La Atención Primaria estalla en Madrid con consultorios sin médico: “Ya no serán centros de salud”

La Atención Primaria estalla en Madrid con consultorios sin médico: “Ya no serán centros de salud”

Un sistema ya tocado recibe la puntilla con un nuevo protocolo de la Consejería que normaliza la ausencia de médicos de familia en los centros de salud.

Un grupo de personas espera en fila a ser atendidas en el centro de salud de Abrantes (Madrid) en enero de 2022.  Eduardo Parra/Europa Press via Getty Images

Durante la media hora que dura su conversación con El HuffPost, Sheila Justo, vicepresidenta de la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (AMYTS), recibe al menos dos llamadas del extranjero para ofrecerle contratos para sanitarios españoles. “Esta vez es de Inglaterra, pero nos pasa todo el rato. Llaman muchísimo de Reino Unido y de Francia, sobre todo del Pirineo francés”, cuenta. Y muchos médicos de familia aceptan esas ofertas. Si no, “se van a la privada o a Urgencias, buscan otras salidas profesionales, hacen másters, se van a otras comunidades”, relata Justo. Casi cualquier alternativa les parece mejor que ser médico o pediatra en la Atención Primaria (AP) de la Comunidad de Madrid. 

A la vista están los últimos datos: de los 79 residentes de Pediatría que han acabado el MIR en la región este año, sólo uno ha decidido coger plaza en la Atención Primaria madrileña; en cuanto a médicos de familia, de los 219 que han terminado este año su residencia, sólo 20 han querido quedarse a trabajar en un centro de salud de Madrid. 

La Consejería de Sanidad hizo un nuevo llamamiento esta semana para ofrecer plazas –a priori de larga duración– a médicos que ya están en la bolsa de trabajo. El éxito de esta convocatoria también ha sido exiguo: de 46 puestos ofertados en pediatría, sólo cinco han sido cubiertos; en medicina de familia se ofrecían 197 puestos, de los cuales 59 fueron cogidos. Paradójicamente, a esta última convocatoria acudieron casi 400 candidatos. La mayoría salió del edificio como entró: “Fueron a ver las plazas y no les resultaron interesantes”, resume Justo. “Lo que se ofrece no convence a la gente, prefieren rechazarlo. Así que ahí tenemos un problema”, zanja.

Lo que se ofrece no convence a los profesionales. Ahí tenemos un problema

¿Por qué no convencen a los profesionales estas plazas en AP? Porque, si las aceptan, saben lo que les espera: “agendas infinitas”, sobrecarga laboral, estrés, horarios mejorables y falta de reconocimiento. “Hay una sobrecarga asistencial que ya es un hecho”, afirma Justo. “Durante seis o siete años de crisis, no se han creado plazas. Los profesionales deberían tener unos cupos de 1.300 o 1.400 pacientes, pero actualmente tienen hasta 2.400. Un médico puede estar viendo 70 u 80 pacientes por día”, explica la vicepresidenta de AMYTS. “Es imposible llevar eso a diario”.

“El pez que se muerde la cola”, más un polémico protocolo

El sindicato calcula que, si se cumplieran los cupos normales, en Madrid tendría que haber 750 médicos y pediatras más en la atención primaria. A esto hay que añadir otro cálculo: en Madrid habrá unas 1.200 jubilaciones de médicos en los próximos cinco años. 

Toda esta situación es “el pez que se muerde la cola”, describe Sheila Justo: “Plazas que no se cubren, mayor sobrecarga a los que están en el centro, peores condiciones laborales, agendas infinitas, y así hasta llegar a un círculo imposible”. La historia no es nueva, pero parece que ha llegado a un punto de no retorno. La Comunidad de Madrid ya elaboró un Plan Integral de Mejora de la Atención Primaria con 200 millones de presupuesto, algo que las organizaciones tacharon de “propagandístico”, “nimio” y “totalmente insuficiente”. “No se necesita un plan de mejora, sino una reforma profunda integral de la AP”, remacha Sheila Justo.

No se necesita un plan de mejora, sino una reforma integral profunda de la Atención Primaria
Sheila Justo, AMYTS

En esa tesitura, los médicos se van: al sector privado –donde en vez de ver a 80 pacientes, atienden a 20, explica Justo–, a comunidades donde los centros de salud no abren hasta las 21 horas –como Castilla-La Mancha– o al extranjero.  

Hasta hace poco se oían, de forma casi cíclica, las advertencias sobre la falta de médicos en la Atención Primaria madrileña, habitualmente más acuciante en verano. Hoy no son advertencias, sino una constatación. La Consejería de Sanidad elaboró hace unas semanas un “Procedimiento de actuación ante la ausencia de médico de familia en un centro de salud”. En él establece que, ante la ausencia de médicos en un centro de salud, sean las enfermeras las encargadas de gestionar cierta atención a pacientes.

Qué tendrán que hacer las enfermeras si no hay médicos

A falta de médicos, la actuación del centro de salud variará en función de tres supuestos, según el nuevo protocolo: si la consulta es “demorable”, se aplaza la cita al paciente; si es “no demorable” enfermería valora y atiende al paciente y, si es necesario, lo deriva “a un dispositivo cercano” (con médico); si es una emergencia, se contactará “con el centro más cercano asignado para solicitar la presencia de un médico” mientras el personal de enfermería lleva a cabo “las actuaciones correspondientes para resolver el problema” hasta la llegada de una ambulancia.

Este inusitado protocolo fue acogido con estupefacción, tanto por médicos, como por pacientes, como por parte de las enfermeras. “Un centro de salud que no tiene médico de familia no es un centro de salud ni responde a las necesidades asistenciales de la Atención Primaria, en todo caso será un centro de atención de enfermería”, respondió la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Madrid (ADSPM).

