Cuca Gamarra, una 'sorayista' para centrar a Casado
Así es la nueva estratega del Partido Popular
Sábado, 27 de abril. Cuca Gamarra pasea por el centro de Logroño. Aprovecha unas horas para visitar algunas instalaciones del festival de arquitectura y diseño Concéntrico y también se refugia con su familia. Ha sido una campaña muy intensa y está a las puertas del Congreso de los Diputados. Adiós a su etapa como alcaldesa de la capital riojana.
En este momento no se podía imaginar las 72 horas de vértigo que tenía por delante. Concepción Gamarra Ruiz-Clavijo es una política curtida en mil batallas, pero nunca había vivido hasta el 28-A una noche tan negra para el PP. El peor resultado de su historia: el descenso a los infiernos con 66 diputados.
Mira al líder esa noche, lo aplaude y sube junto a otros compañeros a la parte más alta de la sala de prensa de Génova 13 para arroparle. En una esquina lo observa todo, mira a la prensa que graba con sus móviles la escena. Al lado, una Andrea Levy en shock. Pablo Casado la besa al salir. Y en la despedida se da una palmada en la espalda con Javier Maroto. Para redondear la noche: la Junta Electoral multaba a Gamarra con 300 euros por enviar una tarjeta regalo de servicios de Logroño Deporte (con acceso gratuito al espacio hidrotermal).
En ese momento al borde la medianoche, no sabía que esta sucediendo ‘ipso facto’ al propio Maroto. Alguien tenía que cargar las culpas del desastre electoral: el vasco ha ejercido de jefe de campaña, de cerebro en la sombra y los barones piden una cabeza. Y, además, comienza un periodo exprés de reconversión nunca visto en la política. Ese lunes Casado medita, engulle su fracasada derechización y decide que solo tiene una escapatoria: volver al centro.
La ‘sorayista’ de Génova
¿Y con quién puede hacer ese viaje? Un nombre se cruza en su cabeza: Cuca. Y la elige como directora de campaña para las autonómicas y municipales del próximo 26 de mayo, acompañada por la exministra Isabel García Tejerina, que será su homóloga para las europeas. Se acabó el tiempo del nuevo viejo PP de chicos duros. Con la mitad del partido anhelando un cambio y criticando duramente también al jefe de gabinete ‘popular’, Javier Fernández Lasquetty.
¿De dónde viene Gamarra? ¿A qué familia política pertenece? ¿Qué simboliza? Pues nada más y nada menos que es una ‘sorayista’. La única que incluyó Casado en su nueva Ejecutiva -como vicesecretaria de Política Social- tras ganar las primarias y salir en desbandada el equipo de la exvicepresidenta al entender que no se les trataba con dignidad.
En aquella guerra cainita, Gamarra decidió apoyar a la vicepresidenta, con la que había establecido una buena relación en los años anteriores durante el ‘marianismo’. Gamarra era un ejemplo para ellos en gestión municipal en una tierra rendida al Partido Popular. Su nombre era, además, recurrente en los círculos de la Villa y Corte cada vez que había un cambio en el Gobierno de Rajoy. Se enmarcaba dentro de ese grupo de jóvenes pero experimentados políticos tranquilos como Alfonso Alonso e Íñigo de la Serna.
Y ahora Casado le confía a una ‘sorayista’ buscar una posición más templada, más de mayorías sociales, lejos de los excesos de Cayetana Álvarez de Toledo o Adolfo Suárez Illana. Un valium también para unos nerviosos barones, que ven peligrar su futuro dentro de dos semanas.
Objetivo: ser la imagen de la vuelta al centro. O al menos, intentarlo. Casado se juega su futuro y su prestigio en esa maniobra sin precedentes a la desesperada para intentar que su partido no sea superado por Cs y engullido por Vox. El propio lema de esta campaña lo simboliza, Centrados en tu futuro.
Desde el momento que cogió las riendas de la campaña, lo ha repetido constantemente: “el centro político, el espacio natural del Partido Popular”. Y lo ha dejado claro ante las cámaras: “el espacio de personas que no tenemos que pensar exactamente lo mismo, pero que nos sentimos cómodos en el centro”.
Gamarra, producto de Nuevas Generaciones
Gamarra, para nada, es una desconocida para el propio Casado. Ella también es un cachorro del partido, criada políticamente en Nuevas Generaciones. Y con un todopoderoso mentor: Pedro Sánz. Se desenvuelve bien en los medios y desde Génova (en época de Rajoy) la enviaban anteriormente a algunos duros debates nocturnos en La Sexta, por ejemplo.
Por el momento, ha empezado ya a desplegar las líneas que dominarán la campaña. El mal resultado, repite, se debe a la fragmentación que se ha vivido en el centro derecha y avisa de que esto ha sido lo que ha provocado que Pedro Sánchez siga en La Moncloa. Y advierte de que esto no se puede repetir en ciudades y autonomías: los “comunistas” no pueden decidir la economía de los vecinos.
Ha sido todo muy exprés. Pero Gamarra, junto a Tejerina, han planteado una campaña muy diferente a la del 28-A. Y una cosa van a cambiar, quieren que se hable más de los problemas cercanos de la gente, de esa agenda social, de las preocupaciones de la calle. Se ha querido escuchar más a las direcciones provinciales y dar más importancia a los temas clave en cada territorio. Buscan una visión ahora de “abajo hacia arriba”, que se vean bien sus candidatos, aprovechar galones de gestión frente a Cs y Vox. Esto se notará incluso en que está previsto que Casado solo tenga un acto al día, frente a la hiperactividad mostrada durante las generales.
“Me considero una feminista liberal”. Así se definía la propia Gamarra en una entrevista con la Agencia Efe en marzo de este año. Durante toda esta campaña el PSOE ha intentado atacar al PP precisamente con temas de feminismo y las posiciones, por ejemplo, de Álvarez de Toledo. Con Gamarra se busca esa imagen más centrada, social y que no busca meterse en charcos.
Cuca Gamarra, una sorayista para centrar a Casado y al PP. ¿Lo conseguirá? El 26-M se sabrá.