El día en el que la amenaza nuclear rusa dejó de ser solo una amenaza verbal
Rusia ataca y toma la central de Zaporiyia tras causar un incendio que no ha afectado al interior. Se adelantan las negociaciones con Ucrania, que pide mediación internacional.
Diario de guerra, día 9. La invasión entra en una nueva y muy preocupante fase: la verdadera amenaza nuclear rusa, ya con hechos y no solo con palabras. El viernes no había amanecido aún cuando un incendio en la planta de Zaporiyia ha tenido al mundo en vilo. El despertar en Occidente ha sido una sucesión de alertas de lo que pasó... y de lo que podría haber pasado.
Los combates que han deparado el control ruso de la central nuclear, la más grande de Europa, han generado un fuego que, afortunadamente, no ha tenido ningún efecto en la seguridad.
La reacción de condena ha sido unánime, como el miedo a la última ofensiva de un Putin cada vez más enfervorecido en su ataque contra Ucrania. Las negociaciones se retomarán este fin de semana, en un contexto nada halagüeño pese al reciente acuerdo en la creación de corredores humanitarios.
Esto es todo lo que deja el noveno día de guerra en Ucrania:
¿Qué ha pasado en Zaporiyia?
De madrugada, las tropas rusas se han hecho con el control de la central nuclear ucraniana de Zaporiyia, tras cercarla en las últimas fechas y acometer una última ofensiva muy dura que ha dado lugar a un incendio en las instalaciones.
El peligro ha sido inmenso, pero el fuego no ha afectado a los reactores, sino a un centro de entrenamiento técnico y un edificio administrativo, que han sufrido daños.
Durante todo el día se han hecho mediciones de actividad y niveles de radiación, sin que se hayan notado variaciones de riesgo. Del ataque no ha resultado ninguna víctima mortal, solo dos heridos graves, ambos trabajadores de seguridad de la central.
También en esta batalla se juega la pelea por el relato. El presidente Zelenski ha espetado en una comparecencia de urgencia que “por primera vez (...) en la historia de la humanidad, el Estado terrorista (Rusia) ha recurrido al terrorismo nuclear”. “Si hay una explosión, será el fin de todo, el fin de Europa. Debemos detener al Ejército ruso de inmediato!”, ha advertido.
Por contra, Moscú dice, sin aportar más pruebas que su palabra, que el ataque se debe a “saboteadores ucranianos” y acusa a Kiev de fake news.
¿Qué puede pasar? ¿Es fundado el temor a otro Chernóbil?
Ahora mismo la situación parece estable y controlada, de acuerdo con los medios oficiales, pero el peligro es total. “Si explota será diez veces más grande (la catástrofe) que Chernóbil” en 1986, ha alertado el ministro de Exteriores ucraniano, Dmitro Kuleba.
Zaporiyia dispone de seis reactores, más de los que disponía Chernóbil en el momento del desastre. No en vano, la central atacada hoy es la más grande de Europa y la tercera más grande del mundo, capaz de sumar entre todos sus reactores casi la misma potencia que todas las plantas que hay en España.
El portavoz de la central, Andrii Tuz, ha explicado que “el combustible nuclear está dentro del reactor atómico. Todavía no se ha descargado. Además, hay una piscina de recarga y almacenamiento de combustible nuclear en la sala central que también contiene uranio y conjuntos de combustible nuclear”, ha dicho, al enfatizar el peligro de que se rompa la cubierta sellada.
¿Qué se puede esperar de la inminente tercera ronda de negociaciones?
En vista de los acontecimientos, la previsión actual no es buena. Ucrania ha pedido “mediación internacional” porque dice que no se fía “en absoluto” de Rusia. De la conversación del jueves salió un acuerdo, vago, sobre el establecimiento de corredores humanitarios. No se ha avanzado nada en ello, a la espera de lo que puedan tratar los dos equipos negociadores.
