El Kremlin encara una oleada de críticas por la retirada rusa del norte de Ucrania
Militares retirados, blogueros y propagandistas del Kremlin hablan de "negligencia" o "deshonor", mientras un centenar de concejales piden la marcha de Putin.
La retirada de las tropas rusas del norte de Ucrania no ha sido bien recibida por el partido de la guerra, que incluye tanto al líderes regionales como a militares retirados, blogueros y propagandistas del Kremlin, todos muy críticos con la marcha de la campaña militar.
Al igual que ocurriera en abril pasado con el repliegue de las afueras de Kiev, el Ministerio de Defensa ruso argumentó que decidió retirar sus fuerzas de varias localidades de la región de Járkov con el fin de reagruparlas y reforzar sus posiciones en el Donbás.
Las explicaciones cayeron en saco roto. Primero, porque la retirada coincide con la exitosa contraofensiva del Ejército ucraniano en el sur y norte del país, apoyada por los sistemas de misiles occidentales. Y segundo, porque el Ejército ruso no ha logrado apenas ninguna victoria en el campo de batalla desde que tomara Lisichansk y se hiciera con el control de la región de Lugansk a principios de julio.
Ayer mismo se supo que cerca de un centenar de concejales rusos piden la dimisión de Vladimir Putin, el presidente, al que achacan no sólo la guerra, sino su gestión desde que comenzó la segunda legislatura; “todo ha ido mal”, dicen. Hablan del PIB y del salario mínimo, que no han crecido según lo esperado, pero también de que “gente trabajadora e inteligente está abandonando Rusia en masa”, y de que no se ha producido la estabilidad prometida.
En cuanto a la reconquista ucraniana, el líder regional más crítico con el repliegue ha sido precisamente el más leal, el chechén Ramzán Kadírov. “No soy un estratega como en el Ministerio de Defensa. Pero se cometieron errores. Creo que ellos sacarán conclusiones”, dijo en su canal de Telegram. Añadió que “si hoy o mañana no se introducen cambios en la estrategia de la operación militar especial”, tendrá que “contactar con los dirigentes del ministerio y del país para aclarar la situación”.
Kadírov, cuyas unidades conocidas como Kadírovtsi participaron en la toma del puerto de Mariúpol, en la región de Donetsk, se ofreció a enviar 10.000 hombres para recuperar el terreno perdido en Ucrania.
El líder crimeo, Serguéi Axiónov, el gran beneficiado de la anexión de la península ucraniana de Crimea, tampoco se mordió la lengua. “Gracias a Dios que el Ministerio de Defensa comenzó, por fin, a lanzar ataques contra la infraestructura (ucraniana). Esperemos que, de una vez por todas, todo esto tenga un carácter más firme”, comentó a la prensa después de que los misiles rusos comenzaran a martillear Járkov.
Halcones y blogueros
El retirado oficial ruso Ígor Guirkin, que lideró bajo el alias de Strelkov la sublevación armada prorrusa en el Donbás en 2014, utilizó el canal de Telegram para denunciar lo que llamó “gran derrota” del Ejército ruso en el flanco noreste. “El enemigo ya ha ganado la batalla por la iniciativa. Ahora se trata de no permitir al Ejército ucraniano que rodee y destruya gran cantidad de nuestras fuerzas”, dijo Guirkin, que incluso hizo un paralelismo con la derrota en la Guerra ruso-japonesa de 1905, uno de los detonantes de la posterior caída del imperio zarista.
También colgó un vídeo del secretario general del partido del Kremlin, Andréi Turchak, en la ciudad de Kupiansk, uno de los bastiones estratégicos cedidos por el Ejército ruso en Járkov, donde promovía la campaña “Rusia aquí para siempre”.
Partidario de la movilización general de la población para destruir el Estado ucraniano, criticó que, mientras el Ejército ruso combate en el país vecino, los moscovitas celebraran el sábado y domingo el 875 aniversario de la fundación de la ciudad con conciertos y fuegos artificiales.
Guirkin, que no ha dudado en llamar “negligente” al ministro de Defensa, Serguéi Shoigu, ya no cuelga desde hace semanas sus populares vídeos sobre la marcha de la guerra en Youtube, en lo que muchos interpretan como un acto de censura oficial.
En las redes sociales blogueros como Maxim Fomin pidieron directamente una purga entre los oficiales que comandan las operaciones en el país vecino. Mientras, el experto militar Yuri Podoliaka arremetió contra aquellos que le pidan que se crea a pies juntillas los partes de Defensa y que la retirada de Járkov es en realidad un “astuto plan” y no una derrota en toda regla, especialmente en Izium, localidad clave para la ofensiva contra Donetsk.
Criticó especialmente tanto que Rusia abandone a la población de esos territorios ocupados como que el Ejército entregue al enemigo combustible y equipos militares.
También se sumó a las críticos el conocido comandante prorruso del batallón Vostok de la república popular de Donetsk, Alexandr Jodakovski, quien criticó la mala gestión de los recursos humanos a disposición del Ejército ruso.
También propagandistas
Los más conocidos propagandistas rusos también se apuntaron a la moda de criticar a los generales rusos por entregar territorios sin pegar un solo tiro. “Muchos altos cargos con uniforme son dignos de despido con deshonor y parte ellos, de condena de cárcel o incluso fusilamiento”, afirmó en canal de Telegram Vladímir Soloviov, presentador estrella de programas política de la televisión pública.
Soloviov, desde hace años uno de los abanderados de la campaña de odio contra todo lo ucraniano en la televisión, incluso se mostró dispuesto a “dar nombres”.
Mientras, la directora del canal RT, Margarita Simonián, pasó de mostrarse convencida de que Rusia ganará la guerra a asegurar que no quiere ser presa de la histeria por las malas noticias del frente y a mostrarse nostálgica sobre cuando rusos y ucranianos celebraban juntos el Día de la Victoria durante la Unión Soviética.
Los que no cambiaron de opinión son las decenas de diputados municipales rusos que han firmado ya una petición de dimisión contra Putin por lanzar la “operación militar especial” en Ucrania.