Cinco novelas de asesinatos que iluminan la vida y hacen crítica social
Por Santiago Vargas
Los Huéspedes de la biblioteca WMagazín son esta semana 'Una pizca de maldad', 'República luminosa', 'La investigación', 'El asesinato de Laura Olivo' y 'Vengaré tu muerte'
Las cinco novelas de hoy tienen en común asesinatos y suicidios que buscan desentrañar comportamientos criminales en el ser humano y trazar una cartografía de la sociedad, a la vez que lanzan una crítica social. Un expolicía y escritor chino, una narrador y cineasta francés, un novelista peruano, una académica de la lengua y el ganador del Premio Herralde son los Huéspedes de la biblioteca WMagazín de esta semana. Cinco historias de muertes que iluminan la vida.
Ah Yi. Traducción del chino de Miguel Ángel Petrecca (Adriana Hidalgo)
"En poco tiempo, tuve la sensación de que esa fuerza elástica que pesaba sobre mi cuerpo empezaba lentamente a aflojar. El mundo exterior al que había buscado y conseguido enfurecer, parecía haberse hartado de mí. Con los familiares de la víctima parecía suceder algo similar".
El escritor chino Ah Yi (1976), un expolicía en Pekín, describe en esta novela la sinrazón y cuenta el desconcierto que produce un asesinato porque sí. Una joven aparece muerta. No hay móvil aparente. Hay un joven aburrido que siente el vacío de su vida. Frío, calculador, la sociedad se enfrenta a motivos que no caben en su cabeza y que buscan comprender. Una narración calmada, detallada y con reflexiones morales, de vida y hasta sentimentales crean una novela existencialista. Inquietante por el joven asesino que pone un espejo a la sociedad.
Andrés Barba (Anagrama)
"Cuando me preguntan por los 32 niños que perdieron la vida en San Cristóbal mi respuesta varía según la edad de mi interlocutor. Si tiene la mía respondo que comprender no es más que recomponer lo que solo hemos visto fragmentariamente, si es más joven le pregunto si cree o no en los malos presagios. Casi siempre me contestan que no, como si creer en ellos supusiera tenerle poco aprecio a la libertad".
La voz del funcionario que cuenta este hecho insólito ocurrido en San Cristóbal, en medio de la selva, es fundamental en esta novela de Andrés Barba (Madrid, 1975). Este personaje rememora la llegada de 32 preadolescentes a un pueblo y su comportamiento violento, impropio de la niñez. Barba traza una radiografía de las contradicciones morales, de las imágenes preconcebidas, del choque de pensamientos, de los vaivenes de los afectos ante el no saber cómo actuar ante situaciones completamente inéditas que redibujan las relaciones personales y de la comunidad. Una narrativa contenida y muy cuidada sin pirotecnias.
La investigación
Philippe Claudel. Traducción del francés de José Antonio Soriano Marco. (Salamandra)
"Una sirena de transatlántico lo arrancó de su sueño: un aullido tremendo que duraba tres o cuatro segundos paraba y volvía a empezar. Se incorporó en la cama y, buscando en vano un interruptor, se golpeó la frente con un objeto fijado a la pared que cayó al suelo con estrépito. La sirena se detuvo de golpe y el Investigador oyó una voz, una voz lejana y al mismo tiempo próxima:
-¿Oiga? ¿Oiga? ¿Me oye? ¿Oiga?
A tientas cogió el auricular del teléfono, que colgaba del cable".
La condición humana es diseccionada esta vez por Philippe Claudel (Nancy, Francia, 1962) a través de la vida de un hombre, e Investigador, que debe resolver el caso de una veintena de suicidas en una empresa. Su prosa limpia y llena de imágenes, no en vano Claudel es también cineasta, muestra un lado absurdo de la vida y la evolución de su protagonista. El Investigador sigue el rastro de los suicidios y el lector sigue al Investigador.
Jorge Eduardo Benavides (Alianza)
"Con el repentino torrente de la sangre bramando en los oídos, Larrazabal cruzó conteniendo la respiración la calle estrecha y se aplastó contra un portal donde ocultó el rostro encendiendo un cigarrillo. El hombre con el que discutía o conversaba Alcaraz era un joven de tez muy oscura y brazos musculosos. Latino quizá. Tenía en la mano el casco de la moto en la que estaba montado. Antes de que este cruzara a medio metro de él haciendo atronar su Bultaco roja, Larrazabal sintió que el corazón se le desbocaba".
El asesinato de una importante agente literaria permite a Jorge Eduardo Benavides (Perú, 1964) hacer un viaje por los entresijos del mundo editorial con sus luces y sombras. Colorado Larrazabal es el encargado de resolver el crimen. Es la mirada de un hombre negro y honesto expolicía peruano de origen vasco en Madrid, con su propio drama de inmigración y mundo alrededor de una comunidad multicultural, que desgrana las motivaciones, desde diferentes puntos, del asesinato de Laura Olivo.
Carme Riera (Alfaguara)
"La seguí a través de una especie de distribuidor que daba a una salita o quizá comedor, en cuyo centro había una mesa cubierta con un hule y junto a ella, en una silla de ruedas, dormitaba una anciana, que parecía directamente arrancada de la tumba, si es que el traficar con difuntos era una especialidad de la casa".
Carme Riera (Palma de Mallorca, 1948) vuelve con su exdetective privada Elena Martínez en una novela policiaca esparcida de ironía y buenas dosis de humor. La académica que creó este personaje en Naturaleza casi muerta, pone esta vez a su detective en los aprietos del sentimiento de culpa por haber ayudado a condenar a unos inocentes. Con un ritmo ágil, Vengaré tu muerte sirve a la autora mallorquina para hacer crítica social de la España de 2010 minada de corrupción y dinero fácil.