El Supremo suspende de momento la exhumación de Franco
Iba a tener lugar el próximo lunes.
La Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo ha decidido por unanimidad suspender cautelarmente la exhumación de los restos de don Francisco Franco Bahamonde, que debía llevarse a cabo el 10 de junio a las 10 horas.
La decisión es temporal hasta la resolución de los recursos presentados por la familia del dictador, que dirigió férreamente el país entre 1939 y 1975 y está enterrado en una basílica en el faraónico complejo del Valle de los Caídos.
“La razón en que descansa esa decisión es la de evitar el perjuicio que, de otro modo, se causaría a los recurrentes (...) si, exhumados esos restos, se estimara el recurso y fuera preciso devolverlos al lugar en que se hallan”, argumentó el Supremo en un escueto comunicado.
“El gobierno pospondrá la ejecución de la exhumación hasta que en los próximos meses se dicte Sentencia sobre el fondo del asunto”, señaló el ejecutivo del socialista Pedro Sánchez en una nota donde se muestra “convencido de que el Tribunal Supremo desestimará este recurso”. “La suspensión cautelar acordada por el Supremo implica que el Gobierno pospondrá la ejecución de la exhumación hasta que en los próximos meses se dicte sentencia”, han dicho desde La Moncloa.
Anunciada a bombo y platillo poco después de la llegada de Sánchez al poder, ahora hace un año, la exhumación de Franco se está convirtiendo en una pesadilla para el gobierno español.
Su ejecución, prevista inicialmente para finales del verano boreal de 2018, se ha ido retrasando debido, especialmente, a la batalla judicial que está librando la familia del exdictador para detener el proceso.
Además, en caso de producirse el traslado, los descendientes del dictador querían que fuera reenterrado en la catedral de la Almudena, en el centro de Madrid, aunque el gobierno se decantó por el discreto cementerio de El Pardo.
La Fundación Francisco Franco, cómo no, “satisfecha”
La Fundación Nacional Francisco Franco ha expresado este martes su “satisfacción” por la decisión del Tribunal Supremo de paralizar la exhumación de los restos del dictador del Valle de los Caídos hasta que corte no resuelva sobre el fondo del asunto.
Esta fundación es una de las cuatro partes que han recurrido ante la justicia para intentar impedir la exhumación de Franco, cuyos restos el Ejecutivo quiere inhumar en el mismo panteón del cementerio de Mingorrubio en El Pardo donde reposan los restos de la mujer del general.
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Los nietos de Franco, en cambio, se oponen a sacar a su abuelo del Valle de los Caídos. Y sólo si esta decisión es avalada por el Supremo, han designado como lugar para la inhumación la cripta de la catedral de La Almudena, donde la familia posee unas sepulturas a perpetuidad, que ocupa ya la fallecida hija única de Franco, Carmen.
En línea con lo expresado por el resto de las partes interesadas (la familia Franco, la comunidad Benedictina que custodia la basílica del Valle de los Caídos y la Asociación de Defensa del Valle de los Caídos), la Fundación Franco considera ilegal el real decreto ley que inició el procedimiento para exhumar los restos del dictador, una operación que califica de “bravuconería”.
Un “afán” del Gobierno
Alega la fundación que este decreto es “contrario a la doctrina constitucional sobre la prohibición de leyes singulares”, al considerar que está hecha única y exclusivamente para sacar del Valle de los Caídos a Franco y no así a otras personas enterradas allí y que no murieron como consecuencia de la Guerra Civil, como es el caso de algunos monjes enterrados en el Valle de los Caídos.
Para la fundación, el real decreto ley que da cobertura jurídica a la exhumación del dictador tampoco responde a un supuesto de urgente necesidad que requieren las medidas adoptadas por esta vía del real decreto ley.
En definitiva, para la fundación la decisión de exhumar a Franco responde a un “afán” del Gobierno de Pedro Sánchez de “fomentar la crispación” con una medida que ‘reabre heridas, enfrenta a los españoles y no propicia la unidad de todos’ para hacer de España “una nación fuerte, orgullosa de su historia , que aprende tanto de los aciertos como de los errores”.