadora. Es una especie de partido transversal con un pegamento que es la independencia, que a veces funciona y otras no. Nosotros somos otra cosa, la CUP es un partido de izquierda radical con una línea muy clara. Por lo tanto, no sabría convivir en un Junts. Pero, bueno, creo que es importante que es otra cosa. Y en Madrid se entiende poco.
¿En el referéndum cuánta tendría que ser la mayoría para declarar la independencia?
Pues la Comisión de Venecia las veces que ha monitorizado referéndums de autodeterminación, como en el caso de Montenegro, diría cincuenta más uno. Pero esto se tendrá que pactar previamente. Nosotros estamos dispuestos a perder pero en las urnas. Basta de jugar a un juego en el que unos tienen un Estado, armas, policías y juzgados y nosotros la fuerza de la gente. Vamos a hablar de política de forma profunda y a demostrar que es una sociedad democrática.
¿Qué le parece que la convocatoria de la CUP en las puertas del Palau durante la Mesa no llegara a cincuenta personas? ¿Ha perdido el independentismo la calle?
No, no, en el 11-S salió mucha gente en Cataluña. De hecho, creo que fue la manifestación más grande en Europa después de la pandemia. Esto es muy importante. No se ha perdido la calle. Lo que pasa es que el independentismo canaliza una de las líneas de discusión en Cataluña, una es que mucha gente está enfada con la Mesa de Diálogo. Pero voy a decir una cosa: lo importante no era si éramos más o menos, sino que los Mossos no nos dejaron entrar en la plaza de Sant Jaume, pero los los señores y señoras de Cs sí estaban. El debate aquí es de quién es la calle, a quién se le permite hacer una protesta. ¿A Cs porque luego nos fríen…?
Pero es una decisión del Govern catalàn…
¿A Cs porque luego nos fríen a demandas en los juzgados? Esto hay que decirlo, la derecha y la ultraderecha española juegan a judicializar la política con una cosa tan tonta como si les cedes o no una plaza. Y esto Cs… así se han pegado la hostia que se han pegado en Cataluña, es un fenómeno absurdo, ellos vivían de esta idea de conflicto entre catalanes. No cala.
Lleva en el Congreso desde las elecciones de noviembre de 2019. ¿La CUP se va a volver a presentar en 2023?
No lo sabemos, esto en Can CUP se decide según el momento y en base a la estrategia concreta. En el 2019 nos encontramos en medio del conflicto de sentencias con una amenaza brutal represiva sin saber mucho del futuro de la candidatura de la CUP y del independentismo, por lo tanto, decidimos abrir una ventana al Congreso español, ocupar todos los espacios posibles para hacer política para explicar a los españoles de primera mano qué pasa en Cataluña y como espejo hacia Cataluña con una lógica de poder hacer el litigio que hay entre el independentismo de centro que hay, de centro derecha extraña que es Junts y de izquierda radical que es la CUP. Otra cosa, que la izquierda independentista consiga implantarse en el marco de los países catalanes. Esto nos lleva a unos de los debates: qué va a pasar en el País Valencià cuando las demandas de mejora de financiación fracasen por la lógica centralista del PSOE. Seguramente va a haber una radicalización del independentismo también en el País Valenciá.
¿Y ese País Valencià tendría que ser parte de Cataluña? ¿O un Estado diferente?
Entendemos los países catalanes en una lógica federada, descentralizada. Pero entendemos que hay una realidad política, cultural e histórica que nos entiende como pueblo, desde las cosas más elementales de comer, beber y escuchar música hasta una determinada manera de mirar el mundo y la política.
¿Es coherente para una diputada de la CUP estar en el Congreso de los Diputados?
¿Coherente? Mira, tengo un colega que es periodista que dice que menos de cinco contradicciones es dogmatismo. Hacer política es ejecutar digamos una decisión política de tu espacio. Es decir, coherente es todo si lo haces con transparencia y honestidad, ¿no?
Bueno, hacerlo todo con transparencia y honestidad no es coherente. Puedes hacer una cosa muy transparente y que no sea coherente.
