Conceptos viejunos que te vas a hartar de oír en 2019
Y nosotros que pensábamos que éramos unos modernos, con nuevos partidos, dirigentes más jóvenes y una sociedad del siglo XXI... Pues resulta que no.
En 2018 hemos asistido al aperitivo de lo que será 2019. Un año en el que la vuelta al pasado, que los hipster comenzaron a reivindicar hace varias temporadas con cierto romanticismo, amenaza con consolidarse en la política en su versión más nefasta, con la banalización de las palabras por bandera. Trivializar terribles hechos que parecían una pesadilla en boca de abuelos es una irresponsabilidad con la que nuestros políticos tratan de ganarse un hueco en redes sociales a golpe de frase impactante sin prever las consecuencias de sus palabras.
Con la extrema derecha de Vox marcando marcialmente el paso de la derecha y los nacionalistas catalanes contemplándose en la vía eslovena se abren meses duros. Aznar ha resucitado y no sólo por haber poseído a Pablo Casado, sino también porque con el momificado expresidente, cada día con un parecido más que razonable con la duquesa de Alba, han vuelto a la vida conceptos que creíamos superados.
Vía eslovena
La vía escocesa o la de Quebec ya no molan. Ahora se lleva la eslovena, que se produjo guerra mediante a principios de los 90 cuando la antigua Yugoslavia estaba en descomposición. Dejó un centenar de víctimas.
Kale borroka
Albert Rivera no se cansa de llamar a los CDR catalanes "kale borroka", como los jóvenes violentos de la izquierda abertzale de los 90 que hoy lucen calva y barriguita. Casado se disputa con el líder de Ciudadanos el récord de pronunciarlo más veces seguidas.
Fascismo
"Es usted un fascista", es la frase con la que Rufián o Joan Tardá replican a Ciudadanos, ya sea Rivera o Girauta, cada vez que estos se refieren a ERC como "golpistas". Es un juego de banalización que no tiene fin y suele acabar con la reprimenda de Ana Pastor a ambos partidos.
Recentralización
La España una y grande es a la que aspiran los partidos de derechas. Vox lo llama "reconquistar España", aunque Ciudadanos lleva en su programa desde el principio la idea de que el Estado recupere las competencias transferidas y acabar con el cupo vasco. Casado se ha subido al carro pidiendo la recentralización de la Educación. Eso para abrir boca.
Ultraderecha
La moda europea y el trumpismo más cutre han llegado a Europa con Vox, los ultras que no existían desde la Fuerza Nueva de Blas Piñar. La izquierda los define como ultraderecha, el PP y Ciudadanos, que los necesitan para gobernar, como la derecha del PP. Varios filósofos lo consideran el "neofascismo".
Golpistas
Aquel viejo concepto aplicado a sectores militares y paramilitares durante la Transición resucita de la mano de Pablo Casado y del ambiguo Albert Rivera. Ambos seguirán acusando a Sánchez de pactar con "los golpistas" del independentismo. O de "sus socios golpistas", como reprochan al presidente del Gobierno. Quizá sea solo hasta mayo, si hay elecciones generales con las autonómicas y municipales. Lo que no sabe nadie.
Golpe de Estado
Término aplicado a los independentistas también por los jóvenes líderes —Casado y Rivera again— pero también por un ministro de Exteriores como Josep Borrell. La martingala continuará.
Xenófobos, supremacistas y racistas
Los tres conceptos se han unido en boca de los políticos de la derecha (a menudo Casado y Rivera se los disputan en el Congreso) y parte del PSOE, desde que se conocieron los escritos de un tipo como el actual presidente de la Generalitat, Quim Torra, quien entre otras perlas varias, escribió que los españoles son "bestias carroñeras, víboras, hienas con una tara en el ADN".
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¡Gibraltar español!
Los nacidos en democracia no entenderán las coñas, pero es que durante el franquismo, cada vez que la comunidad internacional amenazaba con críticas a Franco, el Generalísimo sacaba a los fieles a la calle para reivindicar el Peñón contra la pérfida Albión. Theresa May y su Brexit han llevado a Sánchez a intentar blindar Gibraltar en los acuerdos, y la derecha ha retomado -y lo hará en 2019- el patético grito del nacionalismo español, aún a pesar de la agenda del tratado del Brexit reconocida por la UE y Gran Bretaña.
Aznar
Que ha regresado de las cumbres celestiales tan momificado en sus facciones como la Duquesa de Alba en sus últimos años es un hecho. El expresidente ama a sus tres delfines: Casado, Rivera y Santiago Abascal (VOX), así que con los tres gana. Su presencia, por tanto, se mantendrá el próximo año. El "aznarismo" es una realidad, aunque para la mitad de los españoles resulte patética.
Presos políticos. España es una dictadura
Un término terrible, que no se oía en la Transición -tras la Amnistía- nada más que en boca del mundo etarra. Los independentistas catalanes han logrado instalarlo en el debate nacional con menos éxito que en el extranjero, cuestionando así la democracia española, un régimen con todos los derechos. La derivada más brutal es que acusan a España de ser una dictadura, una pelea que el Gobierno español no ha sabido ganar internacionalmente. El debate es bien diferente y debería centrarse en el uso de la prisión preventiva.
Valle de los Caídos y la resurrección de Franco
na muestra de cómo una buena ocurrencia puede cargarla el diablo. Pedro Sánchez prometió sacar al Caudillo de su tumba del Valle de los Caídos, y ha terminado por resucitarlo con una campaña gratuita de publicidad. Y seguirá, para alegría de los de Vox y cía. Todo por no enterarse antes de los intríngulis legales para estos asuntos.
Provocación
Todo es una provocación de un tiempo a esta parte. Como en los tiempos viejunos, cuando las manifestaciones antietarras eran "una provocación" en Euskadi, para los ultranacionalistas catalanes, cuestiones como la celebración de un Consejo de Ministros en Cataluña, son una provocación. El término tiene otro significado aplicado a las luchadoras del feminismo por parte de los machirulos, cuando acusan a las mujeres de "ir provocando", ya sea con la ropa o su actitud.
Convivencia
Lo recuperó el rey el 24 diciembre, pero siempre ha estado en el debate parlamentario. Y lo ha llevado al TOP de las palabras de moda Gabriel Rufián, el diputado de ERC que disputa su pasión por la pelea de gallos a Rafael Hernando. Hay que reconocerle al pedante Rufián que colgar la foto de las dos reinas y la palabra "convivencia" tiene su chispa de ingenio, cuando el término en la RAE, a lo primero que se refiere es a la convivencia conyugal y familiar. Será una de las más sobadas en las primeras semanas del 2019.
Peligro(s) para la democracia
Otro concepto que apesta a naftalina. Todo, hasta lo más banal, es un "peligro para la democracia", conjunto de dos palabras que hubo que utilizar mucho tiempo en la Transición, cuando aún había "ruido de sables" -todos podemos resucitar algo de los tiempos nefastos- y que Aznar aplicó a Iglesias durante su comparecencia en el Congreso, el pasado otoño. Es curioso que, para el expresidente, Santiago Abascal sea un chico "lleno de cualidades" y Pablo Iglesias "un peligro para la democracia".