EEUU ratifica su retirada del Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio con Rusia
El INF databa de 1987 y puso fin a la Guerra Fría, protegiendo a Europa durante más de 30 años de las cabezas atómicas de Moscú
El Gobierno de EEUU ha abandonado hoy el tratado para la eliminación de misiles nucleares de medio y corto alcance (INF) que firmó con Rusia durante la Guerra Fría e invitó a China a formar parte de “una nueva era del control de armas” que incluya a otras naciones con potentes fuerzas militares.
El secretario de Estado, Mike Pompeo, anunció en un comunicado la retirada oficial de EEUU del tratado después de que, hace seis meses, denunciara el acuerdo ante la negativa de Moscú de destruir un misil de crucero que viola las condiciones del pacto, según la versión de Washington. “Rusia es la única responsable de la muerte del tratado”, manifestó Pompeo.
“Durante los últimos seis meses, -añadió- EEUU dio a Rusia una última oportunidad para que corrigiera sus incumplimientos. Pero, como ya ha hecho durante muchos años, Rusia decidió quedarse con los misiles que violan el acuerdo, en vez de volver a adherirse a las obligaciones de este tratado”.
En el centro del recrudecimiento de las tensiones entre Moscú y Washington se encuentra un misil de crucero que pesa 1.700 kilos y mide ocho metros de largo: el Novator 9M729 (SSC-8, según la clasificación de la OTAN) y que, de acuerdo a EEUU, infringe el tratado al superar los 500 kilómetros de alcance.
No obstante, las tensiones vienen de lejos. Durante años, Washington y Moscú han estado acusándose de violar el tratado, firmado en 1987 y que prohíbe a los dos países fabricar, desplegar o realizar pruebas de misiles de corto alcance (500-1.000 kilómetros) y de medio alcance (1.000-5.500 kilómetros).
En el comunicado, Pompeo insistió en culpar a Moscú y aseguró que su Gobierno “sigue comprometido en lograr un control efectivo de armas que promueva la seguridad de EEUU aliados y socios”.
El jefe de la diplomacia estadounidense fue más lejos y afirmó que el presidente de EEUU, Donald Trump, desea iniciar “un nuevo capítulo en busca de una nueva era del control de armas” que vaya más allá de los tratados bilaterales, como el suscrito con Moscú, y favorezca la participación de otras potencias, como Pekín.
“De ahora en adelante, EEUU urge a Rusia y China a que se unan a nosotros en esta oportunidad de ofrecer resultados reales de seguridad a nuestros países y al mundo entero”, subrayó Pompeo.
La sombra china
En octubre de 2018, Trump anunció su intención de retirarse del tratado y, desde ese mismo momento, ha dado señales de que China fue un factor importante en esa decisión.
Pekín no forma parte de ningún tratado de desarme y, actualmente, posee la “fuerza de misiles más grande y diversa del mundo, con un inventario de más de 2.000 misiles balísticos y de crucero”, detalló en abril de 2017 ante el Senado el que fuera jefe del Comando del Pacífico de las Fuerzas Armadas de EEUU, Harry Harris.
Actualmente, Washington no tiene la capacidad para contrarrestar la fuerza de los misiles balísticos chinos.
De hecho, “tardaría años en tener una capacidad efectiva de despliegue”, ya que durante 32 años ha cumplido con el acuerdo suscrito con Rusia, garantizó un funcionario estadounidense que habló con la prensa bajo condición de anonimato.
La idea de un tratado de desarme a tres bandas que incluya a Washington, Moscú y Pekín ha sido vista con buenos ojos por algunos países europeos, como Alemania. Pero, ya en febrero pasado, el consejero de Estado chino, Yang Jiechi, arquitecto de la política exterior del gigante asiático, descartó esa posibilidad y negó que Pekín vaya a frenar sus deseos de modernizar sus fuerzas armadas con numerosos avances tecnológicos, desde misiles de crucero de alta velocidad a inteligencia artificial.
