Ucrania y Rusia acercan posturas hacia la paz pero Kiev se niega a acatar las 15 exigencias del Kremlin entre duros ataques a civiles
El bando ucraniano asegura que tienen sus propias condiciones para Rusia en el día en el que Zelenski ha hablado en el Congreso de EEUU.
Diario de guerra, día 21: Cada vez más cerca del fin, pero no tanto como Moscú querría. El “acuerdo” por la paz en Ucrania afronta un momento clave, con las posturas más parejas que en ningún otro momento en las últimas tres semanas. Kiev avisa, no se va a limitar a aceptar lo que exige el Kremlin para acabar con la invasión, pero también asume que se avecina ese pacto.
Un borrador con 15 puntos, planteado por Rusia en las negociaciones de paz habría hecho avanzar las posiciones en dirección al esperado alto el fuego, pero aún queda camino.
La diplomacia, como ha venido ocurriendo este tiempo, choca con la otra realidad, la de las bombas y balas que no dejan de caer contra los objetivos marcados por Moscú. Muchos de ellos, civiles, especialmente en una jornada tan cruenta por la gravedad de los ataques registrados.
Desde hace días, el ambiente es distinto. Moscú y Kiev ven más “cerca” un acuerdo para parar la guerra. Hoy, incluso, ha utilizado esa misma palabra el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov., sumándose el tono positivo expresado previamente por Volodimir Zelenski.
Pero mediada la tarde ha saltado una noticia que puede cambiar el futuro del conflicto. Según adelantaba el Financial Times, los dos países avanzan en la negociación de un texto de 15 puntos que supondría el final de la guerra... siempre y cuando Zelenski aceptara las duras condiciones impuestas a Ucrania.
Inmersos en la cuarta ronda de negociaciones (que lleva tres días celebrándose por videoconferencia), el portavoz de la delegación ucraniana ha confesado que ese texto existe pero “representa la posición solicitante de la parte rusa. Nada mas”. Kiev tiene otras reclamaciones que no aparecen en ese borrador.
Por el momento, el Kremlin exige que renuncien a Crimea, declaren la independencia de Donetsk y Lugansk y renuncien a entrar en la OTAN, aparte de no albergar bases ni armamento extranjero y declararse “país neutral”.
Son cuestiones que el bando ucraniano ha rechazado en repetidas ocasiones. A cambio de acatar, obtendrían el compromiso de retirada inmediata de las tropas rusas y el de poder tener garantías de protección por aliados como EEUU, Reino Unido o Turquía.
Serán seis o siete países “proactivos que estarán legalmente obligados a intervenir activamente en el conflicto”, ha añadido el negociador ucraniano Majail Podolyak, que asume que se avecina el acuerdo, aunque aún las negociaciones avancen “muy arduamente” pero se avecina un acuerdo.
Mientras unos y otros negociaban de cara a un posible alto el fuego, temporal o definitivo, Rusia ha reforzado sus ataques contra la población civil. Este miércoles se han sucedido las noticias de ataques, vía aérea o terrestre, contra civiles.
En Chernígov, la inteligencia ucraniana ha confirmado diez muertos por disparos de soldados rusos a la puerta de una panadería, además de diversos ataques contra zonas residenciales de esta ciudad del norte del país.
Horas más tarde, las autoridades nacionales denunciaban que Rusia había bombardeado y destrozado un teatro en Mariúpol que servía de refugio a centenares de civiles, un objetivo que se suma a los ya atacados, como el hospital materno infantil o la mezquita, ambos la semana pasada. En el caso del teatro aún no se conoce el número de víctimas
Kiev o Járkov tampoco han sido ajenos al impacto de los proyectiles rusos, dirigidos contra zonas residenciales.
El líder ucraniano ha comparecido ante el Congreso para pedir más apoyo con el que garantizar la seguridad de su nación. Ante el aplauso sentido y masivo de la Cámara, Zelenski ha insistido en que la OTAN cierre el espacio aéreo, como ha repetido ante cada parlamento en el que ha intervenido. ”¿Es pedir tanto que cierren el cielo ucraniano para salvar la vida de las personas? ¿Es pedir demasiado?”, ha reiterado.
En un discurso muy enfocado en el pasado de EEUU, aparte de las referencias a Luther King —ha repetido la expresión “yo tengo un sueño”—, ha recordado los episodios del Pearl Harbour y el 11-S, dos de los traumas que más tocan la moral estadounidense. “Nuestro país está viviendo esa maldad, cada día y cada noche, llevamos ya tres semanas”.
Dirigiéndose a los congresistas, ha aplaudido las sanciones a Rusia, aunque ha pedido más, antes de hablar directamente a Biden, al que ha deseado “que sea el líder del mundo y eso significa que sea el líder de la paz”.
Por primera vez, el líder estadounidense ha definido a Vladimir Putin como “criminal de guerra”. Le ha costado, ha sido en un encuentro con periodistas a la salida de un acto en la Casa Blanca. La informadora le ha preguntado si consideraba al presidente ruso como tal; Biden lo ha negado y, tras la repregunta finalmente lo ha dicho.
Sus palabras han generado la repulsa inmediata del Kremlin, que ha calificado las palabras de Biden de “inaceptables e imperdonables”.
Curiosamente, este miércoles ha sido el primer día en 21 de guerra en el que representantes de EEUU y Rusia han hablado por teléfono de forma directa. Esta puerta diplomática parece que se cierra de momento.
Según Ucrania, el número de rusos caídos supera los 13.800, “estimados”, puntualiza el Servicio de Comunicaciones Especiales de Kiev. Además, citan 84 aviones y 430 tanques destruidos.
Y los refugiados, también víctimas del conflicto al verse obligados a dejar su país, superan los 3 millones, a ritmo de un millón por semana. Una oleada que desafía la capacidad de acogida de la UE.
La ONU, por su parte, ha confirmado 726 víctimas civiles, aunque apunta que su estimación es inferior a la realidad. Ucrania habla de miles de habitantes asesinados.
Sánchez ha comenzado este miércoles su gira europea que le llevará a verse con los líderes de una decena de países, pero dentro de España, la jornada también ha dejado varias noticias de impacto.
Por la mañana, el Gobierno confirmaba que va a bajar los impuestos de la gasolina, la luz y el gas. Sin dar más detalles por el momento, desde Moncloa emplazan al Consejo de Ministros del 29 de marzo, donde se aprobará un amplio paquete de medidas en el que aún se está trabajando, en palabras del ministro de la Presidencia, Félix Bolaños.
Uno de los sectores más tocados por los efectos de la crisis es el de los transportistas. En huelga desde hace tres días, su impacto se ha acrecentado esta tarde, por el anuncio de la industria láctea de suspender su actividad al verse afectada por la suspensión de transportes.