El COI expulsa a los entrenadores bielorrusos involucrados en el caso de Tsimanouskaya
Entraron en su habitación, le ordenaron que hiciera las maletas y que dijera que se había lesionado, tras quejarse en Instagram y ser atacada por poco patriota.
El Comité Olímpico Internacional (COI) ha anunciado este viernes que ha cancelado y retirado las acreditaciones de los dos entrenadores bielorrusos, Artur Shimak y Yury Maisevich, involucrados en el caso de la atleta Krystsina Tsimanouskaya, que denunció el domingo que las autoridades de su país intentaban obligarla a abandonar Japón contra su voluntad.
“En interés del bienestar de los atletas del Comité Olímpico de Bielorrusia que aún se encuentran en Tokio y como medida provisional, el COI anuló y retiró anoche (el jueves) las acreditaciones de los dos entrenadores”, ha informado el comité a través de su perfil de Twitter para medios.
Asimismo, ha precisado que Shimak, subdirector del centro de entrenamiento de Bielorrusia, y Maisevich, entrenador jefe de atletismo, han abandonado la Villa Olímpica después de que se les pidiese que lo hiciesen “de inmediato”.
El COI ha aseverado que pese a haber tomado esta decisión respecto a los entrenadores, estos tendrán la “oportunidad de ser escuchados” en el marco de la investigación que se realizará por las denuncias de la atleta.
Para ello, el comité ha creado una comisión disciplinaria que pretende aclarar las circunstancias en torno al incidente y los roles desempeñados por los entrenadores.
El Comité Olímpico Nacional de Bielorrusia anunció el pasado 1 de agosto que Tsimanouskaya se retiraba de los Juegos de Tokio “debido a su estado psicológico”. La noticia llegó después de que la velocista, que tenía previsto participar en las pruebas de 100 y 200 metros lisos, criticara a los responsables de la selección bielorrusa y al propio comité, liderado por Viktor Lukashenko, hijo del presidente, Alexander Lukashenko.
Por su parte, la atleta denunció que las autoridades de su país pretendía llevarla al mismo contra su voluntad, por lo que ya en el aeropuerto de Tokio pidió auxilio a las autoridades japonesas, que la custodiaron hasta que fue trasladada a la Embajada de Polonia en el país asiático.
Una queja en Instagram
Tsimanouskaya se encuentra ahora en la capital polaca, Varsovia, donde se le ha ofrecido un visado humanitario a ella y a su pareja. El resto de su familia sigue en su país. Bielorrusia sostiene que Timanovskaya fue retirada de la selección nacional debido a su estado anímico, pero la joven de 24 años dice que esto no es cierto, y que el motivo real es que habló en Instagram sobre la “negligencia de [sus] entrenadores”.
La destitución de Timanovskaya se produjo después de que la velocista se quejara en las redes sociales por haber sido inscrita en la carrera de relevos de 4x400m con poca antelación, después de que se descubriera que algunos compañeros de equipo no eran elegibles para competir. Su video generó críticas en los medios estatales y un canal de televisión afín al Gobierno dijo que carecía de espíritu de equipo.
La joven deportista sostiene que dos entrenadores entraron en su habitación y le dijeron que hiciera las maletas de inmediato para regresar a casa. Le ordenadon que dijera que estaba lesionada. En una entrevista con la BBC, dijo que se dirigía al aeropuerto la semana pasada cuando su abuela le advirtió de que no era seguro regresar, tras ver las noticias locales sobre su caso.
En el aeropuerto, Timanovskaya mostró a los oficiales japoneses una petición de ayuda traducida en su teléfono, en un esfuerzo último por evitar que la llevaran a casa en un avión. Su plan funcionó y recibió protección policial antes de ser trasladada a la embajada de Polonia en Tokio. Viajó a Polonia el miércoles. Insiste en que “no es una chica política” y solo quiere centrarse en su carrera deportiva.“No sé nada de política. Nunca estuve en política”, remarca.
El presidente del COI, Thomas Bach, dijo en una rueda de prensa que el comité estaba “feliz” de que Timanovskaya se encontrara a salvo en Polonia, y calificó de “deplorable” lo que le sucedió, informa la agencia Reuters. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Japón dijo que era “injusto” y “inaceptable” que las autoridades bielorrusas hubieran presionado al velocista para que volviera a casa, añade la misma agencia.
El caso ha vuelto a poner el foco en Bielorrusia, que ha sido gobernada por el autoritario presidente Lukashenko desde 1994. El año pasado, las fuerzas de seguridad reprimieron violentamente las protestas a nivel nacional por su disputada reelección y se han producido numerosas detenciones de opositores, de los que hay pocas noticias.