Disyuntiva en el PP: moderación o hipérbole
Debate interno en el partido tras las duras palabras de Ayuso contra Sánchez. La consigna en Génova es no confrontar con la líder madrileña
Alberto Núñez Feijóo concluía este jueves su gira por América Latina. En Génova habían preparado con diligencia este viaje para reforzar su perfil internacional, toda vez es una de las principales bazas que esgrime su rival en las urnas, Pedro Sánchez. El líder gallego ha hecho gala durante su estancia en Ecuador, Chile, Argentina y Uruguay de su talante moderado, pactista. En Buenos Aires, por ejemplo, abogó por reeditar los pactos de la Moncloa. “No se puede gobernar con gente que no está de acuerdo con la unidad de España. Deberíamos volver a esos pactos”, sentenció.
Consenso, moderación, acuerdos... El líder de la oposición se pronunció en estos términos en cada una de sus escalas, para enfatizar que él es un hombre de Estado y que entiende la política desde “el respeto” al adversario. A su juicio, las elecciones se ganan desde el centro político y blandiendo una política económica seria. Y por ello quiso recuperar la bandera de la templanza, más aún en suelo extranjero, en un momento en el que todas las encuestas advierten de que el PP ha frenado su subida y sigue lejos de la mayoría absoluta.
El viaje de Feijóo llegó, además, en un momento en el que su perfil pactista quedó resentido por la suspensión de las negociaciones para renovar el Poder Judicial. Una decisión aplaudida internamente por los principales barones territoriales del PP, incluido Juanma Moreno, que interpretaron que “pactar ahora” y que solo unas semanas después “el Gobierno reformara el delito de sedición” habría sido demoledor para sus intereses electorales. Si bien, el Ejecutivo utilizó la voladura de puentes para denunciar que Feijóo está tutelado por Ayuso, que desveló que le había pedido que rompiera, y puso en marcha toda una operación para poner en duda el liderazgo del gallego. “¿Quién manda de verdad en el PP?”, no han parado de preguntarse desde entonces ministros y altos cargos socialistas.
Precisamente, mientras que en América Feijóo rechazaba el “léxico político lleno de palabras altisonantes” y apostaba por grandes acuerdos de Estado que una a los diferentes, la líder madrileña monopolizaba el debate político doméstico una semana más. Primero, porque la Comunidad de Madrid es junto a otras regiones epicentro de las quejas de los profesionales sanitarios. Y, también, porque no dudó en cargar contra Sánchez con enorme dureza, utilizando precisamente a un país de América Latina como percha.
Según Ayuso, Sánchez va camino de tratar a la oposición en España como Daniel Ortega en Nicaragua. “Eso es lo que están pretendiendo. Hay que destrozar a la oposición porque en las dictaduras no puede haber oposición. Hay que matar también a la oposición porque yo me he de perpetuar, no sé con qué proyecto porque Sánchez no ha hecho nada bueno para España”, aseguró el lunes en Telecinco. Acusó al jefe del Gobierno de querer “tener a la oposición en la cárcel, como en Nicaragua”, y rápidamente se llevó todos los titulares. En un foro en La Razón, se reafirmó: “Sánchez se se ha convertido en el Le Pen de la izquierda en Europa”.
La izquierda exigió a Feijóo que desautorizara a su líder autonómica, y cuando este extremo no se produjo le acusó de asumir sus tesis, alejarse de esa moderación que tanto reivindica y derechizarse. “El señor Feijóo debería ser capaz de trasladarle a la señora Ayuso que declaraciones de este tipo no caben en democracia porque la moderación y el respeto es lo que tiene que prevalecer”, según María José Montero. “Ya está bien de Ayusadas”, se sumó Pilar Alegría. La consigna en Ferraz ha sido clara estos días: utilizar a la presidenta de la Comunidad para desgastar al líder de la oposición.
“O con Ayuso o contra Ayuso”
Como ya avanzó El Huff Post, un sector del PP teme que la dureza léxica de Ayuso pueda dañar al líder nacional, toda vez le aleja del centro y le quita foco mediático. “Ella lanza una bomba informativa y, a renglón seguido, nos preguntan a los presidentes autonómicos y a la dirección nacional si compartimos lo que dice o no. Y ahí ya solo hay dos opciones, o estás con Ayuso o contra a Ayuso, y de lo que no se habla es de las medidas del PP en materia de vivienda”, resumía un líder autonómico con mando en plaza.
Antonio García Ferreras le preguntó este jueves por ambas cuestiones a Ayuso en La Sexta. “Absolutamente”, contestó, por dos veces, sobre si la intención del Ejecutivo es meter en la cárcel a la oposición. En relación a Feijóo, reivindicó su autonomía dentro del PP: “Como mujer política puedo tener mi propia opinión. ¿O tengo que hacer como las ministras que van como papagayos replicando? No he llamado a mi padre para pedir opinión”, zanjó. Esto es, moleste o no, no piensa cambiar su estrategia de confrontación total.
Mientras, en Génova la directriz continúa siendo evitar el choque con Ayuso y restar importancia a las posibles fricciones o diferencias de discurso. Si bien, tampoco se asumen como propios sus ataques a Sánchez. “Si hay un partido que no está para dar lecciones de prudencia, moderación ni de respeto a las instituciones es precisamente el PSOE”, se replicó formalmente desde el PP a Montero y Alegría. Además, sacan pecho de que la interlocución con Sol es fluida, que nunca ha dejado de existir desde que el gallego está al frente de la estructura.
En las filas populares recuerdan que en apenas 200 días se abrirán las urnas en la Comunidad de Madrid y Ayuso está al borde de lograr la mayoría absoluta, teniendo la posibilidad de emular a Moreno en Andalucía. “La confrontación con Sánchez le fue bien las últimas elecciones, hasta el punto de que Iglesias está ahora fuera del Gobierno dinamitando su relación con Yolanda Díaz. Y en eso está ahora de nuevo”, en palabras de un diputado popular. ¿Y esto daña a Feijóo? “Mientras se entiendan entre ellos no habrá problema. Ayuso suma también al proyecto nacional pero la agenda a nivel nacional la debe marcar Feijóo y no ella”.