El Centro Andaluz de Fotografía: cuando el contexto toma la palabra
Ocurre a menudo que las grandes hazañas de los museos y centros de arte pasan desapercibidas, especialmente cuando ocurren en lugares que no se encuentran dentro de grandes capitales o ciudades; en el caso español, si salimos de Madrid, Valencia, Barcelona, Bilbao… y unas pocas más, las iniciativas artísticas más interesantes parece que pasan inadvertidas. En Almería, por ejemplo, se sitúa el Centro Andaluz de Fotografía (CAF), un espacio creado en 1992 con el fin de fomentar el interés por la fotografía, tanto en el ámbito nacional como internacional. Hace apenas dos años que Rafael Doctor fue elegido director del centro, apostando por una programación que ha devuelto al centro andaluz a la primera línea de la vanguardia fotográfica en España. ¿El secreto? Una apuesta veraz por la creación andaluza, los y las artistas del entorno, un trabajo real con su contexto, y un compromiso con las realidades sociales y políticas del momento.
En 2018, por ejemplo, el CAF programó 16 exposiciones fotográficas, 4 muestras bibliográficas, 5 publicaciones, 4 talleres del Programa Formativo de Fotografía, participó en festivales como PhotoEspaña y celebraba el II Encuentro de Creación Fotográfica de Andalucía, con el tema del Mediterráneo como eje para reunir a un nutrido grupo de artistas en el insuperable entorno del Parque Natural de Cabo de Gata. Además, celebró actividades vinculadas a los ya 25 años del centro, con proyecciones y actividades con el contexto cercano. ¿El resultado? Más de 26.000 visitas en ese 2018 (26.195), un 65,3% más que el año anterior.
El CAF ha sabido situarse en el mapa de la fotografía contando con nombres tan destacados como Chus Gutiérrez, Juan Goytisolo, Vicente Aranda, María Cañas, Estela de Castro, Edurne Herrán o Paco Peregrín, pero también con una estrecha colaboración con instituciones cercanas, como la Universidad de Almería.
Hay también una especial atención a cuestiones de compromiso con la realidad que vivimos, como el Mediterráneo y su dimensión geo-política y social, o la igualdad de género (en enero de este año ponía el nombre de Amalia López Cabrera a una de sus salas, primera mujer de la que se tiene constancia en España de haber abierto un estudio de fotografía propio como profesional, y natural de Almería).
El CAF, por tanto, apuesta por ser un centro donde se establezcan diálogos con lo que nos conforma como sociedad, para reflexionar, a través de lo visual, de qué somos, qué hacemos y cómo podemos abordar otros mundos con otras miradas.
Una primavera llena de primeros nombres
No es casualidad que se inauguren ahora, en plena primavera, un total de cuatro exposiciones de fotógrafas, que ocuparán las salas principales de exposición del CAF. En la Sala AFAL encontramos ‘La construcción de la verdad y otras mentiras’, de Cristina de Middel; en la Sala IMAGINA, ‘La pena negra’, de Virgina Rota; en la Sala Amalia López Cabrera, PHES “35.597”, un proyecto dirigido por Estela de Castro; y en la Sala Jorge Rueda, EX, de Marlene Freniche. La programación se completa con la muestra del fondo editorial La Fábrica, en la Biblioteca, el taller de narración visual Variaciones sobre lo mismo, dirigido por Cristina de Middel, y la proyección en la plaza Manuel Falces, Cámara Gigante: Fotoperiodistas en Almería.
En La Construcción de la Realidad y Otras Mentiras, la fotógrafa alicantina Cristina de Middel, como ya hiciera en su exposición Muchismo, hace inventario de su trabajo a la vez que reflexiona sobre el sentido de la fotografía, su exhibición y su reproducción. La categorización de la fotografía como arte ha sido cuestionada prácticamente desde sus inicios. ¿Puede la fotografía considerarse un arte si lo que hace es captar un momento aislado en el tiempo, un reflejo de la verdad? ¿Acaso su posibilidad de reproducción infinita no la exime completamente de la definición tradicional de la obra de arte como pieza única?