Sí, pero coherente en el sentido de la ética política. Es decir, para nosotros y para mí, la ética política tiene que ver con la honestidad, la transparencia y la capacidad poco a poco de ir consiguiendo tus objetivos. La CUP y la izquierda indepe están ahora en un reto en términos de poder de ocupar el espacio de izquierdas catalán en todo su ámbito porque ERC se ha ido hacia la derecha y ocupa el espacio de centro. A nosotros nos queda un espacio en las izquierdas cuando es obvio que las tesis de los comunes han hecho aguas. Por lo tanto, coherente es si responde a estos objetivos. Lo que pasa es que es duro y es difícil. Muchas veces estar aquí es como estar en Marte. No sé si sería tanto de coherencia casi como de aventura política de irse a otro país en el mejor sentido de la palabra. Aquí la política, las formas de relacionarse, de funcionar y de relacionarse con los medios son otra película. Me acuerdo el primer año que era como en tensión, esto de que la prensa esté -ahora que vuelve a estar es una buena noticia-, en el Congreso, esto en el Parlament es impensable de que la gente te asalte por el pasillo.
Votó no, como Vox, a la investidura de Sánchez. Transcurridos estos casi dos años en el Congreso, ¿volvería a votar junto a la ultraderecha contra una coalición progresista?
Antes de responder, voy a decir que el PSOE votó sí a la transferencia de los fondos europeos a las grandes empresas del Ibex junto con Vox, de hecho le salvó Vox. Quiero decir que la aritmética parlamentaria vale para todos, no sólo para la izquierda independentista. ¿Volveríamos a votar no? Creo que sí. El análisis que hacemos es que una de las razones que explican que Esquerra, Más País, Compromís o Podemos sostengan el Gobierno del PSOE, cada cual con su sitio, es el miedo y el pánico a la derecha y a la ultraderecha de Vox en 2023. Aquí en Madrid está muy presente. Lo que decimos es “ok, nadie quiere que gobierne esta gente”, ahora si las políticas duras que haces en materia de Estado serían muy parecidas a las que haría el PP (como fronteras, fondos europeos a grandes empresas, Nadia Calviño como ministra que podría ser del PP), la gente vota al original. Cuando votamos no lo hacemos desde una perspectiva de estirar a la izquierda en cuestiones sociales y nacionales al Gobierno de progreso. Si no, esto va a durar menos que un telediario.
¿Le parecen de derechas medidas como el ingreso mínimo vital, el escudo social o los indultos?
Me parecen insuficientes para la situación en la que estamos. Lamentablemente las cosas en materia social y económica están tan mal, hay tanta desigualdad que se tienen que tomar medidas que tienen que ir mucho más allá. No está habiendo una línea que responda a las necesidades, porque ser de derechas o de izquierdas no es una cosa abstracta, es en relación a las cosas que tienes. Esto es como en los indultos. Claro que nos alegramos que la gente esté en la calle, pero no es suficiente. La sociedad catalana está diciendo que hay más de tres mil personas con causas judiciales, aplícate una amnistía, no es tan complicado. Es como el salario mínimo, está muy bien que se suba, pero si no se regulan los alquileres, estamos a lo mismo. ¿Se hacen gestos? Sí, pero en política dura sigue siendo lo mismo. Hay un esfuerzo por parte de los ministros de Podemos de hacer cosas que sean guiños a la izquierda pero es que el resto del envoltorio no cambia mucho. Se necesita más. La cosa está muy mal, la mayoría de la gente no llega a final de mes. Aquí se vive como en una burbuja del Madrid de la Corte.
¿Y no hay burbuja en Cataluña? Mucha gente piensa que nos pasamos el día hablando de Cataluña y no se habla de los problemas en Cádiz o León en el Congreso.
Pero es que al PSOE y al PP siempre les ha interesado. El PP hizo campaña con Cataluña, Aznar era el rey, así no tienen que hablar de nada más. Es obvio, la gente tiene que estar cansadísima, igual que nosotros. Nos podéis dejar votar y nos dejáis tranquilos. Podéis ocuparos de la España vacía, me hace mucha gracia, todo el día se lamentan de la España vacía, pero no he visto ni un solo gesto para que los pueblos de la España vacía tengan tren. Ahora van a ampliar Barajas, ¿por qué no invierten en Cercanías de la Renfe? Puedes ir de Madrid a París y no puedes ir de Madrid a Soria rápido. ¿Qué es esto? Que se preocupen de hacer políticas para su país.
¿Gobernará el PP con Vox en 2023?
Espero que no, pero los números les dan y el PSOE parece que está dispuesto a abandonar la política dura de izquierdas. Espero equivocarme.
Ahora que pasa más tiempo en Madrid, ¿se explica el efecto Ayuso?
