Duelo también en Bruselas

Duelo también en Bruselas

A Sánchez se le ve cómodo en las instituciones comunitarias. Tras verse con Von der Leyen, Feijóo criticó la excepción ibérica.

Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo.GETTY / TAREK (PP)

El del Senado no fue el único duelo de esta semana entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo. El jueves, ambos coincidieron en la capital comunitaria, donde despacharon con líderes europeos y abordaron cuestiones parecidas. La crisis energética fue la principal protagonista. Además de participar en el Consejo, el presidente se vio con sus homólogos portugués y francés, y pactó cambiar el Midcat por un corredor verde que una Barcelona y Marsella. El líder de la oposición se sumó a la reunión de los populares europeos y pudo despachar con Ursula von der Leyen, a quien le explicó sus propuestas ante la crisis económica.

Cabe partir de una premisa. Según la denuncia del PP, Sánchez no informa a Feijóo sobre política internacional, como era tradición entre el Gobierno y el principal partido de la oposición. El gallego se entera de las decisiones que el presidente lleva a la UE o de los acuerdos alcanzados por los medios de comunicación. No hay una línea de comunicación, ni tan si quiera entre gabinetes, sobre la invasión de Rusia a Ucrania y sus consecuencias. El único diálogo se circunscribe a la renovación del Poder Judicial, que se recuperó tras el encuentro que ambos líderes mantuvieron en Moncloa el pasado lunes diez de octubre, y que continúa con avances “significativos”.

El papel de Feijóo en Bruselas es más complejo. A los líderes de la oposición se les invita a las reuniones que las familias políticas europeas hacen en los prolegómenos de las cumbres. Son agendas menos vistosas y con mucha menos relevancia

A Sánchez se le ve cómodo en las instituciones comunitarias. Saluda con desparpajo a sus colegas primeros ministros, habla inglés con fluidez y se mueve como pez en el agua. En Moncloa reivindican que ha ganado grandes batallas en la UE, donde se le reconoce su capacidad negociadora. Ponen como ejemplo la excepción ibérica, pactada con Portugal, avalada por Bruselas y que ahora podría extenderse al conjunto de la Unión. “A siete de octubre, el precio de megavatio hora que pagamos es un 35% inferior a Alemania, un 55% menos que Francia y casi un 70% inferior a Italia”, sacó pecho Sánchez en el cara a cara del Senado.

También esbozó una sonrisa tras su reunión con Macron y Costa, de la que salió el compromiso de construir una tubería submarina que una España con Francia. De momento, sólo existe el boceto del proyecto, que se concretará en diciembre, cuando los líderes de los tres países se reunirán aprovechando la cumbre de Euromed que se celebrará en Alicante. Pero sirvió al Ejecutivo y al PSOE para vender un nuevo éxito de Sánchez en el marco internacional. “Una victoria más de un presidente que nunca se rinde y ni baja los brazos ante la adversidad”, fueron las pomposas fuentes que trasladaron desde Ferraz.

El papel de Feijóo en Bruselas es más complejo. Los presidentes y primeros ministros participan en el Consejo Europeo, mantienen reuniones bilaterales en las que se toman decisiones, todo el foco está puesto en ellos, más en tiempos de crisis. Por el contrario, a los líderes de la oposición se les invita a las reuniones que las familias políticas europeas hacen en los prolegómenos de las cumbres. Son agendas menos vistosas y con mucha menos relevancia, pero Génova logró cerrar un encuentro con Von der Leyen y distribuyó imágenes de Feijóo con varios colegas del PP europeo.

“En todos los encuentros ha trasladado un compromiso con la seguridad española y europea, así como en el apoyo en el defensa de Ucrania, y las medidas que defendemos a nivel nacional y europeo para hacer frente a al crisis energética y económica que estamos viviendo”, informaron fuentes oficiales del PP. Pero, en el encuentro que tuvo con la prensa, a Fejóo se le vio incómodo cuando se le preguntó y repreguntó por sus críticas a las políticas del Ejecutivo que tienen que ver con la UE, especialmente la excepción ibérica.

"En el exterior, el Gobierno siempre tiene las de ganar salvo que provoque un incendio político. Las instituciones, las cancillerías, se vuelcan entre ellas y los líderes de la oposición siempre están en un segundo plano", dice un eurodiputado del PP

Para variar, Von der Leyen “no es que le ayudara”, como se suelen lamentar en el PP. Esto es, echó un capote a Sánchez solo horas antes de verse con Feijóo. “La excepción ibérica se ha introducido en España y Portugal, donde se han reducido los precios de la electricidad. Creemos que se puede considerar que sea introducido en la UE”, dijo la mandataria comunitaria, en línea contraria a lo que defiende el PP español, que llegó a hablar de “timo” -así lo definió Elías Bendodo el 22 de junio- por considerar que subvenciona a los consumidores franceses.

El hecho de que Von der Leyen se mojara a favor de la excepción ibérica y de que, tras largas horas de negociación, Alemania se abriera a un modelo que limite los precios de gas para luchar contra la emergencia climática, sirvió a Moncloa para proclamar la victoria de Sánchez en su particular duelo con Feijóo en tierras comunitarias. “España se reconoce, ha jugado un papel central y me gustaría reivindicarlo”, dijo el presidente tras la reunión del Consejo Europeo.

“En el exterior, el Gobierno siempre tiene las de ganar salvo que provoque un incendio político. Las instituciones, las cancillerías, se vuelcan entre ellas y los líderes de la oposición siempre están en un segundo plano” además de que “las críticas que dentro de las fronteras se hacen de forma cómoda y habitual fuera de ellas pueden parecer excesivas, más si afectan a temas europeos”, en palabras de eurodiputado del PP. Ahora bien, “en España las elecciones rara vez se ganan en Bruselas y la política internacional suele puntuar poco aunque guste mucho a los líderes”. “Más Soria y menos Siria”, como en su día le dijo un asesor a Aznar. Y en este plano, en el PP creen que salen ganando: “Sánchez no puede pisar la calle y Feijóo, sí”.

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Corresponsal político de El HuffPost.