El científico Eduardo López-Collazo: "Cuando dicen que las cosas están controladas... por favor, que dejen de mentir"
"Cuando uno no hace nada para evitar algo, ese algo va a pasar", ha asegurado el director del Instituto de Investigación del Hospital La Paz.
Eduardo López-Collazo no se calló este miércoles. Una vez salió de su asombro tras leer las polémicas declaraciones de Isabel Díaz Ayuso sobre la inmigración, decidió responder a la presidenta de la Comunidad de Madrid. La ‘popular’ había asegurado que el aumento de casos en los barrios del sur de la capital “se está produciendo entre otras cosas por el modo de vida que tiene la inmigración”.
Aunque a sus 53 años llevé casi media vida en España, este físico nuclear, doctor en Farmacia y director desde su fundación del Instituto de Investigación del Hospital La Paz (IdiPaz), nació en Jovellanos (Cuba). Precisamente por esta razón, ser inmigrante, decidió defender al colectivo.
“Soy un inmigrante, dirijo uno de los centros de investigación más importantes de la CM, he escrito un libro para que entendamos la covid-19, dirijo un proyecto para acabar con la pandemia, soy un defensor de la mascarilla... ¿algo que objetar sobre mi modo de vida?”, le preguntó en Twitter.
López-Collazo es uno de los mayores expertos en materia del nuevo coronavirus. También es muy crítico con la actual gestión de la pandemia, ya que considera que se está improvisando en exceso.
Como solución, el director del IdiPaz, que ya ha sacado un libro dedicado al Sars-Covd-2, es un fiel defensor de una idea que acompaña a muchos otros investigadores: la creación de un comité científico con expertos de todos los ámbitos que sea independiente y que ofrezca soluciones a los distintos escenarios.
¿Cómo se está viviendo el aumento de casos desde dentro del hospital La Paz?
A pesar de que están aumentando de casos existe todavía un control. Hay mucha más experiencia, se están anticipando los escenarios en los hospitales, pero sí que es verdad que hay una preocupación por si aumentan más los casos y se puede volver a una especie de marzo y abril. Los hospitales están preparando los espacios y salvando las carencias de la otra vez, el problema es que si se disparan los casos, incluso con mucha prevención, sería difícil controlarlo.
¿Qué ha pasado en España para que sea el peor país de Europa a estas alturas?
Hemos tenido un problema con la desescalada. Se hizo un confinamiento muy bueno, que era necesario, de forma estricta. El problema vino después. Se aplicó un desconfinamiento muy rápido que se unió con el verano y las vacaciones, donde tuvimos más contacto con otras personas. También se tomaron medidas, que eran buenas, pero sin mucha lógica. Por ejemplo se promovió el uso de la mascarilla, pero luego se nos permitió en gimnasios, restaurantes y sitios cerrados estar sin ella. No se lleva en una clase de yoga donde inspiramos y expiramos. Nos encontramos a un amigo, nos vamos a cenar y justo entonces que es cuando estamos más cerca nos quitamos la mascarilla. Igual que en muchos centros de trabajo, que tienen prohibido muchas cosas pero te permiten estar sin mascarilla en tu mesa. Son medidas buenas que no se han aplicado con lógica.
Desde el principio los científicos habéis destacado el papel de los rastreadores, ¿por qué no os han hecho caso?
No se ha hecho caso a la ciencia en general. Hemos dicho por activa y por pasiva que era fundamental tener un número determinado de rastreadores. En Madrid, por ejemplo, no se ha hecho de manera eficiente y no entiendo el por qué. Tampoco se ha hecho, o por lo menos no salen cifras, del análisis de aguas fecales que hemos pedido. Con él se puede prever con varias semanas de antelación la propagación del virus.
Planteamos junto a más de una treintena de científicos de todos los ámbitos una acción apolítica e integral llamada Una estrategia integral para abordar el problema, pero no se hizo ningún caso. Tuvimos la mala suerte de que salió a la luz un día después de la manifestación de negacionistas y nadie nos hizo caso. Fue un trabajo muy importante que no tuvo ninguna repercusión.
¿Durante todo el verano ha tenido claro que se iba a llegar a esta situación?
No tenemos una bola de cristal, pero cuando uno no hace nada para evitar algo, ese algo va a pasar. No hay vacunas y no hay medicamentos, entonces, ¿en qué nos tenemos que basar para decir que no van a aumentar los casos? Si hacemos casi lo mismo que antes con medidas como usar la mascarilla con poca lógica. ¿Qué base científica hay para decir que no iba a ocurrir? Solo que se pudiera lograr la inmunidad de grupo, cosa que los científicos no la recomendamos y los países que lo intentaron dieron marcha atrás... Si no se toman las medidas necesarias y sin vacuna y sin medicamento esto era cuestión de tiempo.
¿Se puede controlar la situación en Madrid sin un confinamiento?
