¿Cómo sería la última cena de Jesucristo en un tres estrellas Michelín?
El Canal Historia le ha pedido al cocinero Quique Dacosta que reinterprete ese icónico momento.
Jesús de Nazaret alza la mano. Todos los apóstoles están sentados en su sitio. El dueño de la posada llega al lado del Mesías y le canta los platos que tienen para cenar. "Tenemos un carpás que hemos elaborado con el agua de los encurtidos y con fermentos en el que hemos creado distintas texturas. En palabras del cocinero es un plato frío, ácido, amargo y astringente", dice el mesonero.
¿Parece inverosímil verdad? Pues esto es lo que han querido representar el canal Historia y Quique Dacosta, un cocinero con tres estrellas Michelín.
La cadena celebra su quinta edición de La última cena, cuya máxima expresión el cuadro de Leonardo Da Vinci. La premisa es simple: imaginar qué hubiesen podido comer Jesús y los doce apóstoles en una Última Cena con la actual técnica y conocimiento gastronómico.
"No me imagino qué hubiese pasado si en la Última Cena se hubiesen servido mis platos. Creo que es como si les diésemos un teléfono móvil a cada uno", asegura el cocinero durante la presentación del menú.
El programa, que se estrena el viernes 7 de abril, narra cómo es el proceso creativo de Quique Dacosta y cómo ha llegado —tras más de cinco meses de investigación— a elaborar cinco platos para este evento y probablemente también para la carta del restaurante que lleva su nombre en Dénia (Alicante), donde acabe introduciéndolos. "Dacosta ha hecho el trabajo más poético y espiritual hasta ahora", asegura Carolina Godayol, directora de The History Channel.
Canal Historia propuso y Quique Dacosta dispuso. La cadena contactó con el cocinero y le pidió que con los alimentos de los que disponían en aquella época del año elaborase un menú inspirado en esos hechos históricos.
Dacosta asegura que se ha transformado casi en un antropólogo durante estos últimos meses. El chef ha basado su investigación en las técnicas con las que los hombres y mujeres de hace 2.000 años conservaban los alimentos, pero sin apartar la vista de la cocina más vanguardista propia de su estilo culinario.
"Creo que hemos trabajado con productos y técnicas que ya casi no están ni en el imaginario de los vivos. Como cocinero, intento utilizar sabores amables aunque hable de momentos difíciles", explica Dacosta.
El cocinero ha dotado de un discurso muy poético a sus elaboraciones y cada grano de sal tiene una razón de ser. Con sus platos ha querido representar los lugares y los acontecimientos que marcaron la vida de Jesucristo desde un punto de vista "austero pero innovador".
Un carpás que representa a las lágrimas salinas derramadas amargamente en las aguas abiertas para que huyan los israelíes.
O el cuerpo y la sangre de Cristo, representado en una oblea de pan ácimo con flores del almendro, acompañado de un vino tinto fondillón, con el que Dacosta quiere ahondar en la parte "emocional, delicada y frágil del momento".
"Comer y beber es el acto, pero nosotros buscamos algo más. Queremos representar nuestra cultura y la innovación en la cocina", afirma el cocinero, que asegura que jamás ha cambiado su menú por Semana Santa, salvo para quitar los platos de carne en las fechas señaladas.
Aquí puedes ver su propuesta de platos: