En España gana la esperanza
Esta cita electoral ha dejado bien claro que la política importa a la ciudadanía, reflejado en los elevados niveles de participación, y que España tiene personalidad propia en una Europa donde la socialdemocracia estaba en retirada.
Hace 10 años que el PSOE no era la primera fuerza política, y menos de una forma tan rotunda. Pedro Sánchez ha hecho que el PSOE vuelva a ser el primer partido de España. El PSOE tiene mucha historia y ha demostrado que tiene mucho futuro. Con estos resultados, el Gobierno de Sánchez refrenda sus políticas de transformación desarrolladas durante 10 meses. Unas políticas destinadas a revertir el impacto de la crisis y a ampliar derechos, desde la recuperación de la atención sanitaria universal, el aumento del salario mínimo interprofesional, la cotización de las cuidadoras no profesionales de la dependencia, o el derecho al voto para las personas con discapacidad.
En España ha ganado el PSOE y la fórmula andaluza de las tres derechas no ha cuajado. La ciudadanía ha castigado la corrupción y los recortes del PP. Puede entenderse que estos resultados vienen a revalidar los argumentos de la moción de censura.
Esta cita electoral ha demostrado el rechazo por la mayoría de la ciudadanía a la fórmula de gobierno de la derecha, que castigó a los más vulnerables en la crisis económica. La derecha vuelve a sus orígenes, fragmentada y enfrentada. Esta cita electoral ha sido un gran descalabro para Casado, su partido y su discurso retrogrado. Pisándole los talones ha quedado Ciudadanos, que ha perdido la oportunidad de ser un partido de centro y que ahora se verá en la encrucijada de seguir la estela del histrionismo o madurar. La novedad en el Parlamento es la presencia de la ultraderecha, que intentará distorsionar el debate en general, y que puede hacer que los partidos de las derechas entren en una competición de baja temeraria en los derechos de ciudadanía como se ha visto en esta campaña electoral. Cuatro décadas de democracia y Constitución sin que la extrema derecha tuviese un espacio propio, aunque estuviese englobada en otros partidos, nos tienen que hacer reflexionar sobre la fortaleza o fragilidad de los valores y derechos que hasta ahora nos parecían conquistados e inamovibles.
La conclusión de la noche electoral es que el resultado marca el mandato ciudadano de la apertura de una etapa de diálogo y pactos donde no hay lugar para la inestabilidad y la crispación. Una etapa en la que las derechas tienen el reto de estar a la altura y dejar de ser una derecha inmadura incapaz de apostar por la responsabilidad y la serenidad que requiere una democracia joven como la nuestra.
En este escenario electoral quien debe formar gobierno es el PSOE, liderado por Pedro Sánchez para ser el presidente de todos los españoles y españolas. La victoria es incontestable y abre un nuevo ciclo político en España que estará marcado por el feminismo, el avance en derechos sociales, en convivencia y en limpieza democrática. España es un país que avanza y que mira al futuro. Eso es lo que ha votado mayoritariamente la ciudadanía, la defensa de los derechos y las libertades.
A las puertas de unas elecciones europeas, el PSOE se sitúa como referente de la socialdemocracia y dibuja una España plural y diversa que ama la igualdad. En España gana el futuro. Gana la esperanza. Gana la ilusión. Y gana la credibilidad y valentía del gobierno de Pedro Sánchez, que ha demostrado ser un gobierno de la dignidad que no deja a nadie atrás.