El cuadrúpedo que se apoyaba en una pata
Una viñeta de Pepe Vera.
Nada más absurdo que un elefante en equilibrio. Aunque posee un gran olfato, oído, memoria o cierta inteligencia, está lejos de alcanzar la movilidad y agilidad de un felino. No digamos de un ave, un insecto, o un microorganismo. Los elefántidos observan como aumenta el abismo bajo ellos. Circensemente adiestrados se mantienen inmóviles, incapaces de saltar fuera de la grieta abierta.
La estrategia del miedo ante la pandemia nos presenta una imagen inquietante colocando a un torpe e inmenso cuadrúpedo sobre el virus. Para aumentar el estrés, además, se renuncia a la estabilidad natural que le otorga su morfología. Arriesgándolo todo al equilibrio irracional que le ofrece el apoyo sobre una sola pata.