Un mes después del crimen de Samuel: esto es lo que se sabe y lo que no del caso
El comisario al cargo de la investigación revela que los presuntos autores de la muerte se reunieron dos veces tras la brutal paliza.
Ya ha pasado un mes desde que el joven gallego Samuel Luiz falleciese tras sufrir una brutal paliza en la Avenida Buenos Aires de A Coruña. En todo este tiempo, se han sucedido las detenciones de los presuntos autores de la agresión multitudinaria. Las fuerzas del orden han invertido horas de trabajo para aclarar un ataque que ha causado un profundo malestar en la sociedad y ha puesto en el punto de mira los ataques al colectivo LGTBIq+, sin saber todavía si se ha tratado de un crimen de odio motivado por su identidad sexual.
El comisario jefe de la Brigada Provincial de la Policía Judicial de A Coruña, Pedro Agudo, está al cargo de una investigación que continúa en curso. Este lunes, el profesional ha revelado cuáles son las claves que marcan el trabajo policial hasta el momento. Tras el levantamiento del secreto de sumario, el agente también ha dado a conocer los grandes obstáculos a los que se enfrentan.
Los detenidos no están colaborando, parte de las potenciales pruebas han sido borradas y los agresores mantuvieron al menos dos reuniones tras la paliza. Esto es todo lo que sabe del caso hasta el momento.
El comisario al cargo de la investigación ha explicado que las personas que participaron en la brutal paliza, en la “conjunción de los golpes”, se trata de un grupo de entre seis y ocho individuos, de los cuales seis se encuentran entre los que han sido detenidos o sometidos a medidas de control.
Agudo ha precisado durante una entrevista en la Cadena SER que hay una parte de la multitud que no golpea a Samuel, sino que se mueve por “morbo” o “curiosidad” mientras la víctima trata de huir. No obstante, no se ha descartado que haya más presentes que hayan podido tener contacto físico con el fallecido, pero hasta ahora no han podido acreditarlo.
Las pruebas de ADN han sido vitales para determinar el grado de implicación de los detenidos. Del primero se halló su rastro en la célula epitelial del rostro de Samuel, tras asestarle a la víctima varios puñetazos. El segundo arrestado le hace un ‘mataleón’, una llave en la que lo sorprende por la espalda para rodear el cuello y tirarlo al suelo. En ese momento, el primer agresor se pone a horcajadas encima del cuerpo de Samuel y le golpea con los dos puños en la cara.
En las últimas horas, un nuevo testimonio ha arrojado datos que pueden decantar la detención de más personas. También está pendiente de determinar la conducta individualizada de cada arrestado, es decir, el papel que jugó en la agresión.
Pedro Agudo ha destacado que la identificación de los sospechosos se hizo de forma rápida. Entre el domingo por la noche y el lunes por la mañana la mitad de los detenidos estaban identificados. Y el lunes a la hora de comer ya tenían prácticamente a todos.
La escasa calidad de las grabaciones de las cámaras de vigilancia, sumada a que la paliza tuvo lugar de noche, ha dificultado en gran medida la investigación. No obstante, no es el único factor que ha incidido. Existen dudas sobre si los presuntos autores del crimen podrían haber borrado pruebas de sus teléfonos móviles. Por ello es fundamental la “copia espejo” de varios de los dispositivos que se está analizando minuciosamente. “Solamente en fotografías llevamos en algún teléfono más de 3.000 o 4.000. Es un trabajo largo, que tenemos que hacer con equilibrio”, ha detallado el comisario.
La falta de colaboración ha sido el otro gran problema añadido al caso. El jefe del equipo policial ha recordado que cuando fueron detenidos, estos habían manifestado su intención de testificar. Las cosas cambiaron radicalmente con la llegada del abogado y se niegan a declarar. Tan sólo lo hizo el cuarto detenido, también tras reunirse con su letrado, y “sabemos que nos miente”, en palabras de Agudo, que también ha explicado que las declaraciones en sede judicial fueron escasas. “Son gente sin sentimientos y sin conciencia verdadera de lo que es una sociedad moderna y en convivencia”, ha apuntado.
Una hora y cuarto de aquellos “seis minutos fatales” que describió el delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones, parte de los agresores se reunieron en un parque público de A Coruña. “No todos, pero sí los más importantes”, ha concretado Pedro Agudo. La Policía Nacional lo sabe porque ha tenido acceso a una prueba testimonial que ha revelado fragmentos de las conversaciones que mantuvieron. No obstante, en ese primer encuentro solo comentan lo sucedido, cómo le han pegado, sin tener constancia del posterior desenlace fatal, pero sí de la gravedad de los hechos.
“No hay misericordia ni arrepentimiento en la reunión”, ha concretado el comisario, esgrimiendo que “cuando pateas la cabeza de alguien y no paras, todos somos conscientes de que efectivamente estamos ante un hecho de máxima seriedad”. Sin embargo, Agudo ha señalado que en esa cita no hubo destrucción de pruebas.
Los investigadores no tienen la misma seguridad de la segunda reunión, en la que sí que estuvieron presentes todos los implicados. Por el contrario, de este encuentro todavía no se ha recogido una prueba testimonial que aporte más datos. “No sabemos si quedan para destruir pruebas pero creo que lo podremos acreditar en lo que nos queda de volcado y con las diligencias”, ha asegurado Pedro Agudo.
En uno de los registros domiciliarios practicados por las fuerzas del orden en la vivienda de uno de los detenidos, los agentes han hallado un objeto metálico que puede ser clave en la investigación. Agudo ha confirmado que se trata de una “especie de navaja”, pero que no se corresponde con un arma blanca. El hallazgo es importante porque una de las heridas de Samuel concuerda con la punta del útil intervenido.
De momento, la policía está a la espera de una prueba de ADN que confirme si el agredido fue golpeado en la cabeza con este objeto metálico, una cuestión que no se ha descartado.
El comisario ha indicado que no está acreditado que la única mujer detenida en el marco del caso participara directamente en la paliza. No obstante, sí han podido confirmar que ella golpea, empuja, separa para no permitir que la acompañante de Samuel lo defienda e intente protegerle.
La paliza se divide en tres fases. La primera está recogida en el vídeo que ha salido a la luz. Es donde se produce la agresión primera del número uno, el ‘mataleón’ del número dos y la agresión de los dos. La segunda fase transcurre cuando se van moviendo hacia la Avenida de Buenos Aires, donde ya le van golpeando entre varios. La tercera es el punto final donde pierde la conciencia y la última fase del “posible asesinato”.
Ibrahima, uno de los senegaleses que ayudó a Samuel, lo cubre todo el tiempo y le ayuda a cruzar la calle. “La importancia de la conducta de Ibrahima es que además recibe una paliza brutal en las tres fases de la persecución”, ha especificado del joven al que el Gobierno ha regularizado su situación legal en el país.