Un centro de salud que no tiene médico de familia no es un centro de salud

“No concibo un centro de salud sin médicos, como tampoco lo concebiría sin enfermeras. Cada uno tenemos nuestras competencias”, replica Sheila Justo, que comparte visión con la ADSPM: “Si un centro de salud no tiene médicos, habrá que dejar de llamarlo centro de salud. En todo caso, será un centro de cuidados, como era antiguamente la beneficencia”. Las organizaciones también coinciden en la receta: “Tiene que haber un protocolo de medidas urgentes de contratación de médicos”, y no un protocolo sobre qué hacer cuando no hay facultativos. 

  Protesta de sanitarios de la Atención Primaria en un centro de salud de Vallecas (Madrid), en agosto de 2020. Marcos del Mazo via LightRocket via Getty Images

“No vamos a poder resolver los problemas de la población”

Las enfermeras, por su parte, también dieron su respuesta. “Nos piden asumir más competencias, sin seguridad jurídica, con los mismos recursos y en las mismas condiciones”, señaló el sindicato de Enfermería SATSE“No vamos a poder resolver los problemas de la población”, explica Carmen del Moral, responsable de Atención Primaria de SATSE Madrid. “No podemos prescribir absolutamente nada, ni siquiera un paracetamol”, apunta la enfermera. 

SATSE sostiene que “las enfermeras pueden asumir más competencias, pero siempre y cuando exista una seguridad jurídica plena con protocolos estandarizados y consensuados con Colegio de Enfermería y sociedades científicas enfermeras”. El sindicato considera que el documento de la Comunidad de Madrid tiene “escaso valor práctico” y va “encaminado a precarizar la Atención Primaria” en la región. 

Sentimos angustia al ver que tenemos que asumir cosas que no son de nuestra competencia sin una protocolización adecuada
Carmen del Moral, enfermera (SATSE)

Las enfermeras temen, además, que ante la imposibilidad de dar un servicio adecuado a los pacientes, estos paguen su enfado con ellas. “Si no hay médicos o estos están mayoritariamente en el turno de mañana, que el Gobierno asuma su responsabilidad y tome las medidas necesarias antes de exponer al resto de profesionales”, piden desde SATSE. “Sentimos angustia al ver que tenemos que asumir cosas que no son de nuestra competencia sin una protocolización adecuada”, reconoce Carmen del Moral.

  Homenaje a los sanitarios de AP durante la pandemia en Madrid, en septiembre de 2020.Oscar Gonzalez/NurPhoto via Getty Images

La representante de SATSE reclama, además, un refuerzo de plantilla. “Si la enfermera ya tiene su parcela de cuidado, su consulta de enfermería y sus visitas a domicilio, y ahora resulta que no hay médico y tiene que cubrir esa demanda, habrá que reforzar esas plantillas”, defiende. Antes de la publicación del famoso protocolo, “la contratación ya estaba muy por debajo de las necesidades”, señala Del Moral. El sindicato calcula que en la Atención Primaria madrileña hay una enfermera por cada 2.500 pacientes, cuando lo adecuado es que haya una por cada 1.500 habitantes.

No queremos ser médicos, queremos ser enfermeras

“Nosotros no queremos ser médicos, queremos ser enfermeras”, recalca Del Moral. “Pero si quieren que abarquemos algo adicional, que el protocolo sea completo. Si quieren que adquiramos nuevas competencias, que nos habiliten. Porque si no, se crean muchos problemas”, advierte.

“O se toman medidas urgentes, o cae el sistema”

El discurso de Sheila Justo, de AMYTS, va en esa misma dirección. “Todos somos necesarios, pero cada uno tenemos nuestras competencias, y hay muchos procedimientos que sólo los puede llevar a cabo un médico”. El “perjuicio” recaerá, en primer lugar, sobre el paciente, sostiene Justo; en segundo lugar, sobre la enfermera. “Si cometes un error, no te juegas el título, a lo mejor te juegas una denuncia penal”, apunta la médica.

En un centro de salud he visto hemorragias digestivas, infartos, accidentes cerebrovasculares… El tiempo es vital, si se produce una emergencia, no quiero pensar

Justo explica que “en un centro de salud te encuentras de todo”, desde “la persona que va porque le duele la uña hasta aquella que acude con un infarto”. “Yo he visto hemorragias digestivas altas en un centro de salud, he visto infartos, he visto accidentes cerebrovasculares… Los tiempos son vitales, la intervención inicial es vital”, recalca Sheila Justo. “Si se produce una emergencia en la que cada minuto cuenta, no me quiero imaginar lo que puede pasar”, dice. “Si no hay un médico que pueda diagnosticar y estabilizar precozmente, la consecuencia puede ser el fallecimiento del paciente”, avisa. 

Hasta ahora no hay constancia de que ninguna otra comunidad –aparte de Madrid– haya establecido un protocolo similar, o de que Madrid haya tomado esta misma decisión en años anteriores. “La situación es excepcional”, confiesa Sheila Justo. “O se toman medidas urgentes, o cae todo el sistema”, asegura.

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Marina Velasco Serrano es traductora de formación y periodista de vocación. En 2014 empezó a trabajar en 'El HuffPost' como traductora de inglés y francés en Madrid, y actualmente combina esta faceta con la elaboración de artículos, entrevistas y reportajes de sociedad, salud, feminismo y cuestiones internacionales. En 2015 obtuvo una beca de traducción en el Parlamento Europeo y en 2019 recibió el II Premio de Periodismo Ciudades Iberoamericanas de Paz por su reportaje 'Cómo un Estado quiso acabar con una población esterilizando a sus mujeres', sobre las esterilizaciones forzadas en Perú. Puedes contactar con ella escribiendo a marina.velasco@huffpost.es