De Middel (Alicante, 1975), es probablemente una de las fotógrafas más interesantes del panorama contemporáneo. Estudió bellas artes y lo suyo era dibujar, concretamente el comic. Hacía fotos como mero instrumento para documentar y apoyar sus dibujos, hasta que descubrió en la fotografía su medio de expresión, la vía por la que podía verdaderamente comunicarse.
Por su parte, La pena negra de Virginia Rota nos retrae a los viejos maestros de la Historia del Arte y su trabajo en el retrato (su obra se compone casi exclusivamente de retratos), a través de una profundidad psicológica que captamos a través de su particular realismo. Una pena negra que parte del luto pero alejándose con el costumbrismo para apostar por un folclore donde celebración y sacrificio, ritual y salvaje se dan la mano.
Uno de los proyectos más activistas y comprometidos es PHES, dirigido por
Estela de Castro. PHES, “Fotografía Española Solidaria”, nace de la impotencia y de la rabia, pero, sobre todo, nace de las ganas de querer cambiar el mundo. Este proyecto ha conseguido, a través de la fotografía, recaudar fondos para ayudar a cientos de personas que han huido de una guerra, del hambre y de la violencia. Esta exposición en el CAF lleva por título “35.597”, cifra que se corresponde con el número de personas que han perdido la vida por culpa de las políticas restrictivas cuando intentaban llegar a Europa (datos recogidos por la agencia United for Intercultural Action). Se calcula que tan solo han sido contabilizadas una tercera parte de las muertes.
Entre diciembre de 2017 y marzo de 2018 PHES viaja a cuatro países: Grecia, España, Serbia y Turquía donde se realizan talleres de fotografía participativa con refugiados y personas migrantes a las que se les proporcionó cámaras desechables para que ellas mismas contasen cómo es un día de su vida en ese espacio que habitan después de haber huido de su país y que nada tiene que ver con su verdadero hogar. En cada uno de estos viajes, la fotógrafa Estela de Castro retrató a estas personas cuya existencia tantas veces es reducida a cifras y resumida en unos pocos segundos de televisión. La fotografía como una herramienta de cambio y de denuncia, un lenguaje universal que puede traspasar las fronteras que hemos ido levantando para cortarle el paso a tantos seres humanos.
En la Sala Jorge Rueda se presenta EX, de Marlene Freniche, un proyecto fotográfico basado en las experiencias personales de la autora, concretamente en el exilio familiar y el posterior regreso al lugar de origen. De línea conceptual, EX se desarrolla en la zona del Cabo de Gata. Está compuesto por una serie de retratos familiares y de personas que viven en el mismo lugar y en circunstancias personales parecidas (emigrantes extranjeros en Almería), además, imágenes de naturaleza y objetos, pertenecientes a encuentros fortuitos que reflejan metafóricamente situaciones personales acerca de la temática del proyecto.
Además de las salas expositivas, el espacio creativo Cámara Gigante del CAF, ubicado en la plaza Manuel Falces, proyectará Fotoperiodistas Almería, una selección de fotografías realizadas por fotoperiodistas que desarrollan su actividad profesional en Almería.
En la Biblioteca podemos encontrar la muestra del fondo editorial LA FÁBRICA, con más de un centenar de títulos y con distintas colecciones como Photobolsillo, libros de autor, ediciones limitadas, etc. que, a lo largo de los años, han ido conformando la importante editorial de fotografía en la que se ha convertido, con obras de Ricard Terré, Chema Madoz, Paul Graham, Helmut Newton, Cristina de Middel.
Los días 25 y 26 de abril se celebra el taller de narración visual Variaciones sobre lo mismo, dirigido por Cristina de Middel, con el que se busca activar y estimular la capacidad de crear y entender historias usando exclusivamente imágenes fotográficas.
Una primavera sin descanso. Una excusa más para visitar Almería, para no perderse el CAF. Larga vida a los proyectos que implican a la ciudadanía y apuestan por hacernos pensar como público, como visitantes, como usuarias.