Cruz Roja lanza la campaña #DesafíoMás45 para poner en valor el talento de los empleados veteranos
Estereotipos como la escasa digitalización o la falta de flexibilidad impiden que los mayores de 45 años vuelvan a ser contratados. Ya son el 38% de los desempleados.
"¿Vas a renunciar a mi talento"? Lo preguntan mirando a cámara Rosa, Alberto, Carina, Sandra, Quique, o Carmen. Son trabajadores, profesionales veteranos, de cuello azul y de cuello blanco, gente con una mochila llena de experiencia, de mundo, de éxitos y errores, que a sus más de 45 años notan ese peso más como un lastre que como un sólido anclaje para sus vidas. El mercado laboral no los quiere porque, dice la leyenda, les falta motivación, no son flexibles, no se adaptan a las nuevas tecnologías, no hablan idiomas, no soportan la presión, son reacios a trasladarse... Para tumbar esos mitos y rescatar su valía, Cruz Roja ha lanzado hoy la campaña #DesafíoMás45, con la que "sensibilizar" y "romper las barreras que limitan el acceso" al trabajo de quienes han levantado el país en las últimas tres décadas.
Los datos no llaman al optimismo, porque son gruesos y porque son una constante desde hace ya demasiados años, sin que se aprecie un cambio de tendencia significativo. Según la Encuesta de Población Activa (EPA) del cuarto trimestre de 2017, el 38% de las personas en situación de desempleo (1.418.200) tienen más de 45 años; de ellas, 957.400 tienen más de 50. Mientras que las contrataciones entre los mejores de 45 años empiezan a subir sensiblemente, un 74% más, el frenazo es claro cuando se llega a la cuarentena: un 26% de recuperación en empleados de más de 45 años y apenas un 15% si el DNI dice que se tienen más de 50. Las mujeres se ven especialmente afectadas por el paro en esta franja de edad.
No es sólo que no se tiene un trabajo, sino que la búsqueda se hace más larga de lo normal (la mayoría de los desempleados mayores de 55 años lleva más de dos años en paro) y las prestaciones se esfuman en esa espera (los mayores de 45 forman el colectivo que más prestaciones por desempleo recibe y también son los que más cobran la Renta Activa de Inserción, por haber agotado el paro y no tener más recursos a los que aferrarse).
"Se equivocan"
Según el análisis hecho por Cruz Roja, estos parados afrontan una situación descorazonadora que hay que cambiar: han sido expulsados del mercado laboral (en muchos casos, por razones económicas, mayores con sueldos y derechos de otros tiempos) y ahora son discriminados por estereotipos sin fundamento, sin que se les reconozca su "talento senior" -un tesoro en otros países- ni se diseñen ayudas específicas para ellos. A ello se suman las complicaciones personales añadidas: hay que "recomponer la autoestima" y hacerse fuerte para iniciar esa búsqueda poco fructífera, superar los cambios de titulación (lo que antes no hacía falta, ahora es obligatorio) y, en algunos casos la brecha tecnológica, pelear a una edad en la que es muy posible que haya hijos o padres a su cargo y asumir la falta de expectativas en los últimos años de cotización, con una bajada drástica de ingresos que pone en riesgo la pensión por venir.
Lidiar con este escenario no es sencillo. De ahí la ayuda que aporta Cruz Roja. Aboga por un cambio completo de versión: los que desprecian a un veterano "se equivocan", porque lo que tienen que aportar es experiencia, compromiso, la actitud motivadora de quien no se cansa fácilmente, como dice en el vídeo promocional de #DesafíoMás45. La campaña pide a los parados de más de 45 años que se sumen, que graben un pequeño clip, expliquen los estereotipos que tanto daño les hacen al buscar trabajo y muestren en su mano un "+45". Testimonios como estos:
Para dar respuestas
El problema del empleo a partir de estas edades está muy presente en el día de Cruz Roja. El 32% de las personas participantes en su Plan de Empleo tienen más de 45 años (son 28.575 personas). De ellas, 17.453 tienen más de 50 años. Por eso han impulsado el Proyecto Más 45, del que ahora nace la nueva campaña de desafío. El perfil de los usuarios se suele repetir: mujer en un 57% de los casos, desempleada de larga duración (44%), con estudios primarios (46%); el 30% vive en hogares sin empleo, el 28% son personas extranjeras y en el 40% de los casos viven en hogares con todos sus miembros en paro, muchos de ellos con hijos.
La respuesta a sus necesidades, enfatizan, tiene que venir por "favorecer la integración" en los espacios laborales, "mejorar las competencias" de los trabajadores y "eliminar barreras" como la incomprensión, los tópicos, los estereotipos. Entre sus acciones, se incluyen iniciativas de sensibilización del tejido empresarial, "mostrando los talentos que se pierden absurdamente con este rechazo", y el "aprovechamiento de los recursos" que estos demandantes de empleo pueden ofrecer.
Porque, aunque parezca mentira, aún no se asume lo que el refranero popular lleva siglos clamando: "A caballo nuevo, jinete viejo" o "a barco nuevo, capitán viejo". Que para algo son los más sabios.