Pues me parece muy curioso. Lamentablemente en términos de marketing se atreve a decir cosas mucho más canallas que muchas izquierdas. Es un efecto parecido a lo que pasa en Europa con la crítica a la UE. Como los partidos de izquierdas, socialdemócratas y verdes no se atreven a criticar la UE porque no hay mucha alternativa, la crítica a la UE se la lleva la extrema derecha. Le Pen es la reina de las críticas a la UE. En Madrid pasa algo parecido y como Madrid tiene una trascendencia más importante que cualquier otra parte de España, porque esto es el centro del Estado, Ayuso se lleva al agua muchas de las críticas que la izquierda hace de forma pequeña y educada. La izquierda tiene que hacer también batalla ideológica porque Ayuso la hace con una tranquilidad y dice unas barbaridades. ¿Por qué no hay una izquierda española y madrileña que haga también batalla ideológica? Las instituciones producen subjetividad y veinte años del PP en Madrid produce gente en Madrid que es tal como los gobiernos quieren que sean. Hace falta una batalla cultural enorme.
¿Eso lo podríamos aplicar a Cataluña también, no?
Pero Cataluña está más a la izquierda que hace diez años. De hecho, nunca se había visto que la CUP hiciera un acuerdo de investidura con el partido de gobierno.
A lo mejor es que ustedes se han institucionalizado.
¿Por qué?
Se han vuelto al establishment.
Eléctrica pública, aumentar plantilla en Sanidad, medidas para parar desahucios, para democratizar la policía. Todo esto no es de derechas, era impensable antes en Cataluña.
Hablando de instituciones, ¿cómo es estar en un Congreso donde la tercera fuerza es la ultraderecha?
Es muy hostil. Para mí en particular. La señora Batat dice mi nombre y ya empiezan a hacer “brbrbrbr”. Bajo las escaleras y me han llamado de todo. La gente de la calle no lo oye, porque los micros están desactivados, pero hay una práctica que se hace mucho aquí que es desestabilizar al orador. Conmigo lo hacen un montón, hablan, se levantan, van, vienen, te miran de forma como riéndose, es durillo.
¿Qué insultos ha recibido?
Gorda, fea. Un día me llamaron tonta. De todo. Y con un deje de género bastante claro. No soy la única, eh. A otras mujeres de la izquierda catalana, vasca, española incluso, se las insulta por una cuestión de género. Seguramente porque no hay la capacidad política de contrarrestar con argumentos. Pero a los señores no les insultan de esa manera. Tenemos como el listón doble. Si eres de la izquierda independentista, no te cuento.
Muchos políticos catalanes le cogen luego el gustillo al Congreso. ¿Le ha pasado?
Hay un proceso como de borrachera del Madrid de la Corte. En Cataluña no hay Estado y por lo tanto no hay ni la mitad de poder institucional, político, mediático y económico que aquí. Además, Madrid es una aspiradora y todo el poder está aquí, incluso en dos barrios. Nosotros llegamos aquí y alucinamos. En dos barrios están los banqueros, los periodistas, los diputados, el Gobierno… y hay mucha gente que tiene como un fenómeno de borrachera de eso. Creo que hemos tenido la contraria: nos hacen sentir muchas veces en el Congreso que no somos bienvenidos, nuestra propuesta política es como marciana aquí. El fenómeno es adverso, es decir, esto no es un sitio para nosotros. El centro del Estado no es un sitio para la izquierda independentista catalana ni en términos políticos ni personales. A pesar de que yo antes venía a Madrid y me lo pasaba super bien. Me encantaba venir a tomar cañas, ver museos, conciertos. Y ahora lo vivo super diferente, con mucha más tensión. El Estado y el poder te hacen notar que no es tu sitio, a pesar de que la gente es muy amable.
¿Ha conocido a los reyes?
No, la verdad es que no fuimos. Montamos un acto en un teatro con las principales organizaciones de izquierdas y les explicamos el planteamiento de la CUP.
Pero si vienen a Madrid precisamente a explicar su proyecto, ¿no tendrían que hacerlo también ante el jefe del Estado?
El rey no debería ser el centro del poder. No tenemos que explicar nada a un señor al que no vota nadie. Le queremos explicar a la gente de España y de Madrid por qué los catalanes quieren votar. No es una cuestión de egoísmo ni de nacionalismo ni nos hemos vuelto locos ni somos mejor que nadie, es una cuestión de soberanía política. Al rey, no.
¿Se considera una persona antisistema?
