El exdirector de Emergencias de Murcia reconoce un "error de político novato"
"Lamento que se dé más relevancia a una fotografía que a todo el trabajo desarrollado".
El ex director general de Emergencias de la Región de Murcia, Pablo Ruiz Palacios, ha lamentado que se haya dado “más relevancia a una fotografía que a todo el trabajo desarrollado” por su departamento a lo largo del episodio de gota fría y ha considerado que su cese es consecuencia de un “error de político novato” y una cuestión “de imagen”.
Así lo ha dicho este miércoles en una rueda de prensa en la que ha calificado de “repentino y sorprendente” su cese este martes después de que se conociera que asistió a una obra de teatro el pasado 13 de septiembre, cuando la región atravesaba una situación de alerta, con numerosos municipios inundados y centenares de personas evacuadas de sus casas.
“No tengo nada que esconder ni nada de lo que avergonzarme”, ha dicho a los medios de comunicación, a los que ha explicado que trabajó sin descanso durante todo el fin de semana y que empleó un tiempo de receso para acompañar a su familia a ese evento.
“Vivo a 50 metros del Teatro Romea (en el que se representó la función) y podría haber pasado ocho horas durmiendo en mi casa y habría pasado desapercibido”, ha opinado, y ha insistido en que se ha entregado “en cuerpo y alma” a sus funciones porque no aceptó el cargo para “hacer política de postureo, sino para trabajar”.
El cese, ha dicho en varias ocasiones, viene ordenado por la dirección nacional de Ciudadanos, aunque ha reconocido que no ha recibido la llamada de ninguno de sus dirigentes.
Ha agradecido el apoyo recibido por algunos de sus compañeros de partidos a nivel regional, entre los que ha citado a Valle Miguélez, Miguel Garaulet y Ana Martínez Vidal, a la vez que ha anunciado su baja como afiliado.
También ha dado las gracias al presidente de la comunidad autónoma, el popular Fernando López Miras, quien al ser preguntado ayer sobre la polémica que había suscitado la foto, tuvo la “valentía”, ha dicho, de decir “la verdad” y reconocer que habían trabajado “codo con codo” durante la crisis.