La diplomacia choca con las bombas: Rusia roza como nunca el territorio OTAN con una matanza en una base al oeste de Ucrania
Las dos partes ven "progresos" en las negociaciones, pero cada avance se colapsa con nuevos ataques rusos, que no deja de apuntar a civiles.
Diario de guerra, día 18. La historia se repite, pero mucho más agravada. Rusia ha vuelto a atacar a las puertas de la OTAN, en un bombardeo contra una base aérea pegada a Polonia donde han muerto al menos 35 personas.
Un “aviso” a Occidente que llega después de un cruce de declaraciones (y amenazas) entre Washington y Moscú, que anunció su intención de atacar los convoyes con armamento para Ucrania.
Más bombas, también sobre infraestructuras civiles, y un nuevo, aunque leve, avance ruso hacia Kiev, con el otro gran frente militar en el sur hacia la deseada Odesa.
Entre los múltiples fuegos abiertos, los focos principales son cuatro: Kiev, Járkov, Mariúpol y Mikolaiv.
En la capital sigue esperándose el ataque masivo de las tropas, ya a unos 20 kms., mientras no dejan de caer bombas, como la que ha matado al periodista estadounidense Brent Renaud. Tampoco se frenan en Járkov ni en las otras dos localidades, más al sur, puntos clave para el avance hacia Odesa.
La situación humanitaria en Mikolaiv y, más aún, en Mariúpol no deja de agravarse, con un asedio que sigue asfixiando estas localidades.
Rusia ha bombardeado, a primera hora de la mañana, la base aérea, la mayor del oeste del país y a solo 25 kilómetros de la frontera con Polonia, lo que es decir de la frontera con la OTAN y la UE.
El bombardeo ha dejado, confirmados, 35 muertos y 134 heridos según las autoridades locales, aunque Moscú llega a hablar de “180 mercenarios eliminados”.
No de momento, pero el ataque rozando la frontera occidental preocupa. EEUU ha insistido en que la OTAN responderá “con toda su fuerza” si Rusia ataca su territorio. De nuevo el artículo 5 a escena, el que justifica una acción conjunta de toda la alianza si un estado miembro es atacado por otro. Lo que ha estado a punto de pasar este domingo.
El presidente estadounidense, Joe Biden, ya advirtió el viernes de las consecuencias de un ataque en territorio de la Alianza Atlántica: “Sería la Tercera Guerra Mundial”.
En vista de la ofensiva aérea de Rusia, la expectativa no es demasiado positiva. Algo más de esperanzas ofrece una nueva ronda de negociaciones entre las delegaciones ucraniana y rusa, que se citarán, por videoconferencia, este lunes.
Las dos partes ya hablan abiertamente de ciertos progresos. “Comparando las posiciones de la parte rusa y ucraniana al comienzo de las negociaciones y hoy, podemos hablar de un progreso significativo”, ha explicado hoy el jefe del Comité de Asuntos Internacionales de la Duma rusa y miembro de la delegación rusa a las negociaciones de paz, Leonid Slutski.
Y por parte de Kiev, el presidente Zelenski ve “algunos signos positivos”. “Ahora la parte rusa, en las negociaciones, ha comenzado a hablar de cosas y no solo lanzar ultimátums. Creo que este es un enfoque fundamentalmente diferente. Y debería ser así”.
También este lunes se espera la aprobación del nuevo paquete de sanciones de la UE, el acordado la pasada semana con el G7 y que supone negar a Rusia el estatus de “nación más favorecida” en sus mercados, revocando importantes beneficios en el marco de la Organización Mundial del Comercio.
Con Ucrania como eje, Pedro Sánchez y los líderes territoriales han coincidido en la respuesta que dar a la guerra. De la cumbre ha salido un texto, firmado por todos y conocido como Declaración de La Palma que recoge “unidad” ante la postura del Gobierno en Europa para tratar la cuestión energética y una coordinación mayor en la gestión de los refugiados y los fondos europeos, que servirán para responder a esta emergencia.
De la cita también ha asalido el compromiso de Sánchez de bajar algunos impuestos, sin precisarlos, para aliviar el alza de precios relacionados con la energía, una cuestión clave que le habían pedido varios presidentes autonómicos.
En esa reunión ha salido también el apoyo de Pedro Sánchez a iniciar trámites contra Putin por crímenes de guerra.
La ONU ha actualidad su balance de civiles muertos, que ya son 596, aunque siempre puntualizan que las víctimas serán más. También los heridos, de los que confirman 1.067 personas entre las poblaciones atacadas.
Entre los asesinados se contabilizan al menos 85 niños, según informa la Fiscalía ucraniana. Según esta, la mayoría de las víctimas se produjeron en Kiev, Jarkov, Donetsk, Sumy, Jersón y Mikolaiv, y en las región de Zitomir.
No ha habido nuevos anuncios ni de Moscú ni de Kiev. El último dato, ofrecido por Zelenski el sábado, cifraba en al menos 1.300 los soldados ucranianos muertos, frente a los más de 12.000 rusos.
El éxodo de refugiados por la guerra asciende ya a 2,69 millones, con el dato actualizado a este domingo de ACNUR. Más de la mitad ha llegado a la vecina Polonia, que acoge a 1,6 millones de ucranianos, mientras que 246.000 se encuentran en Hungría, 195.000 en Eslovaquia, 105.000 en Rusia, 104.000 en Moldavia, 84.000 en Rumanía y unos 900 en Bielorrusia, entre otros países.