Los andaluces van a las urnas con Moreno como favorito y la gran incógnita del pacto con Vox
El 19-J marcará también la política nacional con el PSOE esperando mantener el tipo .
En sus manos. 6.641.828 andaluces están llamados este domingo a las urnas. Pero toda España está pendiente de lo que pase en el sur, en la comunidad más poblada y corazón político en estos momentos. La izquierda trata de minimizar los malos resultados que se esperan y augura alguna sorpresa, mientras que la derecha se lanza ya a hablar de cambio ciclo pero sin ponerse de acuerdo en los futuros pactos.
¿Qué pasará este domingo? Si se cumplen los sondeos, Juanma Moreno (PP) es el gran favorito y está llamado a arrasar, soñando con una mayoría absoluta, pero previsiblemente tendrá que depender de la ultraderecha. El PSOE perderá el primer puesto y se debate entre mantener el tipo o una debacle. Vox aspira a doblar sus escaños y convertirse en necesario para cualquier movimiento. Cs podría desaparecer y perder su último Ejecutivo en España. Las izquierdas no podrán sumar, y Por Andalucía quedaría delante de Adelante Andalucía.
La encuesta flash del CIS publicada el pasado lunes dibuja este panorama: PP (35,2-38,4%), PSOE (23,8-26,6%), Vox (13,6-15,8%), Por Andalucía (9,4-11,4%), Adelante Andalucía (4,5-5,9%), Ciudadanos (3,3-4,5%), PACMA (0,6-1,2%) y Jaén Merece Más (0,1-0,3%). Y un dato del que están muy atentos todos los partidos: el 22,5% dice que “no sabe” o “no contesta” sobre su papeleta.
Juanma Moreno es la estrella de estas elecciones, siendo el candidato mejor puntuado por los andaluces. El malagueño ha conseguido algo que parecía imposible: asentar a la derecha en una comunidad históricamente volcada a la izquierda y que se sitúa sociológicamente en el centro. En las anteriores elecciones obtuvo el peor resultado de la historia del PP, pero la carambola de la suma de Cs y Vox le llevó al Palacio de San Telmo. Desde ese momento ha sabido hacerse con las riendas de la Junta y su carácter templado y educado ha permeado entre las diferentes capas de la poliédrica Andalucía.
Él ha hecho una campaña de perfil bajo, sin sobresaltos, llamando a conseguir una amplísima mayoría y sueña con una absoluta (la cifra mágica de los 55 escaños en el Hospital de las Cinco Llagas). Consigue absorber, según las encuesta a votantes de Cs, de Vox y también a socialistas desencantados. De hecho, su estrategia final ha pasado por pedir ese voto “útil” para poder gobernar en solitario y no tener que depender de Macarena Olona. Pero jugando de manera doble: no ha rechazado pactar con la ultraderecha si es necesario.
Y no ha contestado Moreno porque no ha querido. La propia Olona le tendió la mano en directo en el último debate en Canal Sur ofreciéndose para un acuerdo con los populares. De hecho hubo una amenaza directa: no facilitará su investidura si es necesario al menos un voto suyo si no se garantiza que entran a gobernar en coalición en la Junta de Andalucía. El ‘popular’ ha llegado, en cambio, a abrir la puerta de una repetición electoral si no dan los números para una investidura y reprocha que la extrema derecha quiera entrar en un Gobierno en el que no cree. Desde la izquierda no lo ven y recuerdan que fue el primer político del PP que pactó con Vox en las pasadas elecciones de 2018, aunque el apoyo fue externo desde el Parlamento.
En el PSOE hay en estos momentos dos cifras que torturan. Por un lado, 33, el número de escaños sacados por Susana Díaz hace tres años y medio y con los que hoy se conformarían en la calle de San Vicente. Y luego está el temor de bajar de los 30, lo que supondría toda una debacle para el PSOE.
Además, los socialistas estrenan en esta cita nuevo candidato, Juan Espadas, ex alcalde de Sevilla. El aspirante espera, y en eso ha centrado los últimos días de la campaña, en aglutinar todo el “voto útil” de la izquierda y movilizar a su electorado -cerca de 500.000 votantes progresistas se quedaron en sus casas en los anteriores comicios-. Para ello ha intentado “desenmascarar”, como señalan en su entorno, a Moreno Bonilla durante estas semanas, para desmontar esa Andalucía “idílica” que dibujan desde el Partido Popular.
El problema que tiene el PSOE-A es que el PP es visto, según el CIS, como el partido que mejor defiende los intereses de Andalucía. Moreno ha logrado crear tanto la marca “Juanma” como desterrar el miedo histórico que había en la comunidad a un Gobierno de la derecha. Aunque en los últimos días, en el equipo del popular ha cundido el temor de que parezca que la victoria está ya hecha e influyan condiciones como la ola de calor -mucha gente se irá a la playa- y las festividades del Corpus.
El PP espera esa amplísima mayoría en el Parlamento andaluz para quitarse el mal sabor de boca que dejó Castilla y León y aprovechar el resultado para presentar un supuesto cambio de ciclo político en España. Se trata de la primera cita con las urnas desde que Alberto Núñez Feijóo cogió las riendas de Génova 13 y la nueva dirección espera utilizarla como trampolín de cara a las municipales de mayo del año que viene y las posteriores generales de diciembre. El gran problema es si tiene que pactar con Vox, porque los de Santiago Abascal ven esta oportunidad como un ensayo para un Gobierno de coalición a nivel nacional, algo que por ahora rechaza el Partido Popular.
En Moncloa y en Ferraz ya están preparados para el mal resultado, pero esperan que no esté por debajo de los 30 escaños. Desde el PSOE insisten en que son unas elecciones autonómicas y que no cambiaría de color el gobierno, además quieren que los populares se retraten en su relación con Vox. Pero los socialistas son conscientes de que se pierde apoyo en la calle, habiendo sido Andalucía su gran granero.
La gran pregunta es qué hará Pedro Sánchez al día siguiente, con dirigentes socialistas en privado apuntando a que se intentará acercar más a los ciudadanos y que puede haber cambios comunicativos. Otra bala: una remodelación del Gobierno. Pero todo apunta a que no sería inmediata, ya que a finales de mes se celebra la cumbre de la OTAN en Madrid y a lo mejor debería acompasarse con la elaboración de las listas para las próximas municipales y autonómicas.
Más a la izquierda, esta cita supone el primer laboratorio para Yolanda Díaz, ya que Por Andalucía es un experimento en el que se han dado la mano -tras costar mucho- IU, Alianza Verde, Más País y Podemos, entre otros. Además, Inma Nieto es una apuesta ungida por la vicepresidenta segunda y el estilo servirá para otras autonomías, con la fecha ya prevista del 8 de julio de proceso de escucha bajo la marca Sumar. También espera entrar en el Parlamento Adelante Andalucía, la opción capitaneada por Teresa Rodríguez, con un marcado carácter de izquierdas y andalucistas. Con otra promesa: se presentarán en las generales.
Esa historia ya vendrá a partir del 20-J. Primero tendrán que hablar los andaluces.