¿Cómo evolucionará el empleo en España durante el verano?
Los datos nos muestran que el empleo se recupera, y que la recuperación es firme. Sin embargo, aún nos queda para alcanzar los niveles previos tras el hundimiento.
Hace escasos días conocíamos los datos que ofrece Randstad sobre la recuperación que prevé experimentar la economía española en los próximos meses y sobre la evolución del empleo de cara a un verano que presenta tantas expectativas como incertidumbres. Las conclusiones, grosso modo, señalan que el empleo en España se recupera, aunque ello no debe llevarnos a diagnósticos erróneos que nos hagan creer que todo está recuperado.
Del mismo modo, también se hacían públicas recientemente las perspectivas sobre la economía mundial de la OCDE. Unos datos que se han revisado al alza, mostrando un mayor dinamismo de la economía por la menor incidencia del virus, las vacunas, así como la posibilidad de reanudar la economía. Y es que, en esta línea, vemos cómo la economía española, de acuerdo con el organismo, se presenta como la economía que más crecerá en 2021 y en 2022 en el análisis. Sin embargo, todo ello no quita que, como también afirma la OCDE, vayamos a ser la economía desarrollada que más tarde en recuperarse.
El empleo en España nos muestra un escenario similar. Hay visos de recuperación en tanto en cuanto se permite la apertura de sectores estratégicos para nuestro país, como lo es el sector turístico (14% del empleo total). No obstante, pese a que la tendencia es bastante clara y evidente, los datos nos muestran que esta recuperación, hasta la fecha, no nos ha devuelto a los niveles previos que recogía la serie histórica para 2019. Unas cifras, dicho sea de paso, que marcaban máximos a cierre del ejercicio previo al estallido de la pandemia.
Como sabemos, este verano será un punto de inflexión para el sector turístico. La pandemia llegaba con el cierre de este sector y la reapertura este verano. De no darse como se espera, podría condenar a muchos empresarios que operan en el mismo, pues las pérdidas (teniendo en cuenta que hablamos del sector más afectado por el COVID) son muy voluminosas. Un verano en el que no se pueda recuperar parte de lo perdido puede ser determinante para muchas de estas empresas y, por consiguiente, sus empleados.
Pasando al análisis de los datos, se observa que el servicio de estudios de Randstad prevé que el conjunto del país cree, durante el verano, cerca de 438.550 contratos, un 20,7% más que el pasado año: una tendencia muy clara, y que nos muestra que el empleo se recupera a un ritmo bastante aceptable. De hecho, hablamos de una cifra muy similar a la registrada durante 2015 cuando, recuperándonos de la crisis económica de 2008, se firmaron 437.873 contratos durante la campaña de verano.
En lo que respecta a los sectores que más notarán ese incremento en la contratación debemos destacar el comercio, el transporte y la distribución, la hostelería y el entretenimiento, entre otros.
Con todo, hablamos de una recuperación desigual si analizamos las divergencias entre autonomías. El impacto de la pandemia se dio de forma asimétrica entre territorios, y en función del mismo, la recuperación también se dará de forma asimétrica. En este sentido, las previsiones nos muestran que Castilla-La Mancha (31%), Aragón (27,1%) y Cantabria (25,7%) se encontrarán al frente de la recuperación, liderando el ranking que, en función de estos niveles de crecimiento, se establece en el informe.
Tratando de evitar que se repita el diagnóstico erróneo que se pudo extraer del informe publicado por la OCDE, es preciso resaltar que esta recuperación, por beneficiosa que sea, no nos devuelve a los niveles previos que registrábamos antes del COVID. En otras palabras, la contratación que se prevé para este verano, aun siendo bastante notable, se sitúa un 29,5% por debajo del volumen de contratación que nos arroja el 2019 en el análisis.
A pesar de ello, se trata de un crecimiento muy positivo para nuestra economía. Que el empleo comience a recuperarse en un escenario en el que la economía española se mostraba muy susceptible de destruir empleo, es una magnífica noticia. Especialmente si tenemos en cuenta que nuestra tasa de desempleo ha escalado hasta situarse en el 18%, y que la tasa de paro efectiva nos sitúa en el 22% si no computamos los ERTE. De no iniciar la recuperación, eran miles las empresas que se encontraban al borde la quiebra técnica (30%) y muchos los empleados que, junto a ellas, iban al paro.
Por esta razón, debemos seguir trabajando para permitir la reapertura este verano y encarrilar una recuperación que necesitamos intensificar progresivamente. Ahora bien, ello no debe llevarnos a extraer diagnósticos incorrectos, los cuales nos hagan creer que, por crecer, todo está recuperado. El golpe que ha registrado la economía española ha sido muy intenso y las secuelas, por mucho que crezcamos en los próximos años, solo podrán solventarse de cara al futuro con grandes reformas que, desde hace años, seguimos postergando.