Diario de a bordo: Llegada a la Antártida
Sin duda ha sido el día de año nuevo más especial para nosotras. Comienza la tercera edición de la expedición antártica de Homeward Bound y tenemos la gran suerte de poder formar parte de ella.
Para los que no conozcáis el programa, Homeward Bound es un programa de empoderamiento femenino, que tiene como objetivo promover el rol de las mujeres en la toma de decisiones en asuntos globales, como el cambio climático o acciones de desarrollo sostenible.
El proyecto pretende formar a 1.000 mujeres líderes en un plazo de 10 años. Nosotras hemos tenido la gran suerte de participar en esta tercera edición, apoyada por ACCIONA, y tras un año de formación y preparación comienza la aventura antártica.
Durante 20 días vamos a recorrer más de una decena de puntos en el continente Ártico, entre ellos la base argentina Carlini, la isla Paulet, que acoge una colonia de cría de miles de pingüinos de Adelia, y la base estadounidense Palmer.
Hemos partido desde Ushuaia, donde 80 mujeres de todo el mundo nos hemos ido reuniendo, emocionadas, incrédulas y felices de que tras un año de trabajo la aventura por fin comienza.
El equipo completo llegó al muelle el pasado día 31 de diciembre, tras haber pasado los dos últimos días y medio trabajando en el código de conducta que deberemos seguir durante la expedición y en la estrategia del programa. Y... ¡Finalmente llegó el momento de zarpar!
Tras salir del puerto de Ushuaia, el barco atravesó el canal de Beagle. Todas estábamos emocionadas al ser conscientes de que ésta sería la última tierra que veríamos hasta llegar a la Antártida.
El cruce del Pasaje de Drake fue complicado, sufrimos mareos, náuseas y fue difícil conciliar el sueño. Sin embargo, ¡lo logramos! Cruzar el Pasaje de Drake y ver la tierra Antártica por primera vez trajo las sonrisas a nuestras caras. Las salas comunes se llenaron de risas, conversaciones y amistad. La Antártida nos daba la bienvenida.
La primera vista del continente blanco nos animó a salir al exterior del barco por primera vez, y la belleza del paisaje nos llenó los ojos de lágrimas. Nunca habíamos visto un blanco tan puro, tanta nieve intacta... Sin duda, para esto estamos aquí, este planeta nos necesita.
Os seguiremos contando esta gran aventura.