China utiliza comisarías clandestinas para perseguir a sus conciudadanos en el extranjero
Pekín ha presionado a cerca de 10.000 personas de esta manera, según un informe de Safeguard Defenders.
La sombra de Pekín es alargada. En su afán por mantener su hegemonía, el Partido Comunista Chino, desde 2014, ha creado en el extranjero comisarías clandestinas desde las que las fuerzas de seguridad china presionan a fugitivos de su país para converncerles de que vuelvan para ser juzgados.
Esto se desprende del informe de la ONG Safeguard Defenders, según el cual casi todas las personas a las que China ha querido echar el guante en el extranjero, cerca de 10.000 personas, han regresado a su país.
Sin embargo, esta red socava la soberanía nacional de los países en las que opera. Según el portal de noticias Upday, en España habría hasta nueve de estos centros: tres en Madrid, tres en Barcelona, dos en Valencia y uno en Santiago de Compostela. Safeguard Defenders ha contabilizado 54 comisarías en 30 países de todo el mundo.
Para la oenegé se trata de una red de prácticas parapoliciales escondidas bajo fines de servicios consulares a sus ciudadanos en el extranjero. Sin embargo, los hechos mostrados por la entidad ,muestran técnicas para identificar e intimidar a sus sospechosos, bien sean delincuentes o disidentes del régimen de Pekín.
La oenegé apuntó a la existencia global de “comisarias clandestinas” que, denuncian, violan claramente el derecho internacional, con el objetivo de que decenas de miles de los ciudadanos investigados regresasen a China.
“No sorprende que un partido como el Partido Comunista de China, que siempre ha visto la oposición como una amenaza existencial, invierta recursos considerables en expandir su alcance en el exterior, donde se encuentra con una diáspora china cada vez mayor y a menudo crítica”, sentencia el trabajo de Safeguard Defenders.
Recientemente, el Ejecutivo alemán inició la investigación la posible existencia de algunos de estos centros en Fránkfurt, en línea con lo denunciado en las localidades holandesas de Ámsterdam y Róterdam, donde supuestamente se desarrollaban labores parapoliciales con el fin de reunir información ilegalmente para Pekín. Canadá o Finlandia son otras de las naciones afectadas por la sombra del espionaje chino.