El recluso fugado de la cárcel de Pereiro nunca se fugó: cobró una herencia y lo mataron por dinero
La Guardia Civil ha detenido a dos personas siguiendo la pista de las extracciones de dinero los días posteriores al asesinato.
Fernando Iglesias Espiño tenía que haber vuelto a la prisión de Pereiro (Ourense) el pasado 13 de agosto, tras disfrutar de un permiso de fin de semana, pero nunca se reincorporó a la vida carcelaria, a seguir pagando su condena por haber matado a su mujer y a sus dos hijos. Se empezó entonces a hablar de fuga, en un momento en el que parecían hasta de moda.
Había cosas que no casaban: ya había disfrutado más veces de esos permisos, al menos en una decena de ocasiones, y sin quebrantamiento alguno, ya estaba en tercer grado, en régimen abierto, esperando el final de su condena para 2021... Y ahora se sabe que no es que no quisiera volver, sino que no pudo, porque lo asesinaron. Ayer se encontró su cuerpo.
Las investigaciones desarrolladas por el equipo de la Policía Judicial de Ourense apuntan a un móvil económico, supuestamente una herencia, como posible causa de la muerte de Iglesias Espiño. La Guardia Civil apreció "circunstancias extrañas en torno a la desaparición" y abrió una investigación para esclarecer este caso, informaron hoy fuentes de la investigación en un comunicado.
Tras exhaustivas pesquisas, dos personas fueron detenidas en las últimas horas en el marco de la denominada Operación Avaro -un nombre más que apropiado-, como presuntos autoras de delito de homicidio o asesinato en concurso con un robo con violencia relacionado con la muerte de este asesino.
En concreto, los agentes de la Policía Judicial apuntan a que su desaparición fue "forzada" y que coincidió con que el recluso había recibido una herencia de 26.000 euros. "Compartió la información y esa fue su perdición", como resume La Voz de Galicia.
Al poco de salir
Los investigadores consiguieron concluir que Iglesias Espiño falleció "a las pocas horas de salir de prisión" en una granja en la localidad orensana de Maside, que se da la coincidencia regentaba uno de los detenidos y en la que el preso colaboraba trabajando en sus salidas de permiso penitenciario.
Al realizar el rastreo del dinero en entidades bancarias en las provincias de Ourense, Pontevedra y en el norte de Portugal, los investigadores observaron que "15 días" antes de su desaparición alguien había retirado 15.000 euros mediante "sofisticados sistemas para la sustracción y para borrar cualquier rastro", por lo que se inició un dispositivo de vigilancia.
A raíz de las pesquisas, los responsables de la investigación observaron "movimientos raros" en las cuentas del preso desaparecido, que concluyeron con la detención en las últimas horas de dos sospechosos con los que Iglesias Espiño habría coincidido en la cárcel de Ourense: F.G.H., de 43 años, y O.G.L., de 38.
Para la realización de los registros, los agentes utilizaron drones y detectores especiales de las Fuerzas Armadas, en una operación dirigida por el Juzgado de Instrucción número 1 de Ourense y de la Fiscalía provincial.