El independentismo muestra en la calle su rechazo al deshielo de Sánchez
Miles de personas se manifiestan en Barcelona contra el Consejo de Ministros en una jornada que ha acabado con 13 detenidos
El acercamiento planteado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no parece haber convencido a la mayoría de los independentistas. Miles de personas se han manifestado este viernes contra la celebración en Barcelona del Consejo de Ministros, en una jornada marcada por los cortes de carretera en todo el territorio y los enfrentamientos con la policía en capital catalana.
Los cortes de carretera han empezado a las 6 de la mañana y han llegado a su punto álgido dos horas más tarde, momento en el que había 23 tramos de carreteras cortadas en todo Cataluña. En el área metropolitana de Barcelona, el tráfico se ha reducido un 54%. El centro de la ciudad estaba absolutamente blindado, con muchos comercios cerrados, calles cortadas y un aspecto inusual para un día laborable. Toda callejuela cercana a la Llotja de Mar, lugar en el que se ha celebrado la reunión, estaba protegida por cuatro o cinco policías.
La jornada en Barcelona ha tenido dos caras. Por un lado, manifestantes en ambiente festivo y pacífico, que incluso increpaban y trataban de apartar a quienes se tapaban la cara y tenían comportamientos violentos. Por el otro, barricadas y jóvenes encapuchados con ganas de enfrentarse a la policía, con actitud agresiva y lanzamiento de piedras y objetos a los Mossos d'Esquadra.
La policía catalana ha cargado varias veces durante toda la mañana, en ocasiones con mucha dureza y ha detenido a 13 personas, 10 de ellas en Barcelona. El Servicio de Emergencias Médicas ha atendido 77 personas. De estos, 35 eran agentes de los Mossos.
El fuerte perímetro policial que protegía la Llotja de Mar ha disgregado a los manifestantes en diversos grupos. Los independentistas se iban concentrando ante los cordones de vallas instalados por la policía en diversos puntos. Frente a la Estación de Francia, el ambiente a primera hora de la mañana era tranquilo y pacífico. Los principales gritos eran contra las "fuerzas de ocupación" y a favor de la liberación de los políticos en prisión. El ambiente en la zona de Drassanes, en cambio, estaba mucho más caldeado.
Las primeras cargas en esa zona han sido sobre las 9 de la mañana. A partir de ahí, ha habido varios conatos de enfrentamiento hasta que, sobre las 11.45 h la policía catalana ha cargado con dureza. Se han sucedido entonces varios enfrentamientos entre encapuchados y los Mossos d'Esquadra, tanto en la zona de Drassanes como en las callejuelas de sus aledaños.
La batalla ha llegado incluso a La Rambla ante la atónita mirada y el miedo de algunos turistas. Los manifestantes lanzaban piedras, containers y vallas metálicas a unos agentes con los ánimos cada vez más caldeados. Al mismo tiempo, se sucedían las escaramuzas por las calles del centro. Algunos manifestantes trataban de evitar el lanzamiento de piedras a la policía, pero eran una minoría ante unos manifestantes enfurecidos, en su mayoría gente joven.
Los enfrentamientos se han trasladado después a la Via Laietana, a un kilómetro de La Rambla. Ahí, un grupo de unos 500 manifestantes, la mayoría de ellos con las caras tapadas, ha lanzado objetos a los Mossos que protegían el perímetro en una de las calles anexas. La policía ha cargado también en ese lugar y, al retirarse, se han vuelto a suceder las refriegas entre manifestantes y agentes, ahora ya por todo lo ancho del Paseo Colón.
Muchos bomberos, presentes entre los manifestantes, se han enfrentado a los encapuchados más violentos y se han esforzado para contener a unos jóvenes con ganas de enfrentarse a la policía. Durante esos enfrentamientos los Mossos han disparado en más de una ocasión proyectiles de foam a los concentrados.
La ola de movilizaciones ha tenido su réplica más festiva y familiar durante la tarde, en la manifestación convocada por la ANC y otras entidades independentistas. Miles de personas han copado el Paseo de Gracia en una concentración que se ha desarrollado con total tranquilidad, con los manifestantes cantando, bailando y reivindicando el pacifismo del que hasta hace poco hacía gala todo el independentismo.
"Lo que ha sucedido esta mañana no nos conviene nada", explicaba Pere Franel, un sextagenario de Barcelona durante la manifestación de la tarde. "Pero entiendo que los más jóvenes estén cabreados".