Descifrando lo que intenta hacer Ciudadanos con los pactos
El intento de cuadrar el círculo de Albert Rivera: las dos almas del partido y las ganas del poder.
El frío azotaba el Auditorio de Coslada, a las afueras de Madrid. Febrero de 2017. Y Ciudadanos borraba en aquella asamblea su adjetivo de “socialdemócrata” para definirse como “liberal progresista”. Albert Rivera y los suyos se conjuraban, además, para lograr su objetivo: entrar en gobiernos a partir de 2019.
Y han llegado ese momento, ese 2019 que se debatía entonces entre looks de El Ganso y pulseras naranjas. Pero han pasado muchas (demasiadas) cosas… Entonces era Mariano Rajoy el presidente, entre los naranjas no aspiraban al sorpasso en la derecha, no existía Vox, no había habido moción de censura...
Ahora Ciudadanos tiene que decidir en estas semanas qué quiere ser de mayor. Y vuelven a resurgir esas dos almas internas, pero con mucho menos tiempo para debatir. La Ejecutiva se ha reunido este lunes frente a frente, con gran expectación mediática y tras unos días de tensiones ante la postura que deben tomar ante/junto a Vox y con la ‘bomba’ sobre la mesa de Manuel Valls en Barcelona ofreciendo sus votos “sin condiciones” para hacer alcaldesa a Ada Colau frente al independentismo.
Ha sido una reunión larga, en la que han hablado varios de los presentes. Y de la que han salido con un acuerdo “por unanimidad”: el socio preferente es el Partido Popular, rechazan gobierno tripartitos con Vox, no se van a sentar con los de Santiago Abascal en ‘mesas a tres’, dicen ‘no’ a los populistas y nacionalistas y se abren a pactos muy puntuales en algunos territorios con el PSOE. Y la Ejecutiva se guarda la llave de tener que ratificar los acuerdos a los que lleguen los territorios.
No pactos con Vox, pero sí Gobiernos apoyados por Vox
Ha sido una reunión larga, en la que han hablado varios de los presentes. Y de la que han salido con un acuerdo “por unanimidad”: el socio preferente es el Partido Popular, rechazan gobierno tripartitos con Vox, no se van a sentar con los de Santiago Abascal en ‘mesas a tres’, dicen ‘no’ a los populistas y nacionalistas y se abren a pactos muy puntuales en algunos territorios con el PSOE. Y la Ejecutiva se guarda la llave de tener que ratificar los acuerdos a los que lleguen los territorios.
Todo esto en mitad de un clima de presión por varios frentes. El Partido Popular ha avanzado este mismo lunes que quiere convocar a mesas ‘a tres’ a los naranjas y a Vox, mientras que los de Santiago Abascal han empezado a amenazar al centro derecha a través de una enmienda a la totalidad a los presupuestos del Gobierno andaluz de coalición de ‘populares’ y ‘ciudadanos’.
Pero traduciendo lo que ha pasado hoy en la reunión: no ha habido cambios sustanciales respecto a la política de pactos que ha ido perfilando en la última semana, aunque supone formalizar que no habrá acuerdos concretos con Vox a través de una decisión conjunta de la dirección. Pero eso no supone que Cs no esté en gobiernos autonómicos y locales cuya formación dependa de los votos de los de Santiago Abascal en las investiduras. Pero sube el órdago Rivera y reta a a Vox a que deje gobernar a la izquierda.
Es decir, una fórmula a la andaluza: pacto entre PP y Cs, con apoyo desde fuera de Vox y sin firmar ningún papel entre ‘naranjas’ y ‘verdes’. Algo que no contenta para nada a los de ultraderecha, que quieren ir más allá de lo que pasó en Sevilla.
Lo que sí ha dibujado Villegas es que se podrían dar fotos de miembros de Cs con alguien de Vox o de Podemos, pero “para explicarle el acuerdo alcanzado” y nunca para pactar.
¿Puede haber pactos con el PSOE?
Para abrirse a apoyar a algunos barones socialistas se mantienen las condiciones de renegar de la política territorial de Sánchez y defender la aprobación del 155 en Cataluña. Unas exigencias que parece que podrían servir en casos muy concretos como apoyar a Javier Lambán (PSOE) en Aragón, enemigo interno del presidente del Gobierno. Allí se abre esta posibilidad también por la aritmética: el PAR es clave para formar Ejecutivo y se ha mostrado contrario a un acuerdo con PP, Cs y Vox. Por lo tanto, el abanico parece abrirse hacia un acuerdo de socialistas, naranjas y regionalistas.
Además, en el decálogo que contempla la hoja de ruta para los pactos que ha aprobado la dirección se habla en el primer punto de materia territorial. Y se habla de que se “contempla” la aplicación del 155, aunque no se utilizan otras palabras más duras como exigir. También podría haber un acercamiento en Castilla y León entre los naranjas y los socialistas para poder fin al Gobierno de décadas del Partido Popular.
Por ejemplo, en el caso de Madrid, Cs quiere un pacto con el PP, y que Vox se vea presionado desde fuera para respaldar a un Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso e Ignacio Aguado y no hacer que la balanza caiga hacia la izquierda, lo cual creen en Cs que no le perdonaría su electorado a Abascal.
Una de las obsesiones que tenía la dirección este lunes era llegar a un acuerdo de manera unánime. Intentar cerrar ese debate acerca de los pactos, que está teniendo como principal ‘rival’ frente a Rivera al economista Luis Garicano. El gurú económico de la formación lleva ya varios encontronazos con el líder naranja. El malestar ya se evidenció con el ‘pucherazo’ en Castilla y León -Garicano se posicionó junto a Francisco Igea y Rivera al lado de Silvia Clemente-.
Y este domingo volvían a saltar chispas cuando Garicano salía a unirse a la postura de Valls de apoyar a Colau para evitar un resultado “aún peor”. Esta posibilidad ha vuelto a ser rechazada por la dirección este lunes: “La posición de la Junta de Ciudadanos es clara en este asunto, evitar que nacionalistas y populistas lleguen al Gobierno de Barcelona, y hay que intentarlo por todos los medios”, ha zanjado José Manuel Villegas.
Garicano habla también desde la perspectiva de que él será el líder de Cs en la Eurocámara, un lugar en el que se rechazan de plano los acuerdos con la extrema derecha. De todas formas, el economista ha querido rebajar las discrepancias a través de Twitter y después de la reunión poniendo énfasis en el “buen acuerdo, unánime”. Y ha destacado que se niega la entrada “de nacionalistas y populistas en los gobiernos” y que el “PP será socio preferente, pero no exclusivo”.
Ciudadanos sigue buscando la cuadratura del círculo de los pactos.