Ciencia, mitología y coronavirus: ¿Y si la pandemia actual fuese el resultado de la "venganza" de Gaia?
La 'Hipótesis de Gaia' defiende que nuestro planeta se comporta a todos los efectos como un único ser vivo y que dispone de su propia autorregulación.
Nuestro cerebro es caprichoso y necesita de la existencia de un relato para explicar todo lo que nos sucede. Los antiguos griegos recurrieron a la ira divina y los cristianos a la moral para encontrar explicaciones a los problemas que les atormentaban.
La voz de Homero sacó a la humanidad de las tinieblas y convirtió al homo sapiens en un consumado lector. Es precisamente en los comienzos de la literatura europea -La Ilíada- donde encontramos la primera referencia a una epidemia. En su primer canto nos cuenta que Crises, el sacerdote de Apolo, imploró al dios la devolución de su hija Criseida, que había sido raptada por Agamenón. Ante la negativa aquea Apolo disparó algunas flechas de su carcaj provocando una terrible plaga (loimos) que asoló el campamento griego.
En Edipo rey también aparece la peste como metáfora del castigo divino. En esta ocasión el origen hay que buscarlo en la muerte de Layo, antiguo rey de Tebas; según el oráculo de Delfos tan sólo cuando su fallecimiento fuese reparado la epidemia desaparecería.
Como vemos, el mundo homérico es arbitrario, los dioses condenan a los humanos, en su conjunto, por culpa de la hybris -soberbia-. De hecho, etimológicamente pandemia procede del griego pan (todo) y demos (pueblo). Platón y Aristóteles emplearon este término para referirse a aquello que concierne a toda la gente.
Quizás no estemos tan lejos de la sociedad homérica y la hybris sea una de las características que nos definen a los habitantes del siglo veintiuno.
La ciencia y la mitología han tenido una relación tormentosa desde sus inicios con múltiples desencuentros. Sin embargo, en 1969 el químico James Lovelock planteó la conocida Hipótesis de Gaia -nombre de la diosa primigenia que personifica a la Tierra- para explicar lo que sucedía en nuestro planeta. Una teoría que se popularizaría una década después gracias a la acción de la bióloga Lynn Margulis.
En síntesis, esta hipótesis defiende que nuestro planeta se comporta a todos los efectos como un único ser vivo, en el que se incluye la biosfera, la atmósfera, los océanos y la tierra, y que dispone de su propia autorregulación.
Esto nos lleva irremediablemente a una reflexión, ¿y si la pandemia actual fuese el resultado de la “venganza” de Gaia? Sin necesidad de recurrir a las teorías conspiranoicas, el coronavirus podría ser entendido como el resultado de un mundo tecnocrático, en el que han cohabitado durante mucho tiempo un consumo desmedido, la sobrepresión de la biodiversidad, el calentamiento global…
Todos estos vectores habrían actuado a modo de fisuras hasta fragmentar el equilibrio de Gaia, provocando un futuro cada vez más incierto. Parafraseando al poeta Paul Valéry, el problema de nuestro tiempo es que el futuro ya no es lo que era.
Hace más de dos setecientos mil años ya Hesíodo nos habló de Gaia, nos contó en su Teogonía que Hércules luchó contra Anteo -un gigante que era hijo de Poseidón y de Gaia- y descubrió que era prácticamente imposible vencerle, ya que cada vez que le derrotaba y caía al suelo, entraba en contacto con su madre y recuperaba la vitalidad. Al final Hércules tuvo que recurrir a un subterfugio para doblegarle, elevarlo en el aire y estrangularlo sin que pudiese posar los pies en la tierra.
Aunemos ahora mitología y ciencia. ¿Es aplicable este relato mitológico al campo científico? ¿Nos puede ayudar la artimaña de Hércules para vencer a la Covid-19?