El tipo que quiere llevar la paz a Oriente Medio no tiene acceso a información clave
¿Cómo podrá hacer su trabajo el yerno de Trump, Jared Kushner, si ya no puede acceder a documentos secretos imprescindibles?
WASHINGTON (EE UU) ― El yerno de Donald Trump, encargado de elaborar un plan de paz en Oriente Medio, ya no puede leer de forma legal los informes de las agencias de inteligencia estadounidenses sobre la región.
La semana pasada, el jefe de gabinete de la Casa Blanca, John Kelly, anunció que retiraría los permisos temporales de alto secreto a aquellos empleados que no hubieran superado la investigación de antecedentes del FBI necesaria para obtener una autorización permanente. Y Jared Kushner, el yerno presidencial, está entre los afectados.
La Casa Blanca no ha respondido al HuffPost EE UU a la pregunta de cómo Kushner podrá seguir con su labor sin acceso a "información ultra secreta, sensible y clasificada", un permiso que se le concedió de forma temporal al comienzo de la presidencia de Trump hace 13 meses.
"El señor Kushner ha hecho más de lo que se espera de él en este proceso", dice en un comunicado el portavoz de Kushner. "Los involucrados en el proceso han confirmado que hay decenas de personas al nivel del señor Kushner cuyo proceso se ha retrasado, que no es infrecuente que estas evaluaciones de permisos tarden tanto en un Gobierno nuevo, y que se están abordando estas demoras. No se ha mostrado preocupación sobre la solicitud del señor Kushner. Como el propio general Kelly ha afirmado, la nueva política de permisos no afectará a la capacidad del señor Kushner para continuar con el importante trabajo que le ha asignado el presidente".
Sin embargo, otras personas conocedoras de este tipo de permisos de seguridad y acceso a materiales secretos sostienen que esa bajada de rango afecta dramáticamente a la capacidad de Kushner para realizar su trabajo.
Para negociar un acuerdo de paz hay que saber qué ocurre entre bambalinas
"No es un papel que pueda cumplir de forma efectiva alguien sin acceso a información top secret", asegura Ned Price, ex analista de la CIA y portavoz del Consejo de Seguridad Nacional durante el Gobierno de Barack Obama.
Bradley Moss, abogado de Washington especializado en solicitudes de autorización de seguridad, apunta que para negociar un acuerdo de paz hay que saber qué ocurre entre bambalinas. Y eso requiere tener acceso a información de agentes, de lugares de escucha y de satélites espía, es decir, la llamada inteligencia de señales.
"Ese tipo de trabajo requiere acceso a la inteligencia sobre los actores implicados, sobre las conversaciones periféricas que mantengan —y ahí entra en juego la inteligencia de señales—, sobre la situación en el terreno", explica. "No sé cómo se puede hacer un trabajo similar al de Secretario de Estado sólo con una acreditación de información 'secreta".
El permiso de Kushner ha sido rebajado de "alto secreto" a "secreto". El rango que sigue a "secreto" es el más bajo en el escalafón.
"Gran parte de la información relevante que pondría al tanto de la posición negociadora de Estados Unidos —no sólo con Israel y Palestina, sino con otros actores internacionales— es muy delicada", señala Colin Kahl, quien fue asesor de seguridad nacional del ex vicepresidente Joe Biden. "Y cualquier otro miembro interagencial que trabaje con Kushner también debería preocuparse por divulgar información clasificada. No resulta sostenible".
El martes, la secretaria de prensa de la Casa Blanca Sarah Huckabee Sanders se negó a contestar por qué estaba teniendo problemas Kushner con su permiso de seguridad.
"He sido muy clara al señalar que no vamos a tratar temas de permisos de seguridad", dijo. "Eso no va a cambiar hoy. No cambió ayer. No va a cambiar mañana. Y probablemente tampoco cambie la semana que viene".
Un escándalo que destapó otro
Y, sin embargo, la declaración de Sarah Huckabee Sanders no es cierta. Los funcionarios de la Casa Blanca sí trataron el tema del permiso de seguridad del ex secretario de gabinete Rob Porter en gran profundidad cuando se reveló que he habían retirado la acreditación porque sus dos ex mujeres contaron al FBI que Porter las había agredido físicamente.
Fue a raíz de ese escándalo cuando aparecieron informes de que decenas de trabajadores de la Casa Blanca —incluido Kushner— seguían trabajando con permisos temporales debido a algún problema con la investigación de sus antecedentes.
Supuestamente, el de Kushner se estaba demorando por cuestiones relativas a sus finanzas y al interés de inversores extranjeros en sus negocios familiares, lo cual podría influirle para favorecer sus propios fines. Su decisión años atrás de adquirir una cara torre de oficinas en pleno centro de Manhattan dejó una gran deuda para su familia.
Aunque estas cuestiones ya se sabían durante la campaña, al llegar al Despacho Oval Trump reprodujo el modelo de negocio familiar que ha estado llevando a cabo durante décadas: se llevó a la Casa Blanca tanto a su hija Ivanka Trump como a su esposo, Jared Kushner, como asesores principales.
Al comienzo del Gobierno de Trump, el portfolio de Kushner aparentemente incluía justo lo que su suegro dijo que quería lograr, desde un acuerdo de paz entre israelíes y palestinos, hasta resolver la epidemia de opiáceos, pasando por negociar acuerdos comerciales y mejorar el sistema de Atención de Veteranos de guerra. Incluso se puso a Kushner al mando de una "Oficina de la Innovación Estadounidense", aparentemente encargada de resolver todos los problemas de los sectores público y privado.
Un año después, al menos las apariciones públicas de Kushner han disminuido. Fue una figura clave a la hora de forzar la salida del ex jefe de estrategiaStephen Bannon el verano pasado, pero la llegada simultánea de John Kelly trajo una nueva estructura de poder al Ala Oeste. Desde ese momento, todo el mundo tiene que informar a Kelly, incluso Kushner e Ivanka Trump. Previamente, un buen número de trabajadores sólo informaba al presidente, puenteando de ese modo al anterior jefe de gabinete, Reince Priebus.
En una breve conferencia de prensa conjunta con el primer ministro australiano el viernes, el presidente alabó el trabajo de Kushner, pero dijo que la decisión sobre su autorización de seguridad estaría sólo en manos de Kelly.
"Eso dependerá del general Kelly. El general Kelly respeta mucho a Jared y el general Kelly tomará esa decisión. Yo no la tomaré", zanjó Trump.