Entretanto, grupos que abogan por el desarme, como la Asociación por el Control de Armas, creen que Trump está usando a Pekín como chivo expiatorio para justificar también su salida del Nuevo START, suscrito por Moscú y Washington en 2010 para limitar sus arsenales nucleares y que expira en 2021.
En términos generales, Frank Rose, el que fuera jefe del buró de desarme del Departamento de Estado entre 2014 y 2017, considera que el tratado INF se había quedado obsoleto.
“El problema fundamental es que el marco existente no ha sido capaz de responder de manera efectiva a los cambios en materia de seguridad en Europa y Asia, especialmente, ante el surgimiento de nuevos actores como China y la evolución de la tecnología, como misiles balísticos avanzados”, explicó Rose a Efe
Muerto el INF, el Gobierno de Trump ya se prepara para poner al día sus capacidades militares: el Pentágono ha pedido al Congreso que apruebe para 2020 un presupuesto de 10 millones de dólares destinado a desarrollar los misiles hasta ahora prohibidos por el tratado.
Peligra el sistema mundial de control de armamento
Rusia, vencida la fecha en la que EEUU oficialmente ha salido del pacto, ha acusado a su hasta ahora socio de poner en peligro el actual sistema mundial de control de armamento.“La denuncia del INF confirma que EEUU ha tomado el rumbo de destrucción de todos los acuerdos internacionales que, por uno u otro motivo, ya no le convienen. Esto conducirá prácticamente al desmontaje del actual sistema de control de armamento”, informó la Cancillería rusa en un comunicado.
Moscú acusó a Washington de orquestar una campaña de propaganda para acusarle de violar el tratado a ojos de la comunidad internacional, lo que hizo imposible salvar el INF, táctica que Estados Unidos ya aplicó para renunciar en 2002 al tratado de defensa antimisiles. “El motivo es conocido: en EEUU querían librarse de las limitaciones que le imponía”, señaló.
La Cancillería insistió hoy en el argumento reiterado en varias ocasiones por el presidente ruso, Vladímir Putin, de que EEUU violó “de manera flagrante” el INF desde el momento en que desplegó en Rumanía y Polonia lanzaderas verticales MK-41 que sirven para los misiles de crucero Tomahawk. El INF ha dejado de existir, señalan, sólo “por iniciativa” de Estados Unidos.
“Con este paso, Estados Unidos hará que la política mundial sea impredecible y caótica”, dijo esta semana el último dirigente soviético, Mijaíl Gorbachov, quien firmó el tratado con el entonces presidente de EEUU, Ronald Reagan, el 8 de diciembre de 1987.
La OTAN avala a Washington
La OTAN, como EEUU, ha responsabilizado este viernes a Rusia del fracaso del tratado y ha respaldado a Trump en su decisión de retirarse del mismo. “Rusia es la única responsable del fin del tratado”, señaló la Alianza en una declaración, que añadió que Moscú ha seguido “violando” las disposiciones del mismo, pese a las advertencias de los aliados y que como resultado, ahora toma efecto la decisión de EEUU, de retirarse, “plenamente apoyada por los aliados de la OTAN”.
Los países de la organización lamentaron que Rusia “no haya mostrado voluntad” ni haya adoptado medidas “para retornar al cumplimiento de sus obligaciones internacionales”, pese al compromiso de Estados Unidos y los aliados, incluida la oportunidad dada a Moscú en los últimos meses. “No es sostenible una situación en la que Estados Unidos cumple plenamente el tratado y Rusia no lo hace”, expresó la declaración.
La Alianza advirtió asimismo de que responderá “de manera mesurada y responsable” a los “muchos riesgos” que representa para la seguridad el Novator 9M729. “Hemos acordado un paquete de medidas equilibrado, coordinado y defensivo para asegurar que la postura de disuasión y defensa de la OTAN siga siendo creíble y efectiva”, añadió.
La Alianza recordó el compromiso de los aliados en mantener el control de las armas internacionales, el desarme y la no proliferación, y señaló que seguirán defendiendo, apoyando y fortaleciendo esos objetivos. No obstante, la organización señaló que sigue “aspirando a una relación constructiva con Rusia, cuando las acciones de Rusia lo hagan posible”.