La UE cambia el plan sobre el embargo al petróleo ruso para convencer a los países reticentes
Bruselas sugiere dar más tiempo a Hungría, Eslovaquia y República Checa para que dejen de depender de las importaciones de crudo ruso.
La Comisión Europea ha propuesto cambios en su plan de embargo del petróleo ruso, en un intento por ganarse a los Estados reticentes, han explicado este viernes tres fuentes de la UE a Reuters.
La propuesta modificada, que los enviados de la UE están discutiendo este viernes, incluiría dar a Hungría, Eslovaquia y República Checa más tiempo para adaptarse al embargo y ayudar a mejorar su propia infraestructura petrolera, según estas fuentes.
También incluye una transición de tres meses antes de prohibir a los servicios marítimos de la UE el transporte de petróleo ruso, en lugar del mes inicial, ha añadido una de las fuentes.
Según la propuesta modificada, Hungría y Eslovaquia podrán comprar petróleo ruso a través de oleoductos hasta finales de 2024, mientras que República Checa podría continuar hasta junio de 2024, si no recibe antes petróleo a través de un oleoducto desde el sur de Europa.
En la propuesta original, los países de la UE tendrían que dejar de comprar crudo ruso seis meses después de la adopción de la medida y detener las importaciones de productos petrolíferos refinados procedentes de Rusia a finales de año. En principio, se dio a Hungría y Eslovaquia un plazo hasta finales de 2023 para adaptarse.
Bulgaria también había pedido exenciones, pero no se le han ofrecido concesiones en cuanto a los plazos, ha dicho un funcionario, “porque no tienen un punto real”. Los otros tres países a los que se concede más margen de maniobra “tienen un problema objetivo”, ha añadido este funcionario.
Hungría se mantiene en el no
El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, ha afirmado este viernes que la imposición de un embargo petrolero a Rusia por parte de la Unión Europea por la invasión de Ucrania sería “una bomba atómica” contra la economía húngara.
“El petróleo sólo puede llegar a Hungría a través de un oleoducto, por lo que una propuesta que ignore esta circunstancia es una bomba atómica contra la economía de Hungría”, ha argumentado, antes de sostener que la Comisión Europea “ataca la unidad europea” y “desmantela la unidad europea de Versalles”.
Asimismo, ha destacado que es posible obtener petróleo a través de otras vías, si bien ha manifestado que sería muy costoso y provocaría un alza de los precios del petróleo. “Si la propuesta va a favor de los intereses de Hungría, estaremos encantados de discutirla”, ha señalado.
Orbán ha apuntado además que este proceso de modernización del sistema de suministro para alejarse de la dependencia del petróleo ruso llevaría unos cinco años y se ha preguntado si “tiene sentido esta transición”, dado que considera que para entonces ya no habrá guerra en Ucrania y se habrá perdido la causa de las sanciones.
Borrell espera un acuerdo sobre el embargo al petróleo ruso
El jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, ha confiado este viernes en que los Veintisiete acuerden, sea a nivel técnico o político, un veto progresivo a las compras de petróleo ruso, en el marco de la sexta tanda de sanciones contra Moscú por su invasión a Ucrania.
“Ese acuerdo todavía no lo hay; si no lo hay pronto y a nivel técnico no lo conseguimos, tendremos que subir a nivel político y convocar a los ministros de Asuntos Exteriores”, ha dicho Borrell a EFE en Florencia, donde ha participado en la conferencia “El Estado de la Unión”, convocada cada año en la ciudad italiana para debatir los desafíos del continente.
El nuevo paquete de sanciones tiene que ser aprobado por los Veintisiete por unanimidad. Tras el embargo al carbón, Bruselas apunta a que la UE deje de importar petróleo ruso, que supone el 27 % del que consume –unos 74.000 millones de euros en 2021–. “Por el petróleo es por donde más dinero damos a Putin”, apuntó Borrell.
Borrell también se mostró favorable a que la UE confisque los bienes del Estado ruso para destinarlos a la reconstrucción de Ucrania, que “se estima que va a costar entre 300.000 y 500.000 millones de euros, una cifra descomunal que dependerá de lo destruida que quede”.