Calviño rehúye hablar de la investigación a Iglesias: "No voy a especular"
La vicepresidenta defiende que no hay economía sin salud, confía en un crecimiento mayor del esperado y reconoce que el impuesto a la banca no está sobre la mesa
La vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño (PSOE), ha eludido esta mañana referirse al proceso judicial en el que está inmerso otro vicepresidente, el de Derechos Sociales y Agenda 2030, Pablo Iglesias (Unidas Podemos), a raíz del llamado Caso Dina.
El juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón ha elevado una exposición razonada al Tribunal Supremo para investigar al vicepresidente del Gobierno, debido a su condición de aforado, por delitos de descubrimiento y revelación de secretos, con agravante de género, daños informáticos y acusación o denuncia falsa y/o simulación delito en relación con el robo del móvil de su exasesora Dina Bouselham. Pero Calviño no lo quiere valorar. “Mire, es una cuestión judicial sobre la que no me voy a pronunciar, no me corresponde a mí”, ha dicho este jueves en una entrevista en Hoy por hoy de la Cadena SER. A la pregunta de si Iglesias debe dimitir, ha insistido: “No voy a especular sobre este tipo de cuestiones, de las que además desconozco los detalles”.
Ayer, en una conversación informal con los periodistas, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dio su respaldo a su vicepresidente segundo y aliado en el Ejecutivo, afirmando su absoluto respeto por las decisiones judiciales.
Calviño ha rehuido también al responder a la pregunta expresa de si se siente “cómoda” con Iglesias, con quien desde que se formó el Gobierno de coalición siempre hay ruido de fondo por la distinta manera de ver la economía que tienen ambos. La vicepresidenta ha dicho que se siente cómoda “con un gobierno concentrado en lo que de verdad es importante, como salir de esta situación tan dura que tenemos desde primavera (por el coronavirus). Es a esto a lo que estamos dedicados, como debe ser”, ha zanjado.
Pero al insistir Àngels Barceló en su relación con su ahora colega en el Consejo de Ministros, ha dicho que no tiene “nada que comentar” sobre ella. “Es igual que la que mantengo con los demás compañeros -ha afirmado ante la repregunta-, es verdad que a algunos los veo más todas las semanas, hablamos de manera más intensa, con otros menos... Lo normal”.
No quiere hablar de pullas ni de señalamientos: “Yo no dedico nada de tiempo ni de atención a estas cuestiones, he aprendido a no perder el tiempo (...). Entre todos tenemos que cambiar un poco el ambiente de crispación, que no ayuda nada. Ahora hay que responder a la pandemia y tener un plan”.
No hay economía sin salud...
En el plano puramente económico, y aunque “es difícil realizar predicciones”, Calviño está “convencida” de que el crecimiento puede ser entre dos y tres puntos más importante de lo previsto si se aplica el plan presentado ayer poe rl Gobierno, para crear 800.000 puestos de trabajo en tres años. “Podíamos estar en el 9,8% si ponemos en marcha la primera fase ya, por eso tan importante que pongamos nuestros esfuerzos en mecanismos eficaces y remar todos a una para lograr la transformación que el país necesita”, sostiene.
También reconoce que se están revisando los requisitos para activar todas estas medidas, “exhaustivos” y con “estándares más alto” pero que permitan también “una gestión eficiente” de fondos, aunando controles españoles y comunitarios. “Estamos viendo si se pueden apuntalar fortalezas y hacer este cambio”, que sea garantista y ágil a la vez.
Las optimistas predicciones de creación de empleo del plan son factibles, a su juicio, porque “se está viendo una recuperación del mercado laboral dinámica”. Tras la “hibernación” en primavera, “en tercer trimestre prevemos un crecimiento muy intenso, lo dice la IDEF, el Banco de España...”. “La cifra es superior, en realidad, a esos 800.000, hemos hecho el análisis de esos dos o tres puntos de subida, calculando la capacidad de creación de empleo de los 30 proyectos tractores de ayer. De ahí sale la cifra. Es prudente porque no se analizan los planes expansivos en el resto de países de la UE”, dice, que pueden dinamizar también la economía.
Sobre el tipo de empleo, sostiene que el objetivo “tiene que ser crear empleo y de calidad”, por eso apuestan por la transformación de sectores, la digitalización o la formación de la población. “Hay que aumentar la productividad y permitir puestos de mayor calidad y que los trabajadores estén preparados para ello”, añade.
No ve, en principio, riesgo de que la economía caiga más del 11,2% previsto. “Lo impredecible no se puede anticipar”, recuerda, pero “estamos en una banda normal o central de previsiones de organismos”, indica. La caída de abril fue peor de lo esperado, concede, “pero constatamos que la recuperación ha sido más intensa de lo anticipado, en el tercer trimestre. La previsión para el año que viene, compartida por varios organismos, es de crecimiento muy intenso que tenemos que aprovechar y reforzar con plan de inversiones y los presupuestos”.
“Lo que hemos visto en esta fase de brotes, que se va a mantener hasta que haya una vacuna o solución terapéutica definitiva, es que donde se consigue atajar (cita Valencia, Zaragoza, Cataluña...), el impacto económico no es muy significativo. Impacta más la incertidumbre, el miedo. Por eso está tan empeñado el Gobierno en mandar este mensaje, que salud y economía van de la mano (...). La economía no puede funcionar bien si no va la salud, es más importante que todo”, concluye.
... ni impuesto a la banca
En materia de impuestos, sobre si renuncia a subirlos a la banca, ha reconodido también que “no es un tema que esté sobre la mesa en este momento”. “Lo que en este momento tiene que ser la prioridad es impulsar el crecimiento y la creación de empleo (con los presupuestos), nos centremos en ese objetivo y todas las decisiones tienen que ir en ese sentido”, dice sin profundizar más en el tema banca.
“El Senado ya ha aprobado dos impuestos. Eso va a atraer más recursos a las arcas del Estado. Tendremos que hacer algunos ajustes para avanzar hacia un modelo más progresista”, añade. “Tendremos que hacer algunos ajustes para ir avanzando a este modelo más progresista, progresivo y justo”, apunta, pensando por ejemplo el impuestos como el verde, acordes con el “siglo XXI”.
“Cuando recuperemos un crecimiento sostenido”, añade, habrá que “afrontar la senda de disciplina previa a la pandemia”, con el compromiso “claro y firme” de responsabilidad fiscal, concluye la vicepresidenta.