El Supremo de Brasil declara que el juez Moro fue parcial al condenar a Lula por corrupción
La actuación tuvo cariz “político” y apuntó a “desprestigiar” al expresidente frente a la opinión pública.
El Tribunal Supremo de Brasil dictamina que el juez Sergio Moro fue parcial al juzgar y condenar al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva por corrupción en dos casos de la megainvestigación Lava Jato.
Los magistrados han aprobado así la demanda de habeas corpus presentada por Lula en 2018, cuando Moro aceptó entrar en el Gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro como ministro de Justicia.
Esta es la segunda sentencia que Lula gana a Moro en las últimas semanas. El alto tribunal ya anuló las dos condenas por corrupción y blanqueo de dinero relacionadas con la trama Lava Jato, que sumaban más de 20 años de prisión, y le restituyó los derechos políticos. Lula pasó más de un año en la cárcel.
El dictamen del Supremo, con tres votos a favor frente a dos en contra, se produce después del cambio de decisión de la magistrada Cármen Lúcia Antunes. En las últimas horas varió el sentido de su voto en favor de apoyar las acusaciones de parcialidad que Moro mostró durante la instrucción del caso del apartamento de Guarujá en 2017, en el que Lula fue condenado por corrupción.
Interés “político”
Según la decisión, limitada a un juicio sobre un apartamento en una playa que Lula habría recibido como soborno, la actuación de Moro como juez quedó en duda con algunas de sus actuaciones durante el proceso, como órdenes para interceptar judicialmente y en secreto los teléfonos de los abogados que asistían al expresidente.
Además, desde que se comenzó a juzgar esta acción intentada por la defensa de Lula, surgieron informaciones que sugieren que Moro, en su condición de juez, coordinó u orientó de alguna manera las acciones de los fiscales a cargo de la investigación, lo cual está estrictamente prohibido por la ley.
El juez Gilmar Mendes, presidente de la Segunda Sala, fue uno de los que consideraron que Moro “no fue imparcial” y afirmó que, entre otros factores, la actuación del entonces juez tuvo cariz “político” y apuntó a “desprestigiar” a Lula frente a la opinión pública.
Según sostuvo Mendes, ese interés “político” se reforzó con la imposibilidad de que Lula, ya condenado, se postulara a la Presidencia en 2018, cuando fue elegido el actual mandatario, Jair Bolsonaro, que luego nombró a Moro como ministro de Justicia, aunque el exjuez dejó el Gobierno en abril de 2020 enemistado con el gobernante.
Los escándalos de corrupción
Lula fue juzgado en primera instancia en un tribunal de la ciudad de Curitiba a cargo entonces de Moro, responsable de todos los casos relacionados con los escándalos de corrupción destapados por la operación Lava Jato en la estatal Petrobras.
En dos de esas causas fue condenado a un total de casi 26 años de prisión, de los que cumplió cerca de un año y siete meses, pero esos procesos, igual que otros dos en los que no llegó a haber sentencia, fueron anulados el pasado 8 de marzo.
La anulación fue decidida por el juez Edson Fachin, también del Supremo, quien entendió que los procesos en que Moro juzgó a Lula no tenían relación con el caso Petrobras, que era el único sobre el que tenía competencia el tribunal de Curitiba.
De acuerdo con esa decisión de Fachin, y debido a ese conflicto de competencias, esos cuatro juicios contra Lula deberán ser realizados nuevamente, pero en tribunales de Brasilia. Aún no han decidido cuándo comenzarán a examinar esas causas, relativas a sobornos que el exmandatario habría recibido de empresas privadas.