El corredor submarino de hidrógeno: un proyecto que hará de España un referente en Europa
Del MidCat al BarMar y ahora H2MED: en qué consiste el proyecto con Francia y Portugal capaz de situar a nuestro país como un gran 'hub' energético europeo.
Primero fue el MidCat. Era la gran oportunidad de que España se aprovechase de su ventajosa posición como país europeo receptor de gas natural -tanto el licuado para ser regasificado que llega por vía marítima, como el que viene por tubo procedente del Magreb- con la culminación de una macroinfraestructura capaz de surtir a los países del norte de Europa. Y tras el tira y afloja de España y Portugal -con apoyo de Alemania- con Francia, se enterró definitivamente la idea de completar ese gasoducto sustituyéndolo por el del H2MED. O lo que es lo mismo, la nueva gran oportunidad de España para convertirse en referente energético europeo.
BarMar son las siglas de Barcelona y Marsella, las dos ciudades que serán unidas por una tubería submarina (pipeline) para establecer lo que los tres socios comunitarios han denominado como el Corredor verde de la energía y que han bautizado oficialmente como H2Med. El motivo es que la primera denominación no incluía al socio portugués, cuando el proyecto contempla más que una tubería entre las urbes española y gala. También incluye la finalización de la conexión entre Celourico da Beira (Portugal) y Zamora, un segundo tramo que se denominará CelZa.
Sin embargo, tras esta serie de vaivenes y modificaciones que han acompañado a las negociaciones, todavía quedan algunas incógnitas en el aire. ¿Cuánto costará, quién pagará o qué supondrá realmente de cara al futuro y la transición a formas de energía más limpias? Estas son las claves de una iniciativa que puede situar a la alianza ibérico-gala en una posición de liderazgo.
¿Qué es el H2Med?
En líneas generales es la solución que más satisface a las tres partes. Si España y Portugal -y potencias como Alemania- apostaban por recuperar el proyecto del MidCat, Francia dejó claro desde el primer momento que no saldría a cuenta finalizar un proyecto que nació como un gasoducto, aunque se previese su futuro uso para transportar hidrógeno verde. Tras haber cedido ambas partes, el resultado es el H2Med, una tubería submarina destinada a llevar hidrógeno verde que se convertirá en el mayor hidroducto del mundo con un recorrido que podría llegar a los 450 kilómetros.
Se calcula que el H2Med puede llegar a transportar hasta el 10% del objetivo total de hidrógeno renovable fijado por Bruselas en el plan ‘RePower EU’, que se presentó el pasado mes de mayo y establece un objetivo de 20 millones de toneladas de hidrógeno renovable para 2030.
¿Por qué es importante para España?
A la cuestión de que España ya cuenta con una posición muy ventajosa respecto al gas natural -por sus conexiones con Argelia y Marruecos y por tener la mayor capacidad de almacenaje y regasificación de la UE- se suma que el H2Med estará acompañado, necesariamente, de una mejora de las interconexiones energéticas con Francia, una vieja reclamación que será clave en el escenario futuro.
Se debe al potencial de nuestro país para convertirse en un hub energético europeo, puesto que una mejora de las interconexiones se traduciría en mayor capacidad para suministrar de energía a los socios europeos derivada de la inversión en energías renovables.
La combinación de la cada vez mayor presencia de las renovables sumado al proyecto para transportar una energía que muchos expertos apuntan que será clave en el período de transición hasta fuentes totalmente limpias, hacen que estemos ante una oportunidad histórica para los tres países.
¿Cuándo presentarán el proyecto definitivo?
Los tres gobiernos, junto con los operadores de transporte de gas de los tres países -Enagás en el caso de España-, han trabajado en las últimas semanas para desarrollar este proyecto con vistas a poder presentarlo a Bruselas el 15 de diciembre y poder recibir fondos para su financiación.
Precisamente, este viernes ha tenido lugar en Alicante la presentación del proyecto en Alicante -coincidiendo con el inminente inicio de la Cumbre Euromediterránea-, un acto en el que han participado los mandatarios español, galo y luso, así como la presidenta de la Comisión Europea.
¿Cuáles son los plazos previstos?
Este viernes también se ha conocido otra cifra que ya había sido mencionada anteriormente sin carácter oficial. El horizonte temporal para que el H2Med está operativo es el de finales de esta década. Es decir, para 2030.
Ambos gobiernos ya habían incidido en que se trata de una infraestructura de gran envergadura, que requiere toda una serie de estudios previos tanto de viabilidad como técnicos y medioambientales y que por tanto no podrá materializarse en pocos años.
¿Cuánto cuesta?
Sin duda la mayor novedad relativa al macroproyecto ha sido la cifra aproximada que ha dado Sánchez sobre la inversión que será necesaria desembolsar para convertir este hidroducto en una realidad: 2.500 millones de euros.
Y es que ya se habían pronunciado sobre este asunto varios expertos, que habían puesto sobre la mesa datos con los que llegar a cifras aproximadas. Es el caso de Martin Sagot, asesor regulatorio de Electricité de France (EdF), quien en un hilo en Twitter calculó que la distancia marítima entre Barcelona y Marsella es de 360 kilómetros, pero al ir anclado a 500 metros bajo la superficie deberá ser mayor.
El experto también aporta datos del coste de las materias para construir la infraestructura: 3,7 y 4,8 millones de euros por kilómetro en función de su diámetro. Preveía una inversión de entre 1.700 y 2.200 millones de euros. En el caso del MidCat, completar su construcción hubiera supuesto cerca de 500 millones, aunque también hay un baile de cifras importante en dicho proyecto según un organismo u otro.
¿Quién pagará cada parte?
Desde Moncloa inciden en que la presencia de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, que desde un primer momento se ha mostrado muy interesada en el proyecto, es un buen augurio para que haya financiación europea y dejan claro que la aspiración es conseguir el máximo, es decir, el 50% del coste total del proyecto.
Pese a que los plazos no son tan ágiles como los que ofrecía el MidCat, la intención del Gobierno español, según explicó recientemente la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, pasa por presentar el proyecto a la Comisión antes del 15 de diciembre para poder optar a recibir financiación europea.
Concretamente, Ribera citó la posibilidad de acogerse al programa ‘Connecting Europe Facility’ (Mecanismo Conectar Europa), unos fondos que la Unión Europea destina a implementar la política de redes transeuropeas de energía.
¿Podrá usarse para llevar gas natural?
Se ha confirmado y supone un cambio de calado en los objetivos del proyecto. El Corredor de energía verde hará honor a su nombre y no transportará gas natural ni siquiera en una primera etapa. Cuando se logró el primer acuerdo, Pedro Sánchez anunció que esta sería una de las funciones con las que contaría el H2Med, mientras dure la transición energética, al señalar se trataría de “crear un pipeline (tubería) para el hidrógeno verde, pero también, durante la transición [ecológica] para el gas que necesite el mercado energético europeo”.
No obstante, se ha producido un ajuste a razón de las posibilidades de financiación. El problema estaba en que el programa ‘Connecting Europe Facility’, en el caso de las nuevas infraestructuras, solo ofrece financiación a aquellos proyectos que transporten únicamente hidrógeno, por lo que la conexión que pretendían impulsar España, Francia y Portugal no podría acceder a fondos.
Fuentes gubernamentales habían aclarado previamente a Europa Press que el conducto que se prevé construir solo podrá transportar hidrógeno, ya que esta es la condición principal de Bruselas para otorgar fondos y los tres países quieren cumplir con todos los requisitos para recibir financiación, extremo que también han confirmado en el Elíseo.