El independentismo mide su apoyo en la calle en una Diada centrada en los políticos en prisión y en el extranjero
La manifestación iniciará una serie de movilizaciones con la vista puesta a la sentencia del juicio del 1-O
"La independencia no se hace en los despachos". El president de la Generalitat, Quim Torra, lo advirtió el martes pasado durante su conferencia en el Teatre Nacional de Catalunya.
El independentismo vuelve a la calle este martes para iniciar una serie de movilizaciones que calibrarán la fuerza de un movimiento que desde 2012 realiza las manifestaciones más masivas de España. Como ha sucedido en otros años, la Diada será de nuevo el termómetro del apoyo que el independentismo tiene en la calle y ejercerá de catalizador del llamado "otoño caliente" que prevé el secesionismo.
Se cumplirá un año de muchas cosas y el independentismo tiene intención de conmemorar todos los aniversarios: el 20 de septiembre, de la manifestación alrededor de la Consellería de Economía. El 1 de octubre, del referéndum. El 3, de la huelga que obligó al Rey a intervenir. El 16 de octubre, otra movilización para conmemorar el primer año de la entrada en prisión de los 'Jordis'. El 27, de la fallida declaración de independencia. En el horizonte, el juicio del 1-O y, sobre todo, su sentencia: esa será la próxima fecha clave que el independentismo tiene marcada para volver a copar la calle y hacer ruido en el exterior.
De poco sirve entrar en el tradicional baile de cifras: la Diada volverá a ser masiva. El lunes por la mañana la manifestación de la ANC contaba ya con más de 435.000 inscritos –el año pasado fueron 450.000– y en todas las ediciones se han contabilizado más manifestantes que los inscritos previamente. Seguramente el independentismo volverá a llenar Barcelona y la ANC (organizadora de la manifestación) demostrará de nuevo su capacidad de movilización.
La Diada llega, sin embargo, en un momento en el que el una parte del secesionismo apuesta por una visión más pragmática de la situación. Ya nadie afirma que esta será la "última Diada autonómica" ni ningún político vende hojas de ruta milagrosas de 18 meses. Ahora mismo no hay un camino determinado a seguir y el independentismo vive una pugna entre dos vías.
Hay una vía que apuesta por el diálogo, capitaneada por ERC y un sector del PDeCAT. Fuentes de ERC se atribuyen las llamadas al diálogo en el discurso de Torra así como la parte más moderada de una conferencia que hace dos semanas tenía un tono mucho más beligerante. El otro sector –liderado por Carles Puigdemont, Quim Torra y sus cargos en el Govern y el grupo parlamentario– es más partidario de la vía de la confrontación con el Ejecutivo de Sánchez, convencido de que habrá pronto otra "ventana de oportunidad" para echar un nuevo pulso al Estado.
Se suceden las Diadas reivindicativas. Y ya van seis. El independentismo no tiene suficiente fuerza para imponerse, pero tampoco para tirar la toalla. Las encuestas del CEO (El CIS catalán) muestran que el apoyo a la secesión oscila entre el 41 y el 49% desde 2014. El último barómetro, de julio, señala que el 46,7% de los catalanes son favorables a la constitución de Cataluña en un Estado independiente. Un 44,9% se opone y un 8,4% no sabe qué responder.
Ante esta coyuntura, el objetivo de la ANC y del Govern es hacer hincapié en la "situación de excepcionalidad" que se vive en Cataluña. 15 de los protagonistas de la Diada del año pasado –Desde Carles Puigdemont hasta Jordi Cuixart, pasando por los consellers y otros cargos– se encuentran en prisión o en el extranjero. Sin ir más lejos, los dos anteriores presidentes de la ANC –Carme Forcadell y Jordi Sànchez– están en la cárcel a la espera de juicio.
Los actos y la manifestación
Los actos institucionales del Govern, celebrados la noche del lunes, explotaron como única reivindicación la libertad de los presos que se encuentran en prisión preventiva o en el extranjero. En un acto que contó con la presencia de todas las autoridades del independentismo junto a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, el Govern proyectó en la fachada de la Generalitat imágenes de todos los miembros del Govern cesado junto a frases que versaban sobre la libertad.
El martes se celebrará la manifestación de la ANC, que pretende ocupar toda la Diagonal de Barcelona entre el Palacio de Pedralbes y la calle Castillejos. La performance elegida para este año será una "gran ola" que, a las 17:14 h, recorrerá esta larga calle de Barcelona. La ANC pide a los asistentes que a esa hora estén en silencio para dar el toque de salida a la ola humana, que se escenificará con unas banderas rojas que se repartirán entre los asistentes. También se prevé una buena ración de simbología que aluda a los políticos en prisión o en el extranjero así como discursos a su favor. Los abogados Ben Emmerson y Aamer Anwar, que representan a varios de los políticos fugados, tomarán la palabra durante la manifestación.
La situación de esta Diada es radicalmente distinta a las anteriores. Será la primera post 1 de octubre y con políticos en prisión o en el extranjero. La prometida desobediencia al Estado ya tuvo lugar hace un año y la situación sigue enquistada. El independentismo se encuentra en fase de recomposición tras haber cruzado el rubicón y, a pesar de todo, una cosa queda clara: el día siguiente el independentismo seguirá ahí, contando con un apoyo significativo de la población catalana.