Las condiciones planteadas por Kiev, el alto el fuego y un armisticio de paz, parecen imposibles de conseguir de momento, de acuerdo con la escalada bélica (y verbal) de Moscú.
La cita volverá a ser en Bielorrusia, en un punto aún indeterminado, al no aceptar Rusia otro país, de acuerdo con la versión ucraniana.
¿Cómo avanzan los frentes abiertos en las ciudades?
En el resto de batallas no se han registrado grandes avances desde la madrugada. Moscú continúa asediando Kiev, con su enorme convoy acercándose muy lentamente; Járkov, en una lucha desde dentro de la ciudad; y Mariúpol, prácticamente rodeada por las tropas rusas, y Mikolaiv, un municipio de medio millón de habitantes clave para el avance de las tropas hacia su gran objetivo, el mayor puerto de Ucrania, Odesa.
¿Cuántos refugiados deja el conflicto?
Sin novedades oficiales en el cómputo de muertes, lo que no se frena es el flujo de refugiados en busca de un nuevo destino seguro.
La ONU eleva las cifras a 1.200.000. La inmensa mayoría se desplaza hacia terreno de la Unión Europea, que ayer aprobó una medida de urgencia para garantizar la acogida ilimitada de sus nacionales, a los que se otorgarán derechos laborales y sanitarios.
¿Qué dice la OTAN?
Este viernes ha sido fecha de reuniones en el corazón de Europa. Los ministros de Exteriores de los países OTAN se han visto para estudiar los posibles escenarios y respuestas a plantear. De su cita ha salido un ‘no’ a Zelenski en su petición de hacer de Ucrania una zona de exclusión aérea para evitar aviones rusos.
La Alianza Atlántica ha dicho ‘no’ porque aplicar esa ‘limpieza’ de los cielos ucranianos implicaría una escalada del conflicto y provocar una “guerra total” en Europa. “Hemos dejado claro que no vamos a entrar en Ucrania, con tropas ni tampoco con aviones en el espacio aéreo. La única forma de implementar una zona de exclusión es mandar aviones de la OTAN e imponerla derribando aviones rusos”, ha advertido el secretario general, Jens Stoltenberg,
“Entendemos la desesperación, pero si hacemos eso acabaremos teniendo una guerra total en Europa, generando más sufrimiento”, ha reflexionado Stoltenberg.
¿Cuál es la última hora dentro de la Unión Europea?
No hay nuevas sanciones... por ahora. El propio jefe de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell, ha reconocido que “hoy” no se han adoptado sanciones nuevas, pero ha dejado en el aire por dónde podrían ir las siguientes, al mentar posibles nuevos bancos expulsados del sistema SWIFT o nuevas medidas financieras.
“Para los medios lo importante es un nuevo paquete de medidas; para mí es que se ejecuten las que hay”, ha añadido Borrell, en términos similares a los utilizados por el titular de Exteriores español.
Una mirada al IBEX: ¿cómo ha sido el hundimiento de la Bolsa española?
Histórico, sin ambages. El selectivo español cierra su actividad con una nueva caída del 3,63%, lo que hace que la semana haya sido la peor desde que coemnzó la pandemia, con un batacazo de algo más de un 9%. La barrera de los 8.000 puntos vuelve a quedar lejos.
La caída fortísima se ha sentido este viernes tras las noticias de los ataques y el incendio en la central nuclear, pero no ha sido mayor que la ocurrida ayer. Entre jueves y viernes la Bolsa ha perdido un 7%.
¿Llega la censura a Rusia?
No llega, porque lleva mucho tiempo instalada, pero sí se ha hecho más evidente este viernes. En una decisión mucho más grave que sorprendente. Putin ha firmado una ley que incluye penas de hasta 15 años de cárcel para los medios que den lo que ellos consideren “información falsa” sobre su ejército que acarree “graves consecuencias”.
De inmediato, han bloqueado el acceso a Facebook y Twitter en todo el país y han forzado la salida de medios como la BBC, ante su imposibilidad de ejercer un periodismo libre.