Barcelona y Real Madrid empatan a cero en un disputado 'Clásico' que fue menos de lo esperado
Dentro del estadio, el partido fue uno más. Tensión, polémica, ocasiones... y todo quedó en tablas.
Todos los ojos miraban a Barcelona. Muchos con miedo y unos cuantos con escepticismo de lo que pudiera verse en el ‘Clásico’. Bajo los ecos de las protestas independentistas de la tarde y los episodios violentos en las afueras del estadio durante el partido, el Barça-Real Madrid fue menos de lo esperado. Miles de manifestantes convocados por Tsunami Democràtic se unieron para pedir independencia al grito de ‘Spain, sit and talk’, lema que entró en forma de pancarta enorme y multitud de carteles al Camp Nou, pero sus acciones se quedaron lejos del eco que esperaban. Dentro, el partido fue uno más: disputado, con tensión, con polémica, pero solo un partido de fútbol en el que, además, todo quedó como empezó: empate a cero.
No fue por falta de oportunidades. El esperado duelo tuvo, esta vez, un guión distinto a ‘Clásicos’ anteriores. Después de unos minutos de tanteo, el Madrid se decidió a llevar el ritmo del partido, dejando al Barça únicamente las acciones sueltas de un Messi que gestionó todo el peligro local. Con Valverde y Kross a los mandos, el equipo de Zidane comenzó a llevar peligro al área culé pasados los primeros 10 minutos.
Sobre el primer cuarto de hora, Piqué salvó bajo palos una clara ocasión del Madrid, que minutos después reclamó un posible penalti de Lenglet a Varane por un contacto dentro del área. Entre reclamaciones de unos y otros, el bombardeo madridista a las cercanías de Ter Stegen era constante. El Barça se manejaba sin demasiadas ideas y solo elaboró una buena jugada en el minuto 30. Courtois, primero y Ramos, después, tras un remate de Messi, despejaron el peligro. La respuesta visitante fue inmediata, con una volea de Valverde que rozó el poste.
De camino al descanso, Messi tuvo otro golpe de genialidad que quedó en nada por muy poco. Un pase excelso al área, para Jordi Alba, que el lateral mandó rozando la porteria de Courtois.
Otro partido tras el descanso
La vuelta de vestuarios trajo un partido diferente. Mientras en las afueras del estadio se sucedían cargas y enfrentamientos entre Policía, independentistas y ultras, dentro las fuerzas se equipararon y el dominio blanco dio paso a una situación más alterna. Messi, siempre él, volvió a internarse en el área merengue en un par de acciones rápidas que, aunque no se concretaron en nada, sirvieron para dejar intranquila a la zaga blanca.
La intensidad seguía por todo lo alto y el partido comenzó a ser un intercambio de golpes. O de intentos, al menos. El de Messi en una falta lejana hacia el 66′, que quedó en nada, el de la contra madridista que Bale mandó al lateral de la red en el 67.
El sino del choque pudo cambiar en el 72′, pero el VAR se cruzó en el camino del Real Madrid con inmediatez; tanto que Bale no pudo, casi, ni celebrar su gol por un fuera de juego justo de Valverde en la acción anterior. El bajón merengue lo quiso aprovechar el Barça, que tuvo el 1-0 en la jugada siguiente.
La fatiga se hizo evidente en el último tramo, un auténtico carrusel de idas y venidas sin concierto. Ya no se supo quién dominaba, quién sufría. Y el gol, que pudo caer del lado de cualquiera, no llegó. Todo quedó en tablas, con ambos equipos empatados en la cabeza de LaLiga, y en menos de lo que muchos temían.