¿Yo? No. Lo que sí noto es que aquí encajo en esa descripción. ¿Qué quiere decir? Por ejemplo, en el estado de alarma, cuando intervenía siempre pensaba que la gente debe pensar que vengo de Marte porque debates que en Cataluña están muy a la orden del día, como la banca pública o una empresa de energía pública, aquí son una movida que parece que hables de la flora y fauna de Marte. Para los ojos de mucha gente que me ve en televisión debo ser antisistema, pero yo no me considero mucho. De hecho, pienso que la política tiene que ser útil a la gente, de masas. Por eso la CUP participa de los espacios del independentismo amplio. A veces desde aquí se dice que estamos con la derecha, no, no, estamos con el pueblo.
¿De qué diputados les gustan sus discursos aunque no tengan que ver con su línea ideológica?
Hay gente muy buena aquí de oradores. Escucho a mucha gente. Escuchaba mucho a Pablo Iglesias. También a Íñigo Errejón, Yolanda Díaz, Irene Montero es muy buena. Me parece que Casado es un gran orador. Hay gente muy buena, es lo que tiene, Madrid es una aspiradora de recursos y de gente. Hay lo mejor de cada casa en detrimento de las otras partes. Es injusto.
¿Ha sentido machismo?
Sí. No es tanto la cuota, sino las dinámicas. Por ejemplo, yo he escuchado que a las mujeres se les insulta por cosas como si estás más gorda o menos, si eres más guapa o menos, si te acuestas con este o no, si eres la mujer de este o no. A los hombres nunca les he sentido esto. Luego, digo que es muy masculino porque esto de aquí es muy masculino. ¿Qué quiero decir? Esto es un plató de televisión, es la política del espectáculo, la política del gran orador, del gran giro de guión. Es como una película de Netflix. Ahora Sánchez no sé qué, Casado le contesta, Iglesias se baja a Madrid, el otro tal… Esto es muy masculino, muy de espectáculo, muy poco de la política pequeña, que es lo que importa a la gente, de los discursos pausados. Esto es muy masculino. Hay una forma de funcionar y hacer las cosas que las mujeres a menudo sentimos que no es nuestro sitio. Y, por eso, creo que hay una cierta complicidad entre muchas mujeres aquí dentro, igual ideológicamente no somos cercanas pero veo por lo que estás pasando. O se te insulta o se te tiran los trastos… Esto es también otra, igual en la tribuna te insultan pero luego en el bar igual se te tiran los trastos.
¿Le han tirado los trastos?
Sí, sí, porque tú eres una mujer. A ti se te considera...
¿Alguien de Vox?
No. Pero sí por ejemplo gente de Vox hace gestos públicos de invitarte a un café sólo para quitarte de tu espacio político y llevarte a un sitio de tú eres una niña y yo soy un hombre y te invito a un café de forma pública, como un trofeo. Esto sí me ha pasado con alguien de Vox. Esto es todo el rato echarte de tu espacio político. Estoy segura de que a todas las mujeres de todos los partidos en este sitio les pasa esto, que sistemáticamente te hacen de todo para quitarte de tu espacio de poder político.
Decía que el Congreso es como una película de Netflix, el Parlament no se queda atrás. ¿Le ha sobrado testosterona también a la Cámara catalana durante estos años?
Es un poco distinto porque pienso que el Parlament reacciona, obviamente el poder es patriarcal allí también, todo el rato a la represión del Estado. En la serie de Netflix viene mucho de aquí, pero es un guión que gira todo el rato.
¿Hasta cuándo se ve en política? ¿Se ha puesto fecha de caducidad?
Pienso que una de las cosas que nos distingue de la otra gente es que no somos políticos profesionales. Somos gente haciendo política. Estoy cansada de la política institucional, quiero tener una vida corriente como mucha otra gente. Espero que no mucho tiempo. También te digo que si el partido y el movimiento lo requieren, allí estaré. Espero que no en política institucional, hay muchos otros sitios.
Si le dieran a elegir un puesto con la varita mágica mañana, ¿qué le gustaría ser? ¿Presidenta de Cataluña, ministra?
Me gustaría mucho estar en un proyecto municipalista de la izquierda independentista en una Cataluña republicana.
¿Alcaldesa de Barcelona?
No, he dicho que quería tener una vida corriente.
¿Cómo convencería a una persona de que Cataluña tiene que ser independiente en treinta segundos?
No convencería de que Cataluña tiene que ser independiente, le convencería de que los catalanes tienen que poder decidir, igual que esta persona tiene que poder decidir sobre todos los aspectos de su vida. La política de las personas y de la ciudadanía, no de los grandes estados, las grandes empresas y los grandes señores.
¿Cómo sería el título si escribiera ahora sus memorias sobre su paso por el Congreso?
Haría una novela negra que se podría llamar algo así como Asesinato en el Congreso. Je, je, je.