El Gobierno de Ecuador reduce los precios del combustibles para frenar las protestas
Organizaciones indígenas y campesinas llevan días de encierros y manifestaciones por la carestía de la vida en el país, que creen insuficiente aún la medida de Lasso.
El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, anunció esta madrugada que reducirá en diez centavos de dólar los precios de los combustibles que ya se encuentran congelados, una medida que pretende atender así una de las principales demandas de las protestas contra su Gobierno por la carestía de la vida.
En un mensaje a la nación emitido por televisión y redes sociales, Lasso detalló que el precio de la gasolinas Extra y Eco País, de 85 octanos, bajará de 2,55 a 2,45 dólares por galón (3,7 litros), mientras que el diésel se reducirá de 1,90 a 1,80 dólares por galón.
Esta reducción es inferior a la demanda del movimiento indígena, principal promotor de las protestas que comenzaron hace dos semanas, que exigen que el precio del galón de las gasolinas mencionadas se fijase en 2,10 dólares y el del diésel en 1,50 dólares.
El gobernante no hizo mención al precio de la gasolina Súper de 92 octanos, la única que tiene el precio liberalizado y que actualmente cuesta alrededor de 4,50 dólares por galón.
Punto sensible
El precio de los combustibles de mayor uso popular es el primero de los diez puntos del pliego de demandas exigidas por las Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) y de otras organizaciones campesinas que convocaron esta movilización.
“Todos consideran que el precio de los combustibles se ha convertido en la piedra angular que mantiene el conflicto y, aunque como Gobierno tenemos muy claro que este factor no es el que origina el problema de los ecuatorianos, debemos pensar en el bien común y la paz ciudadana”, manifestó Lasso en su mensaje.
La semana anterior, Lasso también atendió otros puntos del pliego de demandas como la condonación a familias campesinas de deudas vencidas de hasta 3.000 dólares y la reducción de las tasas de interés para los créditos aún vigentes, así como el aumento de 50 a 55 dólares de un bono para familias vulnerables.
No obstante, hay otros puntos de la agenda indígena aún pendientes como el control de precios de productos de primera necesidad, el respeto a los derechos de los pueblos indígenas, la no privatización de empresas públicas y la no proliferación de la actividad minera y petrolera en la Amazonía. Por eso, el paro nacional se mantiene, según se ha anunciado en redes sociales.
Gestos para una solución
La reducción del precio de los combustibles es un nuevo gesto de Lasso para dar una solución a este conflicto después de que el sábado hubiese una primera toma de contacto entre el Gobierno y los líderes del movimiento indígena, entre ellos Leonidas Iza, presidente de la Conaie.
También se da después de que el viernes tomasen “medidas que hicieron que, quienes se sintieron engañados por sus dirigentes, regresen a sus respectivas comunidades”, mencionó Lasso.
Así el jefe de Estado hizo referencia a que, después de que el Gobierno permitiese al movimiento indígena entrar en la Casa de la Cultura para instaurar una asamblea popular, una de sus condiciones para abrirse al diálogo, sus dirigentes se manifestasen a favor de una moción para destituir a Lasso en la Asamblea Nacional (Parlamento).
De esta forma se redujo la movilización de indígenas que habían llegado a Quito para hacerse sentir con más fuerza, a lo que se sumó la derogatoria el sábado del estado de excepción decretado en seis provincias que concentraban las manifestaciones.
Advertencia a los violentos
No obstante, el mandatario lamentó que se hayan seguido produciendo “más actos de violencia y terrorismo” tras levantar el estado de excepción, que suspendía los derechos de reunión y asociación y permitía el despliegue de Fuerzas Armadas en apoyo de la Policía.
“Para los que siguen con la violencia, y causando terror, nuestra Policía y Fuerzas Armadas seguirán actuando mediante el uso progresivo de la fuerza para establecer el orden y devolver a la ciudadanía la tranquilidad que requiere para vivir en paz, trabajar y prosperar”, sostuvo Lasso.
Las protestas comenzaron el 13 de junio y hasta ahora dejan un saldo de cinco muertos y unos 400 heridos, de ellos la mitad manifestantes y la otra mitad policías y militares.