Diario de a bordo: La sabiduría de los inquilinos de la Antártida
Tal y como esperábamos, la experiencia con Homeward Bound y Acciona nos está enseñando muchísimo sobre liderazgo y ciencia, pero, por encima de todo, la vida en el mar es una lección de paciencia y adaptación frente a lo extremo de la naturaleza y sus elementos. Cada día que nuestro barco navega hacia el sur, abrazando la península Antártida, encontramos más zonas de mar helado de lo que esperábamos, y nuestro itinerario debe adaptarse, lo que ha incluido la cancelación de dos desembarcos que teníamos muchas ganas de hacer.
Por suerte, ¡los científicos tienen muchos recursos y son muy creativos a la hora de encontrar soluciones alternativas frente a cambios inesperados!
Hace unos días, nuestra visita a la Base Palmer (Palmer Station) fue cancelada debido a que el hielo de la costa era demasiado grueso, y las Zodiacs no podían pasar. Así, en vez de desembarcar en la costa, recibimos nosotros en el buque Ushuaia a doce miembros del personal de la base.
La Base Palmer es uno de los tres puestos americanos dirigidos por el Programa Antártico de EE UU, y que se encargan de estudiar el continente, su rol en procesos planetarios y su función como plataforma de estudio para tecnologías noveles.
Actualmente, se están llevando a cabo veintidós proyectos científicos en Palmer. Un programa que es especialmente notable es el proyecto Long Term Ecological Research (LTER) o de investigaciones ecológicas a largo plazo, que durante tres décadas ha ido documentando cambios medioambientales a nivel local y regional, como por ejemplo la desaparición de glaciares cercanos, temperaturas peligrosas o las fluctuaciones en las poblaciones de pingüinos.
Tras conocer todo esto, fue el equipo de la Base Palmer el que nos interrogó sobre el programa Homeward Bound, auspiciado por Acciona, la experiencia de liderazgo vivida, y de qué manera aplicaremos las nuevas habilidades y técnicas que hemos aprendido a nuestro trabajo diario una vez finalice la expedición. Al final, y a pesar de que no pudimos llegar a la Base Palmer, terminamos el día agradecidas por tener la oportunidad de empaparnos de la sabiduría de estos inquilinos de la Antártida, así como comprometidas a amplificar todo lo posible la importancia de su trabajo.