Es difícil responder sin tener los casos exactos por zonas. El confinamiento es necesario cuando se determina que hay un foco grande y hay que confinarlo, suele tener buen resultado. El problema está en que hay que tener en cuenta el coste económico y social. Confinar zonas muy grandes ahora mismo no es lo más prudente, pero yo creo que lo esencial es que se cree un comité de científicos independientes, sin estar al respaldo de ningún partido, para que evalúe bien la situación y recomiende lo que hay que hacer. Los políticos deberían de asumir lo que digan y ese es el problema, que digan algo que tú no quieres hacer, pero la población estoy segura de lo que entendería. Lo hemos dicho muchas veces, pero el mensaje no cala y el miedo a que se recomiendo cosas contrarias a una ideología pesa más.
¿Ha sido precipitada la ‘vuelta al cole’?
Era un problema que se tenía que haber analizado durante la primera fase de la pandemia y el verano. Lo que veo desde fuera en toda España es una improvisación enorme. Cada vez que oigo que nos dicen que las cosas están controladas es como por favor, que dejen de mentir. Hay un nivel de improvisación que se podía haber evitado, repito, con un comité científico en el más amplio uso de la palabra con sociólogos, empresarios, etc. Este comité sería capaz de crear escenarios ideales. Además, si yo fuera político me gustaría tener un equipo de científicos que me asesore y, si alguien se equivoca, sería culpa del comité. No entiendo por qué no lo hacen.
La ‘vuelta al cole’ ha sido una improvisación más. No creo que haya un científico que diga que se volviera al cole al 100% con estos datos. Un grupo grande de expertos acabaría llegando a un punto intermedio para salvar la salud, la macroeconomía, la microeconomía, la conciliación de los padres, etc. Se puede hacer con modelos y ciencia, no con un WhatsApp para después decir lo contrario. Vuelvo a decir, el nivel de improvisación es inmenso.
Al hilo del WhatsApp de Ayuso, ¿cómo ha vivido la polémica que ha surgido tras su mensaje a la presidenta de la Comunidad de Madrid?
No me sentaron nada bien sus palabras. Me ha traído problemas con gente que igual me deja de hablar. Yo pensaba que iban a leerlo cuatro personas, no esperaba nada más. Realmente me ofendió. Por mí y por una gran cantidad de inmigrantes no se puede criminalizar de esa manera, hay que matizarlo. No es la inmigración en la ciudad. Yo llevo 26 años en España siendo español, pero sigo siendo inmigrante y no permito que nadie diga ese tipo de cosas. Tengo tres minorías: soy inmigrante, homosexual y científico. Ante cualquiera que ataque a estas minorías yo no me voy a callar.
Si sentó mal es porque hay que pensar un poco antes, si quitamos inmigrantes y ponemos gallegos, andaluces o madrileños a muchos sentaría mal. No es cierto lo que dijo. Aunque no tuviera mi currículum, seguiría siendo un migrante que cumple con la ley, como la mayoría, que son gente honesta, trabajadora, cumplidora y que no tienen que ser discriminadas. Me cabreé muchísimo, porque no es un comentario en una cena de bar, es una declaración de la presidenta.
Si atacan a la ciencia me tendrán enfrente. Ahora me quiere hundir una parte de la derecha, pero a Pedro Duque también le dije que no ha hecho nada por la ciencia y se cabreó la izquierda. Igual que con la comunidad LGTBI, no me voy a quedar callado.
¿Es optimista ante el mes de octubre y lo que viene?
En octubre vamos a ver un aumento de los casos, es evidente, salvo que nos tomemos mucho más en serio las cosas que estamos haciendo como tener un uso de la mascarilla de verdad, aplicándola en espacios cerrados. Si suben muchísimos los casos, uno de los miedos que tenemos es el colapso hospitalario, pero una cosa buenas que tenemos aquí es que los sanitarios tienen un alto grado de profesionalidad y entrega. Se están previniendo otros escenarios con semanas de antelación y esto va a ayudar, el problema es que si no se toman medidas más fuertes podremos vivir no el colapso de marzo, pero sí uno menor.
También veremos reinfecciones, porque se están dando, aunque de momento las que están saliendo son leves.
¿Cómo ve el tema de las vacunas y cuándo cree que se va a volver a la normalidad precovid?
Hay varios escenarios. Si alguno de los proyectos vacunales llega a buen puerto pasando una buena fase III y es eficaz y no tiene efectos secundarios nos hará volver poco a poco volver a una era precovid. Aunque nunca vamos a ser iguales, la historia de la humanidad también se puede escribir a través de las pandemias y epidemias. Seremos mucho más conscientes de las infecciones respiratorias e igual se nos queda en la memoria usar en invierno mascarilla para bajar la incidencia de las gripes estacionales. Hasta que no salga una buena vacuna, se gestione bien y tengamos medicamentos vamos a tener que vivir con estas restricciones de movilidad, mascarilla, distancia, etc. Todo va a depender de esa fase III. Entonces se podrá empezar a aventurar, pero yo no creo que este año haya vacuna, la última fase tarda y ya ha sido todo bastante acelerado. No se puede avanzar más hasta que el cuerpo desarrolle anticuerpos y se pueda comprobar su eficacia. Eso lleva tiempo.