Crónica de la noche en la que actuó 'La Manada'
Una reconstrucción de los hechos sucedidos el 7 de julio de 2016 en Pamplona según la sentencia de la Audiencia de Navarra.
Ya es 7 de julio, San Fermín. Ella, de 18 años, ha venido en coche con su amigo R. desde Madrid a Pamplona con ganas de pasarlo bien. Están en la céntrica Plaza del Castillo, donde suena la música de los conciertos. Conocen a un grupo de jóvenes con los que hacen buenas migas. Beben, bailan y cantan. Su amigo decide volver al coche y ella se queda. Charla con un chico del grupo, A., e intercambian sus números de teléfono. En un momento ella se separa porque ve a un conocido, el novio de una amiga, y se acerca a saludarle. Trata de volver con sus nuevos amigos, pero no los encuentra. Ha bebido bastante y decide descansar en un banco en el que está sentado un joven corpulento: 'El Prenda'.
Empiezan a charlar. Son las 2:50 de la madrugada. Cuatro compañeros del chico del banco se suman a la conversación. Ella no lo sabe, pero está rodeada por 'La manada', tal y como se autodenomina este grupo de sevillanos de entre 26 y 29 años compuesto por José Ángel Prenda ('El Prenda'), Ángel Boza Florido, Antonio Manuel Guerrero, Alfonso Jesús Cabezuelo y Jesús Escudero.
La joven llama a A. a su teléfono móvil. "¿Dónde estáis? ¿Qué vais a hacer?", le pregunta. Hablan durante unos 25 minutos, aunque se escucha mal por el ruido y la música. El chico le cuenta que tienen intención de ir "a comer un bocadillo, o algo así". "Vale, pues quedamos después para ir a ver los encierros", le dice ella, aunque no llegan a concretar la cita.
Tras terminar la llamada, les dice a 'El Prenda' y sus cuatro amigos que se va al coche a descansar. 'La manada' se ofrece a acompañarla y echan a caminar. Son las 3 de la madrugada. Pasan junto al Hotel Europa, al que dos de los miembros del grupo se meten sin que la chica se dé cuenta y piden al recepcionista pagar por horas por una habitación "para follar". El empleado del hotel les dice que no es posible.
El grupo continúa caminando, y uno de los chicos comienza a agarrar del hombro y de la cadera a la joven, que para tratar de zafarse gira a la izquierda y enfila la calle Paulino Caballero, mientras 'La manada' sigue acompañándola. Se detienen pasado el número tres y Boza y ella se empiezan a besar en la boca.
Mientras, 'El Prenda' se separa del grupo y va hasta el número 5, donde ve a una mujer que accede al portal, a la que le dice que se están hospedando en ese bloque. Así, cuando la mujer se adentra en el edificio, 'El Prenda' aprovecha para sujetar la puerta y llama a sus amigos: "¡Vamos, vamos!". Boza, que mientras besaba a la chica le ha agarrado de la mano, tira de ella hacia el portal. Cabezuelo la agarra de la otra mano e imita a su compañero.
"De esa guisa, la denunciante entró en el recinto de modo súbito y repentino, sin violencia", recoge la sentencia. "Calla", le dicen ellos con la mano a la boca. Se adentran en el portal.
Al fondo hay una puerta de vinilo translúcido, al lado de los ascensores, que da acceso a un rellano. Ahí hay otra escalera de cinco peldaños que da a un pequeño espacio de unos 3 metros cuadrados, sin salida. Uno de ellos abre camino, ella marcha detrás y el resto la siguen. En este cubículo, 'La manada' la rodea.
ESTUPOR
Es un lugar "recóndito y angosto", ellos son cinco, "de edades muy superiores y fuerte complexión". Ella está "impresionada y sin capacidad de reacción". Nota cómo varias manos empiezan a desabrocharle primero la riñonera, luego el sujedador, después el jersey que lleva atado en la cintura. Siente una gran "angustia" mientras uno de ellos le agarra de la mandíbula y la dirige hacia su pene para que le haga una felación. Nota cómo otro le baja los leggins y el tanga.
El agobio, desasosiego y estupor que siente la joven de 18 años es muy intenso y le lleva a adoptar, según los jueces, "una actitud de sometimiento y pasividad", a hacer lo que ellos quieran. Cierra los ojos.
Todos ellos le introducen el pene en la boca. Cabezuelo y 'El Prenda' la penetran vaginalmente, al igual que Escudero, que además la penetra por vía anal. Estos dos últimos eyaculan. Ninguno usa preservativo. Mientras todo sucede, Guerrero graba con su móvil seis vídeos que en total duran 59 segundos y toma dos fotos. Cabezuelo, por su parte, hace otro vídeo de 39 segundos.
Tras perpetrar los abusos sexuales, a las 3:27 de la madrugada, empiezan a marcharse de uno en uno. Guerrero, sin embargo, no lo hace antes de aprovechar la situación para robar el móvil de la chica, un Samsung Galaxy valorado en 200 euros. Le quita la tarjeta SIM y la tarjeta de memoria, las arroja al suelo y se larga. Guerrero es Guardia Civil.
SOLA
Ella se queda sola en el cubículo. Espera a que todos se hayan marchado y se vuelve a poner el sujetador, se sube el tanga y los leggins. Recoge el jersey del suelo y se lo ata a la cintura. Busca su riñonera para coger su teléfono y llamar a su amigo R., pero no lo encuentra. Empieza a llorar y sale el portal.
Camina sola, la calle está vacía. Cuando llega a una vía aledaña se sienta en un banco. Arrecian las lágrimas. Su llanto llama la atención de una pareja que se le acerca. Le preguntan que por qué llora. Ella, según declararon, les explica que le han robado el móvil. Le dicen que eso no es para tanto. "Cuatro chicos..." comienza a decir. La pareja entonces le pregunta si le han hecho algo. Ante su respuesta afirmativa, llaman al 112.
Cuando llega la policía, ella les dice que la han agredido sexualmente. Según el testimonio de los agentes, le preguntan dónde y ella les conduce al portal, pero se niega a entrar, está muy nerviosa. Una pareja de policías, un hombre y una mujer, la trasladan al hospital. La agente relata que durante el trayecto la chica le pide constantemente que no la deje sola.
A las 6:50 'El Prenda' envía desde su teléfono móvil varios whatsapp a dos grupos de chat, uno de ellos 'La Manada' y otro 'Disfrutones SFC'. Escribe estos textos: "Follándonos a una los cinco", "todo lo que cuente es poco", "puta pasada de viaje", "follándonos los cinco a una, vaya puto desfase". Fueron detenidos poco después del encierro en el que algunos de ellos participaron.
Esto es lo que sucedió aquella noche del 7 de julio de 2016, según la sentencia emitida este jueves por la Audiencia de Navarra. Casi dos años después, los cinco miembros de 'La Manada' han sido condenados a 9 años de prisión por un delito de abusos sexuales. Han quedado absueltos de violación.